Vilas color

(Resumen del capítulo anterior: en el marco del muy esperado encuentro entre el señor Abramovi, autor de esta columna, y sus personajes Filoso Fofó –payaso y analista político de este circo–, El Desubicado –héroe y hazmerreír– y el doctor Luis Güis Kelly –experto en cotidianología protoparalelepípeda– Fofó propone invitar a Mauricio a pasar una noche de amigos, drogas y canciones. Es que al payaso le late que, en el fondo, Mauri no quiere ser presidente y está decidido a ayudarlo de alguna manera a que no lo sea. Mauricio le confesó recientemente que su sueño es tener una banda de temas de Queen y eso conmueve a Filoso al punto de querer ayudarlo a formarla. Para eso quiere apelar a los conocimientos del señor Abramovi, que además de autor de esta columna es un reconocido músico en ciertos ámbitos del quehacer cultural de Dakar.

Güis Kelly primero no quiere saber nada de que venga Mauricio a la columna. Abramovi piensa en pros y contras. Fofó se arenga y redobla la apuesta: “¿Por qué no traemos a los políticos que se van a quedar sin trabajo a la columna?”, propone. El Desubicado se engancha y pide por Mónica. “No creo que pueda, tiene cuatro años más de laburo en Dakar”, le responde Abramovi. “¿Cuatro años más?”, pregunta El Desubicado. )

Y bueno, ya se me ocurre qué político que se va a quedar sin laburo podemos invitar –sorprende Güis Kelly, súbitamente interesado en el tema –. Conozco a uno muy divertido… –pone suspenso, como a él le gusta. De paso aprovecha para despuntar el vicio de hacer girar sobre la yema de su dedo índice derecho la pelota que pateó Higuaín en la definición por penales de la copa América versus Chile.

¿Quién es? –pregunta el señor Abramovi, haciéndose el interesado.

Herr Mess, el anestesista –responde Güis Kelly.

¿Es un personaje de Titanes en el Ring? –pregunta El Desubicado. Nadie lo escucha.

Pero ojo que todavía está en carrera –alerta Fofó.

Pero también tiene posibilidades de quedarse sin laburo esta vez –especula Abramovi, a quien le parece que Herr Mess y Mauricio sumarían a la calidad de esta columna –. Y bueno, habrá que ver, hay cosas que dependen del pueblo todavía…

A mí Herr Mess me resulta muy gracioso –fundamenta Güis Kelly, como si hiciera falta –. Cada vez que habla pienso en cuando no hablaba, que sólo sonreía o ponía cara de serio pero no emitía sonido…

Aquellos buenos tiempos… –acota cómplice Fofó, como fingiendo nostalgia por los años dorados de Dakar.

Buenos tiempos de buenos vientos, claro –se arenga Güis Kelly –. Poder ser convincente sin sanatear, prácticamente sin decir nada, ¡es toda una virtud! Pero bueno, en un momento quién sabe por qué, Herr Mess empezó a hablar y se convirtió en alguien muy gracioso…

Fue cuando se empezó a pelear con Lole –dice el autor con aires de sabedor.

¿Me engañaste? ¿Me mentiste? Lararira rarira rarira rarira rarira. Tararira. ¿Eso cantaban Lole & Herr Mess? –pregunta El Desubicado.

Esos eran Pimpinela… o Las Primas –duda Güis Kelly.

No –corrige Fofó –. “Me engañaste, me mentiste” era una canción de Mili Vanili. Lole y Herr Mess nunca actuaron juntos, pero podría haber sido un gran dúo.

Lole & Herr Mess –suspira, ávido de ideas y con la mirada perdida en el futuro, el señor Abramovi.

Tal vez estén a tiempo de formar un dúo pop –tira optimista Güis Kelly.

Cierto folclore centroeuropeo tienen en común –especula Abramovi, quien avizora un buen espectáculo teatral o televisivo.

¡¡¡¡Hagamos un casting!!!! –se entusiasma El Desubicado, ávido de hacer nuevos amigos.

Podríamos formar algunos dúos para salir a robar por ahí –la piensa Fofó.

Annie & Monique –se ilumina Abramovi.

No sería mala idea, podrían ser como madre e hija, ambas buenas, serviciales, enérgicas y realmente preocupadas por el bien común y el bienestar general –chicanea Güis Kelly.

Hay como cuatro programas en la tele donde van a cantar padres, madres, hijos, hijas, sobrinos, nietos, tíos. Annie & Monique podrían ir a cantar ahí –intenta meterse El Desubicado en una conversación que evidentemente no entiende.

Podrían hacer algo onda un musical, tipo Chicago… –se ilusiona Fofó.

Pero no, acá no van a venir –arruga Abramovi –. Además ellas tienen laburo.

¿Pero dónde vio que los políticos no vayan a donde los invitan a bailar, a cantar y a cocinar, señor Abramovi? Y a morfar –lo apura El Desubicado.

Es verdad, jefe, hagamos un casting –se copa Fofó.

Bueno… a ver… –Abramovi hace la pausa intelectualosa que ahora se hace cada vez que se dice “a ver”–. Hagamos así –intenta ordenar –: primero invitalo a Mauricio a departir con nosotros, así buena onda, y después vamos viendo lo del casting.

¿Y Mauricio con quién va a hacer dúo? –pregunta El Desubicado.

Podemos llamar al joven Massita, que capaz que se queda sin laburo un par de años –apunta Güis Kelly.

Hmmmmm… no lo veo –censura Fofó, en su papel de sabedor y conocedor de Mauricio –. No lo digo por Massita… Tiene condiciones, muy buenas dotes escénicas, vocación de triunfo, algo muy importante en el mundo de la fama y el glamour.

Yo lo fui a ver a Vélez y me pareció un queso –lo cruza Güis Kelly.

Fofó sigue: –Pero yo a Mauri lo veo más bien como solista. Bien acompañado, ojo, pero en el centro de la escena. No es casual que quiera ser como Freddie Mercury. En el fondo, lo es.

Muy en el fondo, para mi gusto –se rebela otra vez Güis Kelly.

Ya vas a ver Luis –lo ataja Fofó –. Mauricio es un diamante en bruto, sólo es cuestión de moldearlo de la mejor manera. Tal vez te caiga mal como hombre de la política, pero si logramos convertirlo en una estrella de rock…

Yo apuntaría más al pop –sigue especulando Abramovi, feliz de que sus personajes hagan algo por él, como por ejemplo escribir esta columna.

Hoy no hay mucha diferencia. Todo Abel Pintos que camina va a parar al asador de Chayannes –tira Güis Kelly –. Marley es el recepcionista. (Nota del autor: este párrafo es fruto de años y años de trabajo y obsesiones. No lo intenten en casa).

Es cierto –arrima El Desubicado –, el otro día vi en el noticiero a Luciano Pereyra bailando como Michael Jackson.

Es el folclore cipayo –desmerece Fofó –. Por eso, creo que lo de Mauricio hay que apuntarlo hacia el rock, pero no el rock de Disney.

¿Hard rock? –pregunta estúpidamente El Desubicado.

¡¡¡Jajajajaa!!! –estalla Abramovi –me hiciste acordar al Güily Vilas, que una vez sacó un disco de rock pesado.

Qué genio Vilas, también deberíamos convocarlo… –se ilusiona Güis Kelly –. Qué raro que el Güily no se haya dedicado a la política…

Todavía –advierte Fofó.

Con Mauricio harían buena dupla –arriesga El Desubicado.

No –lo corta Fofó –. Mauricio es solista, igual que Vilas. Mauricio es tan solista que sus compañeros de fórmula parecen sacados de su arcón de peluches, parecen sus muñequitos… Mauri es así.

Se me hace que a Mauri no le debe gustar compartir los juguetes –reflexiona Güis Kelly –. Espero que al menos tenga buena onda –agrega como resignado a que Mauricio venga a pasar una noche de juerga en la oficina.

Confiemos en el poder de la música –sentencia el señor Abramovi.

Fuente: El Eslabón

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