La investigación penal del crimen del ejecutivo Diego Raúl Sarjanovic alumbra –por ahora con luz tenue– un opaco submundo de inversiones financieras y negocios informales que para el fiscal del caso, Miguel Moreno, “hacen muy dudosa la existencia de respaldo documental” que permitan su probanza. Moreno fundó la acusación contra las imputadas por el homicidio –Virginia Carolina Seguer y su madre Alicia Fernández– en el objetivo de eludir el pago de una deuda que mantenían con la víctima y no en razones “sentimentales”, como se barajó al inicio de la pesquisa. Sin embargo, se desconocen por el momento los montos de las transacciones entre la víctima y sus presuntas asesinas y el origen del dinero que entre ellos circulaba en forma de “inversiones”.

Pero existe un dato más preciso: al menos en 2007 y 2008, Diego Sarjanovic no era sólo “asesor financiero” y “gerente” de MC Catering SA, la empresa gastronómica de la familia Cura, sino director suplente de la sociedad el primer año y vicepresidente del directorio el segundo, de acuerdo a las constancias registradas en el Boletín Oficial de Santa Fe. Si ocupaba un lugar en el órgano administrativo de la firma que presidía Matías Cura y no era un mero empleado, el interrogante sobre la procedencia del dinero presuntamente negro que invertía mediante su vínculo con una de las acusadas por el homicidio se agiganta, pero aún permanece sin respuesta.

A la dirección

Matías Ramón Cura, titular de MC Catering (las siglas responden a Martha Cura, iniciadora del emprendimiento gastronómico familiar) declaró ante el fiscal Miguel Moreno que Sarjanovic trabajaba en la empresa desde 1998 “como asesor financiero y administrativo” de la firma. Su testimonio forma parte del legajo por el homicidio de su amigo.

El Boletín Oficial del 3 de mayo de 2007 lo ubica, en rigor, como directivo de la empresa. Dice: “Se hace saber que por decisión unánime del Directorio de la sociedad M.C. CATERING S.A., su presidente el Sr. Matías Ramón Cura y su Vicepresidente el Sr. Diego Raúl Sarjanovic, han decidido trasladar la sede social a un lugar con mayores comodidades y así mejorar la administración de la empresa”.

Un año después, el 3 de julio de 2008, los registros oficiales vuelven a ubicar a Sarjanovic en una silla del directorio. La empresa informa la designación de autoridades que “por decisión unánime del directorio de la sociedad” dejó conformado su directorio con Matías Cura como presidente y con Diego como “director suplente” por “un plazo de dos años y/o ejercicios a partir del 06/10/07”.

La ley de sociedades comerciales establece que el director suplente debe asumir la responsabilidad de la firma ante la falta del o los titulares, y su figura constituye una obligación en las sociedades que prescinden de la sindicatura.

El lugar que el ejecutivo ocupaba en la estructura directiva de MC Catering revela la trascendencia y confianza de su figura para los socios del comercio que, además, lo consideraban “un amigo”.

La pregunta del millón

El lunes 7, cuando se conoció el hallazgo del cuerpo de Sarjanovic en un departamento de Moreno 511 –después la fiscalía diría que ahí residía Alicia Fernández y que el contrato de alquiler lo firmó su hija Virginia Seguer- el abogado de la familia, Fausto Yrure, dijo públicamente que la víctima le prestaba “millones de pesos” a la mujer de 38 años, con la que desde hace un año mantenía un vínculo sentimental.

“Él tenía una relación comercial con esta mujer. Habían sido compañeros de trabajo y ella había hecho un emprendimiento personal relacionado con ropa, pero la relación con Diego continuó”, explicó Yrure.

Agregó que “le prestaba plata y estamos hablando de millones de pesos, es mucho dinero”. La revelación plantea un inevitable interrogante: ¿De dónde obtenía un empleado jerárquico de un emprendimiento familiar “millones de pesos” para prestarle a una amante?

El jueves, durante una entrevista con el programa Trascendental de LT8, el abogado dijo desconocer el monto del flujo de dinero entre la víctima y una de sus victimarias, aunque ratificó que cree que el móvil del crimen se inscribe en una deuda, tal la hipótesis de la Fiscalía.

Cuando se lo consultó acerca de si el dinero que manejaba Sarjanovic para inversiones o presuntos préstamos era propio o de la empresa para la que trabajaba, se aleló. Respondió con un largo silencio, que interrumpió para decir: “Sé que tenía un buen nivel de vida, y que no había nada raro”.

La mañana en que la irrevocable angustia de los familiares y amigos de Diego por su desaparición se transformó en irremediable dolor por el hallazgo de su cuerpo apuñalado, el diario La Capital daba cuenta de la presunta participación del ejecutivo en negocios reñidos con el circuito formal del dinero.
Una nota firmada por Hernán Lascano, escrita el domingo antes de se conociera el sangriento final de Sarjanovic, decía: “Como habitual encargado del movimiento de dinero de Mc Catering Sarjanovic se desempeñaba en toda la operatoria legal de una empresa regular que no merece ningún reproche”.

Y seguía: “Pero en ese ámbito adquirió conocimientos acerca de inversiones y también de los lugares donde hacerlas y empezó a sacar provecho de esa experiencia para realizar negocios propios. Su familia considera, según señala su abogado, que ese adiestramiento lo llevó a conectarse con circuitos de dinero negro, por ejemplo cuevas financieras donde se descuentan pagarés o cheques a fecha, o donde se negocian divisas, actuando como prestamista u operador del flujo de fondos de determinados comercios, particulares o empresas. Y también con determinadas mutuales donde los controles de capitales suelen ser muy laxos”.

La familia Cura tenía conocimiento del vínculo entre Sarjanovic y Seguer, que había sido empleada de MC Catering SA. El sábado 5 Jorge Cura declaró que “ese día (por el viernes) Diego le contó que se iba a encontrarse con Carolina Seguer, con la cual Diego continuaba en contacto”.

Tres días después fue Matías Cura quien le dijo al fiscal que “Diego me había comentado días antes que Carolina tenía que recibir un dinero por la venta del fideicomiso”.

Codicia: matar por plata

El fiscal Moreno, que investiga el asesinato de Sarjanovic y no su desempeño financiero, calificó el hecho como homicidio doblemente agravado por ensañamiento y codicia. El primero de los agravantes obedece a que, según la autopsia, las 64 puñaladas clavadas en el cuerpo de la víctima fueron realizadas mientras permanecía con vida. La segunda calificación está fundada en un móvil económico.

Durante la audiencia imputativa contra Seguer y su madre el fiscal sostuvo que “más allá de la ausencia en este momento de elementos documentales, surge claramente que puede haber una vinculación dineraria, y que el homicidio estuvo direccionado a rehuirle a esa obligación monetaria que tenía que saldar, y que era imperiosamente exigida por la víctima a fin de poder saldar sus propias cuentas que se habían descompensado”.

La hipótesis fiscal se basa en el testimonio brindado por Álvaro, un amigo del malogrado directivo de MC Catering, quien contó que “hace un año y medio (Virginia Carolina) le ofreció realizar negocios en los cuales él debía poner dinero. Se asociaron de hecho Carolina, Diego y otro hombre de apellido Moscato”.

Para el fiscal “este último era el cerebro de los negocios”, cuyas características aún se desconocen. ¿En qué consistían? “Diego ponía la plata, Carolina conseguía lo negocios”, dijo Álvaro.

Moscato falleció hace un año pero los negocios continuaron. El amigo de Sarjanovic declaró que “mientras vivía Moscato, Carolina le devolvía siempre el dinero que ponía Diego con un interés”. Pero “luego de que falleció Moscato, Diego ya no recuperaba el dinero”.

El mismo testigo declaró que la mujer había prometido saldar su deuda con la venta de un inmueble. A principios de agosto Seguer le comunicó a Sarjanovic que ladrones le arrebataron el dinero de esa transacción.

“Después Diego me llamó y me dijo que a Carolina le habían robado la plata de la venta de la casa, que estaba lastimada. A lo que le pregunté si la había visto lastimada, o si había ido a la escribanía a comprobar la transacción. Diego me respondió que no. Le pregunté si Carolina había hecho la denuncia por semejante hecho, y Diego me dijo que no, que no había ninguna denuncia por el robo, cosa que me pareció muy extraña”, declaró el amigo, según leyó el fiscal Moreno en la audiencia del miércoles.

El cuadro que configura la teoría del caso para la Fiscalía, por lo menos hasta el momento, se completa así: “Diego me comentó que le tenían que entrar cheques a la cuenta y no sabía cómo cubrirlos. Por eso necesitaba que Carolina le devolviera el dinero”.

Álvaro explicó que Seguer le había ofrecido “un negocio muy rentable”. Ponía 40 mil dólares en un fideicomiso destinado a la construcción de departamentos, retiraba más del doble: 90 mil. “Esto me pareció muy extraño, ya que tenía una rentabilidad muy alta”, dijo el testigo.

Su declaración redondea el asunto: “Diego me contó que ese viernes Virginia le iba a entregar el dinero del fideicomiso, o sea los 90 mil dólares”. La autopsia señala que Sarjanovic murió el mediodía del viernes.

Interpretaciones

“La particularidad de la relación comercial (entre Seguer y Sarjanovic), hacen muy dudosa la existencia de respaldo documental”, dijo el fiscal Moreno, alentando la idea de que el dinero invertido fuera de origen inconfesable. “Y es justamente esto lo que posibilita que sacar del medio a Sarjanovic, posibilite la elusión del pago”. Muerto el acreedor, expira la deuda. Para el fiscal, en cambio, “si hubiese respaldo documental no tendría sentido el homicidio”, por cuanto la acreencia seguiría inalterable.

A la inversa podría alegarse que una deuda sin “respaldo documental” no es exigible, al menos por vía legal.

Como fuera, en la instancia preliminar de una investigación que recién se inicia, la Fiscalía entiende de acuerdo a los elementos que pudo reunir hasta ahora, que existe la probabilidad de que Seguer haya matado por plata. Como lo hace cualquier “pibe chorro” en una tentativa de robo o en la consumación de un asalto. Pero este no es un caso de inseguridad de los que perturban la paz social y alimentan el agobio ciudadano. Los actores pertenecen a un sector social que no roba carteras ni celulares, que no vive en zonas marginadas sino que habita en barrios residenciales y asiste a clubes exclusivos. Pero que, sin embargo, no está exento de incurrir en el pecado capital de la codicia, que el terrenal Código Penal sanciona –en casos de homicidios calificados por ese motivo- con reclusión perpetua.

Ensañamiento y codicia

La investigación por el homicidio de Diego Sarjanovic avanzó rápidamente desde su desaparición, el viernes 4 de septiembre, pasando por el hallazgo de su cuerpo el lunes 7 y la prisión preventiva dictada a las sospechosas del crimen, el miércoles 9.

El fiscal Miguel Moreno, de la unidad de Homicidios, reunió una serie de evidencias –básicamente declaraciones testimoniales– que le permitieron acusar con grado de probabilidad a Seguer y Fernández como coautoras del asesinato, tal cual le exige el Código Procesal Penal para esta instancia de la investigación preparatoria.

Así lo entendió en la audiencia la jueza Raquel Cosgaya, quien les dictó prisión preventiva mientras transcurra el juicio y aceptó la figura penal escogida por el fiscal: homicidio doblemente agravado por ensañamiento y codicia.

La teoría del caso expuesta por Moreno en la audiencia imputativa realizada el miércoles pasado consiste en que Seguer y su madre mataron de 64 puñaladas a Sarjanovic para eludir el pago de una deuda que la víctima les reclamaba, acuciado a su vez por cheques que tenía que “levantar” de su cuenta.

El titular de la cochera donde fue hallado el automóvil de Sarjanovic, una VW Suram, testimonió que fue el propio ejecutivo quien estacionó el vehículo allí el viernes 4 de septiembre a las 10.15. Declaró que era habitual que dejara el auto en ese lugar y que ése día le dijo que iba a demorar “más de lo normal”.

El informe de la autopsia estima que el ejecutivo de MC Catering fue asesinado al mediodía del mismo viernes.

Una ex pareja de Virginia Carolina Seguer declaró ante la Fiscalía que el sábado ella le envió un mensaje a través de wattsapp en el que le decía que necesitaba hablar con él. Habían estado juntos durante 7 años y aún mantenían en común la propiedad de un vehículo, a pesar de la relación se había terminado hacía tres años.

El domingo por la noche le llega un mensaje de Seguer que decía: “Me estoy suicidando”. El hombre la llamó y le preguntó dónde estaba, a lo que la mujer le dijo “en Mendoza, adentro de un auto” y que “no podía vivir así”, según contó Moreno.

“Le pregunté con quién se fue, me dijo con mi mamá”, abundó la ex pareja de Carolina.

La charla continuó:

-Yo lo maté.
-¿A quién?
-A Diego.
-¿Con qué?
-Con un cuchillo.

“Dice el testigo que no podía creerle porque no relacionaba la fuerza de ella con lo grandote que es Diego”, relató el fiscal. Seguer pesa 43 kilos y su madre 48, ambas miden 1,62 metro. La víctima medía 1,90 y pesaba unos cien kilos.
La autopsia determinó que Sarjanovic recibió golpes además de puñaladas, y que el crimen fue perpetrado por “más de una personas”. Para el fiscal, hasta el momento, no habría participado un tercero en la muerte del gerente por fuera de la madre y la hija.

Artículo publicado en la edición de este sábado del semanario El Eslabón.

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