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Yo no sé, no. A la tele la veíamos alrededor de las 5 de la tarde. A esa hora, entre otros, aparecía Bat Masterson, un cowboy de bastón y galera que tenía, con nosotros, una platea con asistencia casi perfecta asegurada. No sé a quien se le ocurrió hacer un amistoso en la cancha de la aceitera, en la que se entraba y se salía por un callejón hecho para los carros y que estaba totalmente rodeada por las casillas en las que vivían los locales. A poco de comenzar el partido ya teníamos decidido quién iba a tener en la voz el bastón de mando para, si saltaba la bronca, tener una retirada honrosa y ordenada. De ser hoy el partido –comenta Pedro–, por la voz podrían ser Vaquita o el Sapito, por la jeta que tienen; pero por el criterio de cuidar al grupo, sin duda, el Negro Guille sería el que diera la orden.

A pesar de que con 17 años rebotábamos en las primeras prohibidas, teniendo 17 como promedio de edad, un junio, o mejor dicho aquel junio del regreso del general, tomamos el Supe. Entre otras cosas, para arrebatarle el bastón de mando que aún tenían en el colegio las autoridades que venían de la dictadura.

En el resto del mundo, el bastón de mando estaba en fuerte discusión. Desde el Mayo francés, los países del norte de África, los no alineados y Vietnam, lo testificaban. Aún así, el poder financiero se las arregló como para que el poder quedara en manos de las minorías que siguieron complicándole la vida a cualquier gobierno, sea quien fuere el que tuviera el bastón de mando. Pedro me dice: “La verdad que entre los bastones, salvo los que usaban los copetudos como para echar facha, me quedo con los bastones de apoyo, los que te ayudan a caminar; los bastones blancos y los verdes; los bastones presidenciales democráticamente elegidos; y el de mando, de mariscal, que cada militante tiene que llevar en la mochila. Me quedo con todos esos. Y lo que hay que tener de los 17 es el espíritu, como aquel 17 de octubre en que un pueblo entero hizo de sus patas el bastón de mando, metiéndolas en la fuente.

Fuente: El Eslabón.

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