El panorama que emergió tras las elecciones del 25 de octubre reconfiguró la lectura del escenario para buena parte de los partidos de izquierda y progresistas, no kirchneristas, que reivindican movimientos como el encabezado por Evo Morales en Bolivia, el del chavismo en Venezuela o avances como la Asignación Universal por Hijo, las paritarias y el juzgamiento a los genocidas de la última dictadura cívico militar. Ahora, resetearon su GPS y luego de no pocos debates, plenarios y congresos, salieron, con reparos, a militar a su estilo el voto a favor del Frente para la Victoria.

Ciudad Futura dijo presente

“Entendemos que lo que se juega en estos momentos es ver si volvemos decidida y rápidamente al pasado o si todavía queda espacio para seguir construyendo algo nuevo hacia adelante”, fue el planteo inicial de cara al balotaje del Frente Ciudad Futura, construcción política rosarina que en las últimas elecciones distritales logró meter tres bancas en el Concejo Municipal.

“Scioli no es el candidato de nuestro proyecto, ni el que más nos hubiera gustado de proyecto ajeno. Pero no es el balotaje el momento de discutirlo. Los alcances y los límites del proyecto que gobernó el país en los últimos 12 años están claros y siempre los dijimos. Ahora es momento de reducción de daños”, fue otro de los argumentos esbozados por los Ciudad Futura, espacio que nuclea a los movimientos Giros y 26 de junio, para quienes votar al Frente para la Victoria en la segunda vuelta se trata de “evitar una nueva catástrofe social en la Argentina: la que implicaría volver al neoliberalismo. Y evitar, al mismo tiempo, el comienzo de un retroceso regional en toda América Latina”.

Ciudad Futura lanzó su propia campaña para la segunda vuelta, bautizada #NoMacriNo, que según explicó la agrupación “está abierta a todos lo que quieran participar (no sólo militantes)”, que tiene como objetivo “poder estar en la calle mostrando cuál es el verdadero proyecto detrás de Macri y sus sabidas consecuencias” y “convencer a los que iban a votar en blanco para que voten por Scioli y a los que iban a votar a Macri para que por lo menos voten en blanco”.

“Nunca estuvimos de acuerdo en eso de que «cuanto peor, mejor»”, refirieron y ampliaron: «Muchos de los partidos que llaman a votar en blanco creen que cuanto peor sean las condiciones de vida de la gente mejor va a ser para poder «hacer la revolución»”. Estamos en las antípodas de esa perversa y probadamente falsa «teoría de la hecatombe». En cambio, nos dedicamos todos estos años a proponer y construir avances más allá de los propuestos, en el marco de las mejorías sociales que vivimos.

Para Patria Grande no da lo mismo

“Mauricio Macri y el PRO son claramente la expresión partidaria que expresa más cabalmente los intereses del capital concentrado y la oligarquía en la política argentina”, escribieron desde de Patria Grande, agrupamiento de la izquierda latinoamericanista, opositora al kirchnerismo, que a nivel provincial hizo frente con el espacio de Carlos Del Frade –quien ya adelantó su apoyo “crítico a Scioli– y que en el orden nacional si bien no participó del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), llamó a votar al candidato de ese nucleamiento, Nicolás del Caño.

“El ajustado primer lugar de Scioli frente a Macri, y el inesperado triunfo de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, modifican el mapa político del país”, señalaron en el marco de su propia campaña puesta en marcha bajo la consigna “No da lo mismo”.

“Es evidente que es el candidato favorito del establishment. Un triunfo de Macri significaría no sólo un gran retroceso para nuestro pueblo, sino también un duro golpe a los procesos revolucionarios abiertos en América Latina, ya que a nadie se le escapa que Macri es un abierto conspirador contra los gobiernos de Cuba, Venezuela o Bolivia”, añadieron.

La agrupación –cuyos referentes en la ciudad son entre otros, Fernando Rey y Majo Gerez, y que logró ingresar este año como concejal de la ciudad a Celeste Lepratti– no se guardó críticas para el Frente para la Victoria, “el Partido Justicialista, sus gobernadores, intendentes, las estructuras sindicales burocratizadas que se mantuvieron intactas, a tal punto que están esperando la salida de Cristina para tomarse revancha contra buena parte de la militancia genuina que se ha sumado al FPV en estos años”.

Para Patria Grande tanto Scioli como Macri “generan un rechazo lógico, por su recorrido y porque ambos expresan un giro conservador”, pero “no es lo mismo para el campo popular la victoria de uno por sobre otro”, remarcaron a la hora de rechazaron el voto en blanco. “No nos da lo mismo un gobierno (del PRO) que, diga lo que diga en medio de la campaña electoral, durante años votó en el Congreso de la Nación contra los principales avances de los últimos años: la estatización de las AFJP, la expropiación de YPF, el matrimonio igualitario, la Ley de Medios, la Asignación Universal por Hijo”, señaló Patria Grande entre otros tantos argumentos.

Acuerdo de Pares

En el palo del progresismo, y al igual que lo hiciera la semana pasada la referente de Solidaridad e Igualdad (SI), Alicia Gutiérrez (diputada provincial que integra el Frente Progresista Cívico y Social), quienes también se diferenciaron de sus socios del Partido Socialista (que se pronunciaron por el voto en blanco) y del Partido Radical (que apoya a Macri), fueron los integrantes de Participación, Ética y Solidaridad (Pares), cuyos más connotados representantes son la diputada provincial Verónica Benas y el diputado nacional Antonio Riestra, integrantes de la Corriente de Unidad Popular y también del FPCYS.

El jueves pasado, el Congreso Provincial de Pares dio a conocer su posición y anunciaron: “No votamos a Macri, su proyecto no representa los intereses populares”.

“Esta disyuntiva la enfrentamos en Santa Fe cuando derrotamos el experimento de marketing, ajuste y conservadurismo que impulsaron el PRO y Miguel Del Sel”, recordaron desde Pares, aunque reconocieron también que “el escenario nacional del balotaje no ofrece hoy alternativas políticas que sostengan los valores y principios políticos y sociales a los que adherimos”.

“No debemos declararnos neutrales o prescindentes, ya que nos enfrentamos a la posibilidad de que se instale un gobierno promercado que desarticule la presencia reguladora del Estado”, fue el mensaje final del espacio interno del Frente Progresista.

Fuente: El Eslabón

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