“Es necesario y urgente formar a periodistas “

La comunicadora y militante feminista Sonia Tessa opinó sobre el tratamiento de los medios sobre los hechos de violencia de género, y aseguró que es necesario formar a los trabajadores de prensa sobre la temática.

Al conocerse la cifra de mujeres asesinadas por violencia de género en Santa Fe durante 2015 y el femicidio de Graciela Noemi Príncipe, ocurrido apenas unos días atrás ‒en plena calle y ante la mirada de todos‒, organizaciones sociales, políticas y gremiales se pusieron en alerta y salieron a exigir medidas concretas y urgentes. “Los movimientos sociales y de mujeres son fundamentales para instalar el tema y sensibilizar”, comentó a El Eslabón Sonia Tessa, periodista y militante feminista, quien desde sus columnas de Rosario|12 y su programa Juana en el Arco (Radio Universidad) aborda temas ligados a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres. En este sentido, la comunicadora también aportó una mirada sobre el tratamiento que dan los medios sobre la violencia machista, y aseguró que la falta de formación es un problema, y al mismo tiempo sostuvo que es imprescindible generar espacios de formación especializada en el tema para trabajadores de prensa. Sobre esto, recordó la existencia del Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra la mujer que elaboró la Red de Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista. “El decálogo tiene varios años y tiene cosas muy importantes, por ejemplo, a partir de ahí se impuso la erradicación de la forma «crimen pasional» para empezar a hablar de asesinatos de mujeres víctimas de violencia de género”, contó la columnista. También hizo un balance sobre las políticas de género del kirchnerismo y analizó el panorama de cara al futuro bajo la administración macrista. “Las políticas antipopulares van en detrimento de los derechos humanos y de las mujeres, pero eso no significa que vamos a dejar de pelear”.

–¿Qué análisis hacés del tratamiento que le dan los medios a la violencia machista?
–Primero aclaro que no me gusta generalizar, pero hay muchas colegas, porque en su mayoría son mujeres, que aunque tienen muy buenas intenciones uno nota falta de formación intelectual y académica para una mejor comprensión del problema. Sobre todo en cómo funciona el patriarcado, si no, nos quedamos en la anécdota. «A tal mujer la mató su pareja» como si fuera un tema aislado o un policial más. Así como hay coberturas aberrantes, también hay colegas que son bienintencionadas, pero les falta análisis, y es necesario plantear urgente espacios de formación.

–¿Cuáles serían los principales errores o lo más importante a saber en la cobertura de estos hechos?
–Son mujeres asesinadas por el solo hecho de ser mujeres, de eso se trata cuando hablamos de femicidio, pero siempre es una trampa del lenguaje que cuando un  término se instala se soslaye el sentido. Hemos avanzado mucho pero el patriarcado es estructurante en las relaciones, por eso hay que estudiarlo. Estudiarlo como un sistema de organización entre los géneros. Muchas veces siento que se usa el término violencia de género, por ejemplo, sin incorporar su sentido. Incluso cuando se habla de género, hasta hay quienes plantean “la violencia de género al revés”, cuando una mujer asesina a su pareja. Siempre son menos los casos, y el hecho tiene siempre una historia de violencia detrás, por eso hablamos directamente de violencia machista.

En la polis griega la subordinación era de todos, hombres, mujeres, ancianos y esclavos al hombre propietario. Por eso la de la mujer no es la única, pero sí la más importante, por una cuestión numérica: somos la mitad del planeta. Pero el patriarcado es un sistema que no tiene que ver solamente con la subordinación de las mujeres. Y en ese sentido es necesario el análisis y una formación adecuada.  

–¿Dónde se puede formar un trabajador de prensa en cuestiones de género?
–Yo me formé hace muchos años, pero hoy en la facultad hay profesoras y profesionales, cátedras y espacios dedicados a esto. El Sindicato de Prensa ha promovido espacios, la Defensoría también, pero se tienen que multiplicar para poder abordar el núcleo duro del problema. Éste, justamente, no es un buen momento en las relaciones entre las patronales de los medios y las organizaciones sindicales, pero deberían promoverse esos espacios de formación, aún cuando sabemos que para las empresas lo importante es vender y cuanto más escabrosa es una noticia más se vende.

–¿Qué categorías tienen que manejarse?
–Del patriarcado y el machismo, incluso de qué se trata el amor romántico que es estructurante de las relaciones, porque son categorías fundantes del círculo de la violencia que se estudia desde hace decenios.

 –¿Cómo se combate la naturalización de los hechos de violencia machista?
–Es muy difícil. Si bien el año pasado se instaló fuerte el tema, fue por una gran movilización de las organizaciones sociales. Los medios tienen influencia, no vamos a ser necios. Lo podemos vivir y sufrir, pero también es real que la fuerza social y los movimientos de mujeres son muy importantes para instalar el tema, y para darle tratamiento. El recorrido del Movimiento de Mujeres en Argentina es extenso, notable y muy activo, por eso acá no dejamos pasar un hecho de violencia machista como algo aislado. Pero si no están esos actores, deja de ser noticia. Acá nos sigue conmoviendo, pero va a ser así en la medida en que la sociedad civil siga activando.

–¿Qué balance haces de los avances del Estado en la materia en los últimos años?
–El gobierno anterior fue más popular y con un interés especial en materia de derechos humanos en un sentido amplio. Quiero decir que se hizo mucho, pero en materia de género se hizo menos que en otras áreas. Deja un déficit. La paradoja es que el nuevo gobierno puso en el Consejo Nacional de Mujeres a una militante feminista, algo que hubiera sido más esperable de los gobiernos de Néstor y Cristina. Sobre todo sabiendo que el gobierno actual va a acentuar las diferencias sociales. Y no es una impresión mía porque hoy estoy un poco más pesimista… ya lo estamos viendo todos.

–¿Qué perspectiva tenés de lo que se viene con la nueva gestión?
–Acentuar las diferencias sociales nunca es compatible con los derechos humanos. Para una mujer que quiere salir de un círculo de violencia le va a resultar mucho más dificil, porque es casi de manual que la violencia comienza cuando el hombre le pide a la mujer que deje de trabajar. La aisla y genera dependencia. Si ya es dificil salir de ese círculo de violencia para la mujer trabajadora, imaginemos cómo va a ser para las que no tienen ni van a poder conseguir trabajo. Por eso las políticas antipopulares van en detrimento de los derechos humanos y de las mujeres, pero eso no significa que vamos a dejar de pelear. Recordemos que los encuentros de mujeres cumplieron el año pasado 30 años. Cuando empezaron ni se hablaba de violencia machista, ni de género, ni de femicidio. A fines de los 80, cuando Monzón mató a su pareja Alicia Muñiz, eso era un hecho privado. Por eso digo que es notable el trabajo que se hizo. Y esa fuerza que tienen los encuentros no va a menguar, al contrario. Incluso las diferencias entre kirchneristas y otros espacios políticos hacia adentro del Movimiento van a pasar a un segundo plano porque seguramente haya otras cosas para resolver primero.