“Volvimos al 2001 de un per saltum”

La convocatoria a una audiencia en el juzgado N° 14 en lo Civil y Comercial de Rosario para el próximo 22 de marzo, en el marco del expediente por la quiebra del Hipermercado Tigre, disparó la alarma de los trabajadores. La Justicia provincial tildó de “usurpadores” a los antiguos empleados que fueron dejados en la calle quince años atrás por el ex titular de la empresa, Francisco Regunaschi, quienes tras el cierre del establecimiento lo reconvirtieron en una cooperativa y centro cultural y social en el que desarrollan actividades y emprendimientos económicos más de treinta instituciones. “Hay una clara intencionalidad política detrás de esta intimación”, denunciaron los laburantes que el pasado viernes 19 de febrero realizaron una asamblea para definir un plan de lucha para defender su proyecto. El lunes 14 de marzo realizarán una gran asamblea de organizaciones para definir un plan de lucha.

Mucho más que un lugar de trabajo

Al calor de la lucha por mantener el lugar de trabajo, que se dio en el marco de un proceso más amplio que atravesó la ciudad y el país –en donde miles de empresas abandonadas o quebradas en medio de la explosión neoliberal de los años 2000, 2001 y 2002 eran ocupadas y puestas a funcionar por sus ex empleados–, La Toma se convirtió en un centro cultural, social y político donde decenas de organizaciones, a la par que apoyaban la pelea por la expropiación de lugar, fueron encontrando su espacio para desarrollar actividades gracias a la apertura de sus nuevos administradores.

En la actualidad, unas treinta instituciones y organizaciones populares tienen sede y desarrollan cotidianamente sus actividades en La Toma, y otro tanto ocasionalmente. Se usa de teatro, de galería de arte de la facultad de Humanidades y de taller de trabajo. Tiene espacios de producción, un mercado popular, una carnicería y un bar. Funcionan también un comedor universitario, los centros municipales de economía social, con sus artesanos, y que está instalando escuelas de oficios; está la asociación de actores, el Sindicato de Guardavidas, la CTA de los trabajadores, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep); la Mutual de Psicólogos, el Centro Aprender a Vivir Mejor, que trabajan la violencia de género; organizaciones de derechos humanos como APDH, Familiares, y el Espacio Juicio y Castigo.

“No pasarán”

“La quiebra se pasa por el traste absolutamente toda la ley de expropiación sancionada en Santa Fe sobre nuestro lugar, desconoce todo, es como que volvimos el reloj de la historia a la previa de 2002”, explicó, con la calurosa y concurrida asamblea realizada en La Toma como telón, Carlos Ghioldi, presidente de la cooperativa de Trabajadores en Lucha, que gestiona el establecimiento recuperado en 2001.

Para los trabajadores de La Toma, la lectura de lo que está ocurriendo con estos nuevos movimientos judiciales no deja lugar a dudas. “Es claramente una intención política de un juzgado que pretende desconocer los últimos 12 años de lucha”, analizó Ghioldi.

Ante este panorama, la resolución de los laburantes del súper recuperado fue convocar a la asamblea del pasado viernes. “Vinieron todas las organizaciones que están en La Toma y ahora la idea es realizar otra asamblea abierta y más amplia aún, que realizaremos los primeros días de marzo, donde vamos a exigir a todas las organizaciones populares que se hagan presentes para decidir en conjunto las medidas de resistencia y lucha que llevaremos adelante”, puntualizó el referente.

“Nuestra propuesta es seguir como hicimos hasta acá, caminando y laburando con toda la comunidad de espacios que se han instalado en La Toma a desarrollar sus actividades y emprendimiento desde hace años. Impulsamos la creación de una comisión en defensa de La Toma, que se movilice por las calles de la ciudad y que decida un plan de lucha”, refirió Ghioldi.

El presidente de la cooperativa, denunció que la Justicia los trata “como usurpadores, como ocupantes, del establecimiento”, y apuntó: “Volvimos al 2001 de un per saltum. Esto es inaceptable, inadmisible y no lo vamos a tolerar bajo ningún punto de vista”.

Según el dirigente, los trabajadores están convencidos de que “esto es una resultante del nuevo contexto político”, en el que –consideró– “representantes de los sectores económico más concentrado y reaccionarios se han hecho del poder en el país, y pretenden hacer como que acá no ha pasado nada en todos estos años y que es tiempo de revancha”.

“Hace diez años los trabajadores en vez de irnos a la calle aceptando un futuro de marginalidad y exclusión decidimos organizarnos y enfrentar la situación, peleando por los puestos de trabajo”, recordó Ghioldi y concluyó: “Nosotros nos organizamos democráticamente y resistimos los embates del poder judicial y las patronales durante estos años apelando a la solidaridad y la movilización. Como la solidaridad es algo recíproco, resultó inevitable que pusiéramos el lugar al servicio de los demás sectores populares, y hoy, el lugar es de todas y todos los trabajadores del pueblo de Rosario, tanto como de los compañeros que peleamos por el puesto de trabajo, como de todas las organizaciones que enfrentamos una situaciones de injusticia”.

Fuente: El Eslabón