Foto: Télam.
Foto: Télam.

Yo no sé, no. Aiti, la abuela de Pedro, que en realidad se llamaba Catalina –Aiti quiere decir “mamá” en finlandés– los días de cobro de la jubilación se levantaba a las 6 de la matina y se iba tempranito. Hasta en invierno. El banco abría a las 10, entonces le decíamos “¿Por qué se va tan temprano, Aiti?”. “Lo que pasa es que se pueden chorear la plata. Si los ricos vienen y sacan toda la plata, chau, se acabó. Tenés que esperar al otro mes”. Tenía esa idea Aiti.

En la plaza Galicia había unos bancos, y cuando uno noviaba se presentaba ahí –por calle Viedma– si los noviazgos venían medio en serio, para que lo vea todo el mundo. Era un lugar recontra seguro, los bancos eran un territorio ganado que parecía que iba a ser para siempre. Los equipos del barrio, La Cortada, Viedma, inclusive los de Nacional tenían un banco de lujo, fundamentalmente La Cortada. Un día el Gatito Cáceres, que jugó en Central y anduvo en una gira internacional, vino a vivir al barrio y le dijo a Pedro, que era delegado de La Cortada: “Yo voy a estar en el banco, cuando te falte uno, entro”.

Era un lujo para La Cortada tener al Gatito en el banco. Era un banco seguro, que el cualquier momento entraba y te daba vuelta el resultado. Los equipos de Rosario también. Pedro recuerda que el Negro Palma estaba en un banco de lujo porque era el suplente de Sperandío. Cuando se quiebra Sperandío lo ponen de cinco. En ese equipo en el que muchos decían que Don Ángel inventó el cuadrado mágico del mediocampo. Los de Newell’s también tendrían bancos de lujo en distintas épocas. Algunos hablan de Balbo, que era suplente de algunos delanteros y estaba en el banco. Y algunos otros que también habría.

Algunos cuentan que los primeros grupos de resistencia que se querían organizar fueron a hablar con el Viejo, que estaba en España, y le propusieron que había que agarrar los fierros, o pasar a acciones más directas. Perón, según una de esas historias difíciles de confirmar, les dijo: “Para eso, muchachos, se necesita mucha plata y yo no la tengo. Así que o le manguean a tal tipo o van a los bancos. Ahí deposita la plata la oligarquía y si ustedes la sacan de ahí, para una causa popular, nadie va a chillar”.

Hubo un tiempo –me dice Pedro– que con Chiche (Jorgito) tenían que hacer las reuniones en los bancos de bulevar Oroño porque no había muchos lugares seguros. Entonces se sentaban ahí, aprovechando que estaban cerca de los colegios, a hacer reuniones relámpago para discutir políticamente. Todavía se podía pelear la cosa, aunque ya estaba media podrida y había que tomar ciertas medidas de seguridad. ¿Viste? –me pregunta Pedro–, con esto de pagarle a los fondos buitre, al final los bancos la van a juntar con pala más que nunca. Incluso aquellos que están involucrados en el tráfico de dinero sucio. Si viviera mi abuela –añade– volvería a decir como decía siempre que hay que cobrar la jubilación rapidito antes que el dinero quede en manos de esos tipos. Y menos mal que no vivió el 2001, cuando los bancos se llevaban la plata a camionadas rumbo al aeropuerto. Si no hubiera dicho: “Vieron que siempre tuve razón”.

Ahora habrá que pelearla hasta ahí, porque si estos tipos –la “aristocracia del dinero”, como los llamaba Dorrego–, están metidos hasta en el propio Gobierno, la vamos a pasar muy fea. Y habrá que crear nuevos ámbitos y nuevos bancos, como aquellos en los que nos sentíamos seguros. A lo mejor no da para que sean bancos de lujo, pero sí donde podamos volver a pelearla. Salir a la cancha con los mejores jugadores y que los que estén de suplente sean toda una garantía, me dice Pedro.

Más notas relacionadas
  • Club de lecturas

    En el marco del Día del Libro, Argentino obsequió obras de Fontanarrosa a capitanes rivale
  • Los siete Locos

    El Marcelo Bielsa de Newell’s, Vélez, Athletic Bilbao, Leeds United, y las selecciones de
  • Clases cósmicas

    La revista digital autogestionada Meta lanzó una cátedra maradoniana con Diego como materi
Más por Hilo Negro
  • El testigo

    El calor parecía aumentar en el local, lleno de ansiosos, humo y voces. Le dije que por es
  • Remontar el barrilete en esta tempestad

    Yo no sé, no. La tarde se ponía fresca y Pií entraba en calor dándole al serrucho. Tenía p
  • ¿De qué se cansó “la gente”?

    En medio de una hecatombe social, Malena Galmarini lanzó una piedra en aguas peronistas de
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

Fuga en la Bolsa

El gobernador Pullaro pidió bajar retenciones al agro; recursos nacionales para infraestru