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El militar estaba acusado por participar en sesiones de torturas. Foto: Archivo Noticias Formosa.

Otra vez la muerte como atajo hacia la impunidad. El capitán retirado del Ejército Marcos Francisco Rodríguez se pegó un tiro en un departamento ubicado en pleno centro de Rosario. La noticia fue admitida por uno de los hijos del militar al semanario paranaense Análisis, y fue confirmada a Redacción Rosario este jueves por la fiscalía local. Rodríguez estaba prófugo en el marco de la causa que instruye el juez federal de Formosa, Juan Carlos Vallejo –quien investiga los crímenes cometidos durante la dictadura en el Regimiento de Infantería de la provincia nordestina–. Entre 1975 y 1978 fue jefe de la Sección Intendencia de la citada unidad militar y ministro de Economía de esa provincia en los dos meses posteriores al golpe del 24 de marzo de 1976. En septiembre de 2013, el ex mano derecha de Agustín Feced, Ricardo Corrales, tomó la misma decisión, aunque con diferente método.

Prófugo

Un día antes de suicidarse, según la versión familiar, ante la presencia de su esposa en Lofts & Suites –un sofisticado hotel de renta temporaria de departamentos ubicado en Mendoza al 1800 donde se domiciliaba el militar–; efectivos de la Policía Federal habían allanado una vivienda ubicada en las afueras de Paraná en busca del ex oficial del Ejército.

Rodríguez estaba acusado de privación ilegítima de la libertad, tormentos agravados, asociación ilícita y desaparición forzada de personas. Aunque en 2006 estuvo unos días detenido en Formosa, fue momentáneamente beneficiado con una falta de mérito.
Esta semana que terminó, el juez Vallejo ordenó la detención de Rodríguez luego de una denuncia presentada por el abogado y ex preso político Pedro Velázquez.

Los policías que allanaron la casa del militar este miércoles, tras comprobar que Rodríguez no estaba en su interior, informaron que –según el testimonio brindado por una de las hijas del suicidado horas después en Rosario– “estaba viviendo en Punta del Este”. De acuerdo al artículo del semanario Análisis, la mujer, que pretendió despistar a los oficiales federales, es además policía de la provincia de Entre Ríos.

Según consta en un cable de la agencia Télam del miércoles 9 de marzo, como integrante de la plana mayor del regimiento de Formosa, Rodríguez estaba encargado de las finanzas de la unidad militar y, según los testimonios de varios presos políticos, su oficina estaba al lado de la sala de torturas. Rodríguez también estaba acusado de participar en las sesiones de tortura y de prestar una colaboración esencial para la comisión de esos delitos.

De acuerdo la acusación, desde su rol de jefe de la Sección Intendencia del regimiento formoseño el militar participó «en los secuestros y detenciones, actos de rapiña, operaciones en el interior y fuera de la provincia y traslados, en los que eran utilizados tanto vehículos militares como otros no identificados en gran cantidad y con mucho personal».

En el expediente judicial se concluye que «fue el capitán Marcos Rodríguez quien proporcionó los recursos para combustible, viáticos, etcétera, (para cometer esos delitos)». «Dentro del regimiento, según declaraciones de los mismos suboficiales encargados de la custodia de los detenidos, en la época investigada existieron entre 100 y 120 personas en esa situación, para cuya alimentación en cautiverio, ineludiblemente, debió intervenir el jefe de Sección Finanzas (Intendencia)», concluye el escrito.

La información del suicidio de Rodríguez fue confirmada a la revista Análisis por su hijo Marcos Rodríguez Allende, quien a la vez es el titular del Ente Provincial Regulador de la Energía de Entre Ríos (EPRE). Rodríguez hijo indicó que su padre utilizó un arma de fuego con la cual se disparó en la cabeza.

Este medio se acercó hasta Lofst & Suits y constató que sobre el lugar la Justicia dispuso un operativo con policías federales. Consultados por Redacción Rosario, desde la empresa que gestiona el edificio rechazaron ofrecer cualquier tipo de información que tuviera que ver con el hecho.

Segundo caso

No es el primer caso en la ciudad en el que un represor de la dictadura decide suicidarse, cuando la Justicia le toca la puerta para que rinda cuentas ante los crímenes de lesa humanidad que se le imputan.

El ex mano derecha de Agustín Feced, Ricardo Corrales, fue internado tras haber tomado lavandina y falleció el 24 de septiembre 2013 al no poder recuperarse del grave cuadro producto de la ingesta suicida.

Tal cual lo había revelado este medio, el sábado 31 de agosto de 2013 el ex policía del Servicio de Informaciones –donde funcionó durante la dictadura el mayor Centro Clandestino de Detención de la provincia– había sido llevado a terapia intensiva del Sanatorio Plaza de la ciudad, luego de haber ingerido agua lavandina.

El represor, que estaba procesado en el marco de la causa Feced por 31 secuestros, 131 casos de secuestros seguidos de torturas, 16 desapariciones y 10 homicidios, tenía prisión domiciliaria otorgada por la Jusitica Federal.

Ricardo Corrales fue durante la dictadura uno de los secretarios privados de Agustín Feced, el comandante de Gendarmería que condujo salvajemente la policía de Rosario en los años del terrorismo de Estado. Estuvo prófugo desde el pedido de indagatoria solicitado por el fiscal Gonzalo Stara hasta que se entregó el 6 de diciembre de 2011.

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