Tucumán, el rey y su bufón

“El rey de España fue inventado –después de la república– por la dictadura del general Franco, que por algo ya había llegado a ser generalísimo. Ese rey español tiene ese origen descastado y pasaría a la historia de la verdadera democracia si renunciara. No es representante de Dios en la Tierra ni puede representar a todo un pueblo. El rey Juan Carlos pasaría a la historia si renunciara porque representa a un sistema ya superado por la historia”, decía Osvaldo Bayer en una de sus célebres contratapas de los sábado en Página /12, allá en noviembre de 2006.

“Sin duda, esa institución de la monarquía es una falta de respeto para todos los que cayeron en su lucha por la república –principalmente aquellos que dieron sus vidas en plena juventud–, como tener instituciones «por razones de seguridad» o de «estabilidad», decía el maestro autor de “La Patagonia Rebelde”.
Ha pasado tiempo de esa nota, pero ni el monarca renunció, ni se juzgaron los atropellos del franquismo, y menos de la responsabilidad de la corona hispánica en los crímenes de la colonización en nuestro continente. Pero ahora tiene bufón, un patético virrey.

“Desde el palacio, se veía el mar y en el jardín, la corte reía”

El 1 de abril de 1939, la dictadura liderada por Francisco Franco tomó el gobierno de España 36 años y medio más tarde, el nieto de quien perdió la Corona, Juan Carlos de Borbón, fue consagrado monarca por las Cortes franquistas.
Entre banquetes y recepción, mientras la península se desangraba con la dictadura, Juan Carlos I sería luego la cabeza de esa tal monarquía parlamentaria, aún vigente. Lo que tampoco perdió vigencia fueron los escándalos vividos en la familia real. La sangre azul se renovó en junio de 2014, cuando Juan Carlos pasó a ostentar la dignidad de «rey» de manera vitalicia y realizará exclusivamente las funciones que le asigne su sucesor, Felipe VII.
Entre las causas de su alejamiento, muchos miran a los servicios secretos españoles, el Cesid, que al parecer amenazaba con hacer públicos unos “1.051 Delitos” en sus últimos 30 años de reinado. Entre los informes se documenta que la fortuna de su graciosa corona es superior a los 33 mil millones de euros, protegidos en cuatros paraísos fiscales. Ese tesoro personal del que tiene coronita surge de apropiarse de otros 16 mil millones de euros de inversores y cajas de ahorro; de tomar 3.800 millones al intermediar en la privatización de Repsol-YPF. También es denunciado por llevarse 1.040 millones de la oferta pública de adquisición de acciones, con su amante la princesa alemana Corinna. Además, se lo apunta por cobrar durante 25 años comisiones por los barriles de crudo que España compra a Arabia Saudí. No falta documentación sobre la existencia de cinco hijos extramatrimoniales, vida licenciosa y hasta adicción a drogas de las buenas.

“Me habían dicho / que atrás del mar el pueblo entero, pedía comida.”

El monarca, recordemos, gusta profundamente de las cuestiones sudamericanas. No hace tanto, en Santiago de Chile, cuando en noviembre de 2007 se realizaba la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, el rey le chantó aquel diplomático: «¿Por qué no te callas?», al compañero Hugo Chávez, cuando el bolivariano interrumpiera al real mandatario José Luis Rodríguez Zapatero.

En tanto, tras que en Rosario, el gobierno nacional saludó a la Bandera en su día mediante una suelta de garrotazos y chorros de agua al gentío inconformista, ahora se fueron todos los pro y empresarios a celebrar Halloween o la independencia de Estados Unidos, junto a los diplomáticos yanquis en un palacete porteño. Cabe mencionar que a tal ceremonia también asistieron el super socialista gobernador santafesino Miguel Lifting y aquel tal Binner, príncipe tuitero que con su microposteo, donde afirmó; “Obvñzfhnhxds”, se coronó como “trending topic y hashtag”.
Cosas de la diplomacia, dirán los súbditos del poder. En esta sarta de agachadas agreguemos que el presidente de decreto fácil, también invitó, para una conmemoración tan profunda para nuestra identidad, como es el recordatorio del golpe de Estado, el 24 de marzo, al mismísimo presidente estadounidense Barack Obama. Se ve que el gobierno comienza a tener más cercanías con los líderes del poder mundial, que con la gentuza de estos pagos.

En la misma frecuencia de sumiso y domesticados súbdito, cual Alfonso Prat-Gay suplicando «disculpas» a empresarios españoles por los últimos años del kirchnerismo y la reestatización de YPF, el presidente bufón, podrá agitar ahora sus globitos amarillos y reír cuando viaje a Tucumán “bailando a través de las colinas”.

Pero, hasta en España, el 12 de octubre de 2015, en su Día de la Hispanidad (invasión de peninsulares ibéricos a nuestro continente), tras el militarista desfile, el majestuoso Felipe VI intentó –tal cual hace el ex presidente de Boca–, juntar a los enfrentados por cuestiones de clases y cultura en una llamada “fiesta de todos”.

Claro que la intentona no sirvió para que participaran dirigentes de los partidos independentistas de Cataluña, el País Vasco, Navarra y el partido emergente Podemos. Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, resumió el sentir de muchos españoles “es una vergüenza de Estado que se celebre un genocidio”.

“… yo era el rey de este lugar aunque muy bien, no lo conocía”

“La Pedagogía de la desmemoria es la madrastra de la historia oficial y hace del olvido, de la pérdida de la identidad, de la amnesia colectiva y de la tergiversación su máximo catecismo”, dice Marcelo Valko, autor de los libros Cazadores de Poder de reciente aparición y Pedagogía de la Desmemoria, entre otros.

“El poder tiene pánico de recordar, por eso busca por todos los medios colectivizar la amnesia e impide el acceso a la palabra”, explica. Ese manto de olvido y silencio sobre nuestro pasado, impuso esa mirada –ahora oficial nuevamente– sobre 1816, cuando el proyecto centralista empieza a imponerse sobre el otro, el de los Pueblos Libres, que desde el artiguismo buscaba una Patria Grande, federal, igualitaria e inclusiva.

“Nuestro país suele hacer un culto del olvido, y lo que tenemos que saber es lo que no nos han enseñado. La historia fue hecha por escribas de nuestro país, que están muy lejos de entender lo que realmente fueron la Revolución de Mayo y la Independencia”, resaltó Marcelo Valko, psicólogo e investigador en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y fundador de la cátedra Imaginario Étnico, Memoria y Resistencia de la Universidad Madres de Plaza de Mayo.

“Se aprende al remover el pasado, a partir de una documentación testimonial irrebatible”, señala el también autor de investigaciones sobre la historia argentina como Desmonumentar a Roca, estatutaria oficial y dialéctica disciplinaria (2013) y Los indios invisibles del Malón de la Paz: de la apoteosis al confinamiento, secuestro y destierro (2008), entre otros.

En el prólogo de Pedagogía de la desmemoria (2010), Bayer sostiene: “Este libro es un escalón importante para el debate que nos debemos los argentinos. Aquí están las pruebas históricas para llegar a conclusiones definitivas. Las citas de los llamados pensadores, que aparecen aquí, una a una, son imperdibles. Penetrar en esta profunda investigación de Marcelo Valko es ganar las armas de la información para buscar la respuesta a la pregunta: ¿qué nos pasó a los argentinos? ”.

También resalta: “En mis textos demuestro hasta qué punto la historia oficial construyó un relato muy diferente de los hechos del pasado argentino. A aquella élite de la encumbrada generación del ´80 le bastaba una patria pequeña, enquistada en el puerto de Buenos Aires, dando la espalda al interior y al resto de Latinoamérica. Nos basamos en archivos inobjetables como el que me abriera en su momento el arzobispo Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco, Archivos del Ejército, la Armada, la congregación Lazarista y la Salesiana, entre otros”.

“En el nuevo aniversario de la independencia observamos que hay políticos a quienes le sobra Patria y están muy cerca de la colonia: no en vano el gobierno del ingeniero Macri invita para el Bicentenario al rey de España. Nosotros ¿de quién nos independizamos el 9 de julio? Es completamente esquizoide. Es un contrasentido e indica que la colonia está más cerca de esa élite que la Patria”, advierte Valko, al participar de la conferencia titulada “Pedagogía de la Desmemoria”, organizada por la Cátedra Abierta Pensar Nuestra América de la Escuela para la Innovación Educativa de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE).

“Revolución, revolución, cantaban las furiosas bestias…”

Más acá, con la consigna “el otro Bicentenario, el de los pueblos”, se movilizará en Tucumán el pueblo diaguita. Señalaron¨: “No tenemos nada para festejar, se cumplen 524 años de resistencia indígena”.

“A 200 años de la llamada independencia de los españoles, los pueblos originarios no tenemos nada que celebrar. Por el contrario, es un día de luto y reflexión por todos estos años de opresión”, afirma la convocatoria al Segundo Parlamento de Pueblos y Naciones Originarias, que se realizará en la ciudad de Buenos Aires esta semana.

“Desde Tucumán, donde se hizo la ‘declaración de independencia’ de España, nos preguntamos: ¿Qué tenemos para festejar? Se cumplen 524 años de resistencia indígena y popular, y 200 años de la constitución de un estado represor y genocida”, afirma la convocatoria a la marcha desde plaza Urquiza, hasta los tribunales.

“Nuestra lucha es un proceso de siglos, donde nuestros abuelos resistieron la instalación paulatina del Estado en territorio diaguita del Valle Calchaquí, de Tafí y Trancas, y luego resistieron la invasión de encomenderos devenidos en terratenientes”, indicaron.

“En 1816 comenzaba una nueva era de colonialismo en contra de nuestros pueblos, donde nuestros derechos ancestrales fueron violados sistemáticamente hasta nuestros días. Esto significó un nuevo genocidio, la pérdida de gran parte de los territorios en donde habitábamos y trabajábamos”, afirma la convocatoria.

Fuente: El Eslabón