Foto: Manuel Costa.
Foto: Manuel Costa.

El Plan Preventivo anunciado por el gobernador Miguel Lifschitz fue repudiado en su mayoría en esos territorios donde va a aplicarse. Los referentes barriales de distintas corrientes sociales y políticas coincidieron: cuando lo único que se aplica es mayor represión, los muertos los ponen los barrios. También coincidieron en que este diciembre llegará distinto: menos trabajo, menos plata, menos razones para celebrar y más para reclamar. La pregunta que se repiten es clave: ¿por qué en vez de anunciar más policías no anuncian más políticas sociales para paliar el desempleo y la creciente pobreza? El Eslabón dialogó con ellos para entender qué significan estos anuncios e intentar esbozar un panorama local cercano a la realidad.

“El gobernador se está anticipando a conflictos y nos parece muy preocupante. Es una forma de reconocer que en los barrios la cosa no da para más y elige reforzar la presencia de policía para prevenir”, manifestó Victoria Clerici, militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos. El “no da para más” al que hace mención Clerici se manifiesta en distintos niveles: laboral, de salud, económico y también delictivo. Pero no es lo único, ni lo primordial. “Nos preocupan las declaraciones anticipadas a conflictos sociales. Y que en vez de llamar a referentes barriales, reunirse en distritos, ver qué pasa, el diálogo sea cero con la gente de a pie. Parece que dice: «yo sé que existe el conflicto y por eso mando a la cana». Y sabemos qué significa la policía en los barrios. No lo podemos controlar”.

Juan Carlos Rodríguez, representante de Miles y la Federación Tierra y Vivienda, consideró que el gobierno socialista está actuando en sintonía al protocolo antipiquete y represivo de (la Ministra de Seguridad Patricia) Bullrich. “Intentan quedar bien con el gobierno nacional. Es la única forma de entender que un gobierno que se supone progresista tome estas medidas”, señaló.

Rodríguez recordó que cuando se anotició del Plan Preventivo lo primero que pensó fue en medidas sociales contra el hambre y la desocupación. “Pero nos encontramos con que es policía por si hay conflicto social. Nosotros no queremos que haya un desborde social, no queremos compañeros muertos por pedir comida. Pero a la vez, no sabemos cuánto lo podemos contener”.

La crisis social también crece desde el pie

Aldo Villalba es miembro del Frente Social “Desde Abajo”. El trabajo barrial del Frente se extiende en 16 barrios rosarinos, está también en Villa Gobernador Gálvez y Pérez. Villalba explica primero con números lo que luego detallará: en lo que va del año, tuvieron que abrir siete nuevos merenderos y comedores para satisfacer la demanda de los vecinos. Esos datos se explican en la cotideaneidad de esos barrios: “Un dato que aparece fuertemente es que durante muchos años se recuperó el valor de la familia como sujeto empoderado en la sociedad. Nos encontramos, ahora, con que muchos papás no tienen trabajo fijo, a veces se tienen que ir por dos semanas, y el chico ya no comparte una comida con la familia, además de que al menos una vez al día va al comedor de la escuela o al del barrio. Las familias tienen que elegir: entre el cine o el parque, o guardarse esos mangos para comer unos días más”.

El plan preventivo lanzado por el gobierno provincial es, según Villalba, un intento de especulación política. “Cuando aparece la sensibilidad social o una situación de crisis social como la de ahora, surgen las especulaciones políticas. El Pro a nivel nacional no cumple el rol que tiene que cumplir como contenedor social y el socialismo no es interlocutor válido para resolver estas situaciones. Las organizaciones contenemos, somos un colchón, pero no sabemos cuánto se puede mantener. La ausencia del Estado es tal que la cuestión represiva no va a alcanzar: pueden militarizar barrios pero el hambre no espera”.

“Estamos para atrás, pero no puedo asegurar que se vaya a pudrir”, consideró Catriel Álvarez, referente de Ciudad Futura en Villa Moreno. Álvarez sostuvo que los rumores abundan en el barrio en referencia a qué puede pasar en diciembre. Pero que son sólo eso, rumores. Y a la par de eso, resaltó que la gente no quiere saber nada con el conflicto, los enfrentamientos, y la violencia en general.

Las diferencias en calidad de vida, dice Álvarez, se notan. Y se van a notar más aún cuando se compare este diciembre con el pasado. “Tenemos un ejemplo: en febrero, iban cien chicos a la copa de leche y casi que lo mandaban para ahorrar unos pesos. Ahora hay 180, y van porque realmente no tienen nada. La situación preocupa y la prevención que llega es sólo del orden represivo. Son cada vez más policías y ya sabemos qué hacen”.

Villa Moreno cuenta con otro ejemplo claro de lo que es la ausencia del Estado y el contraste con años anteriores cuando, con sus falencias, había un intento de marcar presencia. El Centro de Asistencia Judicial (CAJ) fue una de las primeras instituciones que el gobierno nacional desmanteló. Catriel Álvarez, que trabajaba en ese espacio, resaltó cómo cambiaron las consideraciones acerca de la necesidad del Estado en el barrio. La gente percibe cada vez la necesidad de contar con instituciones activas. “Es evidente que lo que se necesitan son más políticas sociales. En Villa Moreno sólo quedan los centros de salud y están desbordados”.

Victoria Clerici, por su parte, consideró que es innegable que este año va a cerrar críticamente para los barrios y sectores vulnerados. “Eso se nota”, afirmó. “Como también está claro que la gente quiere vivir las fiestas en paz. Eso no es una abstracción. El conflicto no está organizado y si algo sucede, sería un desborde lamentable. Si la respuesta del Ejecutivo sigue siendo la negación y la represión, no están colaborando para que el fin de año sea tranquilo. Yo me pondría a ver eso y trabajar en ese sentido más que ver cuánto policía mando”.  “Hay hambre. Ya no existen los dos platos de comida en la casa. Los chicos comen al menos una vez en el comedor”, coincidió Rodríguez; y afirmó que él testea todos los días qué pasa en los barrios de Rosario. “Viene complicado”, resumió. Y, como todos, reclamó que no se intente contener esa crisis con represión sino con medidas sociales.

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Fuente: El Eslabón.

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