En un mediodía de sol impiadoso, el Coloso fue tomando color y pasada las 13.15 de este sábado, arrancó un partido accidentado, desprolijo y, por momentos, vertiginoso a pesar del calor agobiante. Al final, la Lepra obtuvo la satisfacción de volver a ganar de local.

La jornada fue cálida en Rosario. El árbitro tuvo que detener dos veces el partido para que los jugadores pudieran refrescarse. En las tribunas, en los sectores en donde el sol castigaba, las remeras se transformaban en turbantes y las banderas largas sirvieron de una leve protección.

En unas jugadas tempraneras resultaron lesionados, primero, el volante Brian Sarmiento y, luego, el defensor Bruno Bianchi. Pero fue Sarmiento quien se llevó la peor parte, y solo los plateístas que estaban en ese sector de la cancha pudieron ver lo grave de la jugada: el grito del jugador que se tomó el tobillo y mostró como le colgaba indignó a los hinchas porque tanto el árbitro como el juez de línea que estaba en frente, ni siquiera cobraron la falta. Si bien después se vio en la repetición por TV que su pie quedó trabado en el piso, fue a consecuencia de un claro empujón.

El club informó que el volante sufrió una luxofractura cerrada de tobillo izquierdo, según explicó el médico Juan Ignacio Bottoli. Dicha lesión requerirá intervención quirúrgica en los próximos días y varios meses de recuperación para el jugador.

En clave de carambola

A los 29 minutos, el primer gol vino de chiripa después de una serie de rebotes, al quedar la pelota boyando en el área, después de un corner. El Rayo Héctor Fértoli fue quien al final la mandó a guardar. Fue la llave para que el equipo del parque le encuentre la puerta a un triunfo en un partido que pintaba más complicado.

Tigre se fue como felino herido a empatarlo, pero se encontró con un segundo golpe al mentón, de la mano del moreno Luis Leal.

Ya en el segundo tiempo, y con todo para liquidarlo, el Rojinegro se complicó solito. No pudo rematar el partido y le dio aire a los de Victoria con un gol en contra del propio defensor leproso José San Román.

Pero Tigre no pudo profundizar la remontada. Ñuls, a pesar de mostrar flancos débiles, aguantó los embates y se perdió dos contras increíbles y tuvo que esperar con el corazón en la boca el pitazo final.

Así, se llevó tres puntos vitales en una semana agitada por la situación institucional y los rumores de una posible renuncia de Eduardo Bermúdez a la presidencia del club.

Y aunque la casa no esté en orden, el pueblo leproso igual podrá decir, con ganas: ¡Felices Pascuas!

 

 

 

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