Con esas manos de trabajar la tierra en Cushamen, criar cabras, tejer y lavar ropa “para afuera”, además de cocinar en una escuelita, Trinidad Jones Huala también sostiene en sus manos una vieja foto familiar con su nieto Facundo.
Con esa misma mano hoy recibió a Facundo, su nieto lonko de la Pu Lof Resistencia en Cushamen. El mismo ultra peligrosísimo terrorista que había declarado la guerra a Chile y Argentina, además de querer fundar una nación independiente, (ver otros falsos datos s en Clarín y La Nación).
Tras estar detenido en Esquel desde el 27 de junio de 2017, y negarle su excarcelación, le otorgaron la prisión domiciliaria hasta que la Corte Suprema defina el pedido de extradición desde Chile, donde es acusado de causar incendios, tenencia de armas caseras y violación de la ley de extranjería, además escuchar heavy metal.
Esta mañana, con una estricta custodia y vigilancia electrónica, mientras le confirmaban la “nuevas pauta de conducta” en el arresto en la casa de Trinidad. Con un estricto régimen –similar al impuesto a Milagro Sala–, tendrá visitas de cuatro personas en un mismo tiempo.
Régimen penal
Para entrar a la casa deben completar formularios y que sean aprobados por la Justicia Federal, mientras se les prohíbe consumir alcohol. Una de sus primas señaló: “Ahora parece presa el resto de la familia”. En tanto, la prensa deberá solicitar autorización con tres días de anticipación para hacer una entrevista.
Su tío Alejandro relataba a Redacción Rosario, que de todas formas fue recibido entre risas y abrazos, por ser una conquista.
Así como la comunidad luchó contra todos los obstáculos que debieron enfrentar para lograr la domiciliaria, también apoyaron la investigación de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado y el fusilamiento de Rafa Nahuel.
La memoriosa Trinidad
En tanto, esas manos de Trinidad tomaban las de Facundo, así como sostiene sus 83 años, criaron 12 hijos y acaricia con relatos memoriosos al montonazo de nietas y nietos que la cobijan con cálida admiración y respeto.
También esas manos agitan la ardiente paciencia con la que trasmite la historia ancestral e identidad de los suyos.
Cuando en agosto del año pasado visitamos a Trinidad, nos decía: “Estoy muy triste porque mi nieto Facundo fue otra vez detenido. Él no mató a nadie, no robó nada, ni cometió algún delito. Es un chico luchador que reclama tierras que son de nuestra comunidad”.
Y explicaba “es el lonko de la comunidad por su compromiso y sabiduría. Como todos los que vivieron en Cushamen, quiere recuperar esos campos, ellos saben cómo trabajar allá, criar animales, sembrar y vivir en el territorio de los ancestros”.