Con el título La gracia de la incertidumbre, empezó a circular en esta primavera de las pasiones tristes el número 21 de Apología, la revista de periodismo narrativo de Rosario que lleva 8 años pateando la ciudad, poniéndola patas para arriba. La publicación que dirige Santiago Beretta conserva su impronta fanzine de la primera hora, un poco punk, desalineada (la edición es de Joakina Parma) y contestataria (heredera de la legendaria Cerdos y Peces), pero haciendo a un lado la pose del cronista enojado, para ampliar el campo de la escucha y ofreciendo una mirada dislocada de nuestros entornos.
Sin embargo, este número viene con algunas novedades que desde esta columna bancamos fuerte: el notable incremento de notas firmadas por mujeres, y la sección Correos, segmento cedido a lectores. La primera carta es de la escritora y bibliotecaria Verónica Laurino, quien aprovechó el espacio para contar una anécdota que la une a la revista desde sus inicios, en la hemeroteca de la Biblioteca Argentina: la búsqueda del libro de Susan E Hilton que inspiró la película La ley de la calle, de Francis Ford Coppola que por aquella época había fascinado a los pibes de Apología.
La escritora y gestora cultural Lila Siegrist participa de este número con Paisaje, un fragmento de su novela Destrucción total (Editorial Blatt & Rios, 2014). La publicación también incluye un cuento de Roberto García, La ofensa del artista. ¿Qué es la naturaleza? es una breve nota de opinión de Eduardo Spiaggi en la que dispara preguntas sobre qué entendemos por naturaleza en este capitalismo del demonio.
La revista se abre en las primeras páginas con una crónica de Aylen Diaz, La urgencia del afuera, que recorre algunas teteras, o lugares de encuentros sexuales de los bordes, como el cine porno de la cortada Ricardone, o entre los arbustos del Parque Independencia.
El relato de Ariana Daniele, Códigos, narra la historia de vida de un taxista que aprende en la calle sus leyes para la supervivencia. Por su parte, Marcos Mizzi escribe sobre una visita, curiosa y deslumbrada, a los sótanos de los Tribunales Provinciales, inventariando un sin fin de objetos incautados del delito común o del crimen organizado.
Todos los textos están acompañados de ilustraciones a cargo de Delfina Freggiaro, Pablo Feli, Matias Buscatus, Julian Alfano, Teté Sequeira, Maximiliano Masuelli, Victoria Bueno, Guillermina Sgro y Malena Guerrero.
El punto fuerte de Apología es desde sus inicios su vocación y oficio por contar historias de vida, o experiencias que encierran el sentido de muchas. “Hay ciertos circos bien montados alrededor de la existencia”, reflexionó Leandro Di Paolo, autor de ¿Qué vida vale la pena ser vivida?, entrevista a un chofer de ambulancia. Otra gema de Apología #21 es el reportaje breve a Sandro Galasso, investigador privado de la ciudad. Sus historias podrían ser guiones de películas de cine negro. En el mismo registro de crónicas está ¿Cómo vas a tener un nombre que no te gusta? Una charla extendida con Martha Fabré: pintora, poeta, canillita, y arrulladora full time de vecinos en pena, desde su puesto de diarios de Buenos Aires y Cerrito. Los autores de la entrevista, Santiago Beretta y Renata Dumas Sentis, advierten que ese kiosco “es una nave de locos, una trinchera ciudadana”.
La publicación también incluye una entrevista a Flor Croci, guitarrista y fundadora de la primera banda de chicas de la ciudad en los 90, a cargo de Lucía Rodríguez, con retratos de la artista, a cargo del fotógrafo Maximiliano Conforti. “Prefiero ser mejor editor que cronista”, contó Beretta, director y fundador de la revista, al reconocer que con el tiempo fue ablandando los límites de la escritura, sumando otras miradas al proyecto. Pero aclaró: “Lo que no cambia en la revista es mi obsesión por contar la ciudad”. Para nuestra fortuna, Rosario es grande y profunda.
Columna publicada en el periódico El Eslabón Nº 374.
