El guitarrista de Gay Gay Guys, Iván Jiménez, lanzó su primer material solista. Sin máscaras ni pretensiones poéticas, la obra se reduce a canciones genuinas, amorosas, y directas.Iván Jiménez es un compositor y cantante de 22 años. En diálogo con este periódico, sostiene que las canciones de Zona Sur “son autocríticas”. El trabajo discográfico fue lanzado en las redes hace menos de diez días. En YouTube, el disco está subido completo, y hace sólo algunas horas, aparte, se puede escuchar y ver un collage de uno de sus cortes: Neymar (no te vayas del Barsa), un tema pegadizo que interpela al jugador brasileño: “A los niños que alucinan con llegar a primera no enseñes que el dinero y la gloria individual son todo lo que importa, la dupla que hacés con Messi me enseñó a ser solidario y considerado», y agrega en otro fragmento: «Pensá en los niños que tienen la cartuchera con tu cara, y pensá en los que compraron la casaca tuya en calle San Luis”.

“Es mi primer disco solista, que tiene un seudónimo que es Zona Sur pero que soy yo. La historia que siempre cuento es que son canciones que me ayudaron, entonces al menos se merecían esto. Son canciones autocríticas, que hablan de mí, a veces en primera persona, y otras no. Aparecen cosas que me gustan y cosas que no. A uno le pasan cosas con las personas, y si no las expresa, no te dejan pasar. Es como que mejor decirlo, esto pasa y hay que sacarlo para afuera”, explica Iván, y avanza en la esencia de las letras y los climas sonoros: “En cuanto a las líricas, tiene como una cosa particular: yo siempre escuché música medio depre, medio pesimista. Y antes de llegar a este disco escribía muchas cosas metafóricas, medio confusas. Esta vez, escribiendo me di cuenta que yo quería decir algo y no lo decía, y no sabía si tenía vergüenza o si estaba tapado por eso del lenguaje, como una cuestión de masculinidad, de cómo se expresa extrañar a alguien, y cómo se expresa la tristeza, despojarse de eso y decirlo en un lenguaje muy vulgar, con literalidad. Y sonoramente, traté de hacer un mantra que no fuera hacer un disco de «guitarrista», porque en esos discos está eso de «acá entra la guitarra más copada, y ahora otra que haga esto». Incluso, en el disco predomina el teclado, que no sé tocar, y recién hay un solo de guitarra importante al final. Fue una cosa de ver cómo lo podía construir de una manera distinta”.

Bien al sur

El disco de Iván Jiménez tiene ocho tracks: La sonrisa más linda que vi, 2017, Hippie, Mini, Neymar (no te vayas del Barsa), Paz, God Bless 142 y Zona Sur, el homónimo.

“Lo quise hacer con presupuesto cero -dice el compositor-, después fue creciendo, en parte porque yo trato de pagarle a los colaboradores que ponen su tiempo, sobretodo a los que trabajan de eso. Al principio fui a la casa de un amigo y empecé a grabar los temas, pero terminó todo más grande de lo que yo pensaba. Como el proceso de mezcla, que lo hice con una amiga de toda la vida que está en Los Ángeles. A veces tomaba decisiones sobre los temas, como que sean del tipo low fi, más tranquis, y ella me convenció para que suene más grande”.

Iván comenta sobre cierto humor que subyace de las letras de las canciones y de los parates entre tema y tema, como los que experimentó el pasado sábado 24 de noviembre cuando presentó su material en sociedad en el espacio Quetepasa (QTP), en el barrio de Pichincha: “El disco tiene un componente medio crudo de humor, como el tema de Neymar, o la Sonrisa, que tienen una manera de hablar del amor o las obsesiones que puede ser medio graciosa, no sé, la gente se ríe. Y después hay otros temas que no están ahí, como ese que dice «siempre habrá un chino que canta mejor que yo», es un poco para interactuar con la gente, porque en definitiva vos estás ahí sentado, como desnudo”.

Para Jiménez, el concepto de Zona Sur “es medio imaginario, infantil”, y afirma: “Hay cosas volando, como en la tapa del disco, que estoy yo a la vuelta de mi casa, por Saladillo, en Los Andes entre Arijón y Centenario. Estoy sentado en la vereda y en la pared de la casa hay un Perón Vuelve, y un parlante no, y una bicicleta. Hay un linyera durmiendo en el piso, y hay un gatito y un perro, un San La Muerte, un cupido y una estatua de un buda, casi porque sí”.

Iván se muestra contento con su primer disco y ya planea el próximo. Sus deseos también están puestos en los Gay Gay Guys, banda local de la que participa hace casi tres años: “Firmamos con BPM discos, que es un sello de Buenos Aires que se está agrandando, junto a otra banda local, los Bubys Vayins. Y ahora en enero nos vamos a Marcos Juárez a grabar nuestro segundo disco que se va a llamar Droga y delincuencia, y que ya estamos ensayando”. Un título un tanto ganchero. “Es la provocación, así como a la banda los chicos le pusieron «Los putos, putos». Y a la movida que hacemos acá en Rosario le pusieron Rock Villero. Son cosas que, desde un sentido común, uno debería tener vergüenza, pero tiene que ver con sacar el pecho. Droga y delincuencia es el título de una canción, que viene de una historia que está buena: cuando Juanma y Tomy vivían en una casa de calle Viamonte, un día el vecino le golpea la puerta y no sé qué les reclama, y les dice: «Lo que pasa es que en esta casa hay droga y delincuencia» (risas). Como que quedó. Si el otro tiene prejuicios, bueno, te voy a dar la razón”.

 

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