En el análisis del celular del fiscal Alberto Nisman se corrobora la información original brindada desde La Señal Medios: en las últimas 48 horas se comunicó con la hoy ministro Patricia Bullrich. En nuestro artículo –elaborado pocas horas después de la muerte del funcionario- indicamos que el contacto fue intenso a lo largo de toda la semana que concluyó aquél domingo 18 de enero de 2015. Ayer, una importante nota de Raúl Kollman en Página 12 da cuenta de los detalles.

Ese elemento, que parece no interesar al Poder Judicial, se enlaza ahora con un dato que podría ser relevante si la honradez campeara en un periodismo que ha saturado a su público con la declamación de tal valor. Pues entre otros aspectos, salió a luz que en esos dos días fatídicos el atormentado fiscal almorzó con un periodista del diario La Nación e intercambió 146 mensajes de Whatsapp con Nicolás Wiñazki y Natacha Niebieskikwiat de Clarín y Laureano Pérez Izquierdo de Infobae.

Lejos de brindar testimonio genuino de lo conversado, esos medios han seguido difundiendo la idea de un asesinato prohijado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, e idealizando la imagen del fiscal parrandero como la de un valiente revelador de la conexión libanesa – iraní – sirio – peronista para realizar el atentado a la AMIA y de la trama iraní – venezolano – kirchnerista para encubrirla. En la era de Cualquier Cosa, persisten con semejantes dislates.

Lo que es más (en el orden mediático): Perfil ha re difundido un artículo de Pepe Eliaschev publicado en el año 2011 en el cual indica que “Argentina negocia con Irán dejar de lado la investigación de los atentados”. Vale recordar que el meneado Memorándum intentó exactamente lo contrario. Sin embargo, se ensalza la nota cual si hubiese sido un anticipo histórico y como “uno de los momentos cumbre de la carrera del periodista”.

Finalmente, y a la luz de algunas informaciones canalizadas en estas páginas sobre temáticas colaterales, es preciso señalar que durante los días previos a su deceso, Nisman intentó comunicarse en reiteradas ocasiones con Jaime Stiuso. El agente de inteligencia, sin embargo, parece no haber contestado sus apremiantes llamadas. Evocamos entonces que en aquél material efectuado por nuestro medio sugerimos que entre la actual ministro y los enlaces con los servicios del Norte, parecía haberse inducido un suicidio en base al abandono de la protección prometida.

Concluimos que los medios citados están comprometidos hasta las narices y que sus vínculos económico políticos se asientan en el interés más lejano posible de la opinión pública a la cual se dirigen a diario. La acotación es pertinente porque ya no estamos hablando de un factor de poder imbricado con un sector del empresariado; todo esto va mucho más allá y lo peor que pueda pensarse, estará cerca de la verdad.

(*) Director de La Señal Medios

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