El presidente Jair Bolsonaro presentó este miércoles su mayor programa de recorte: la reforma previsional, que obliga a los brasileños a aumentar una década de contribuciones. Fuerte rechazo de sindicatos.
Como hizo Mauricio Macri en Argentina, el mandatario brasileño le tiró un centro a los mercados financieros y dejó en offside al pueblo de aquel país. Este miércoles por la mañana entregó al Congreso el mayor objetivo económico de su gobierno, un proyecto que obliga a los brasileños a aumentar una década de contribuciones.
Con esta iniciativa, Bolsonaro apunta a ganar la confianza del mercado financiero, en medio de una crisis política en su gabinete. De todas formas, la reforma necesita de un apoyo mayor en el Congreso, por tratarse de una enmienda constitucional.
Es por eso que ya comenzaron las negociaciones, ya que el oficialismo necesita una mayoría especial de tres quintos de los votos en Diputados y en el Senado.
El ultraderechista mandatario llegó pasadas las 9.40 (misma hora que Argentina) al Congreso para presentar el proyecto al titular de Diputados, Rodrigo Maia. La propuesta de Enmienda Constitucional (PEC), establece una edad mínima de jubilación de 65 años para hombres y 62 para las mujeres. Las centrales obreras critican que será el fin del derecho a la jubilación por tiempo de servicio, lo que perjudicará a los que ganan menos, los que tienen una expectativa de vida más baja y entran en el mercado más temprano en profesiones que exigen más esfuerzo físico.
Los sindicatos resisten
Los movimientos populares y de trabajadores ocuparon la Plaza principal de San Pablo, para elaborar una agenda conjunta y un plan de luchas contra la propuesta de Reforma de la Previdencia de Jair Bolsonaro (PSL), en una Asamblea Nacional de la Clase Trabajadora, que será ampliada y apoyada por actos en al menos 11 estados y fortalecida con la llegada de delegaciones de diferentes regiones del país.
«El mote de la campaña publicitaria del gobierno es ‘por una nueva Previsión’. Y nosotros de la CUT no entendemos que se está construyendo una nueva Previsión. Entendemos que están queriendo acabar con la jubilación y la Seguridad Social que existe en torno a la Previdencia», critica Vagner Freitas, presidente de la CUT.
Los gremialistas también manifiestan “preocupación con la propuesta de capitalización de la previsión, que en países como Chile, lleva a los ancianos a la miseria y al suicidio, al pagar menos que un salario mínimo para quien trabajó durante toda su vida”.
La Asamblea Nacional es llamada por la CUT, Fuerza Sindical, CTB, Intersindical, Nueva Central, CGTB, CSP-Conlutas y CSB, además del Frente Pueblo Sin Miedo y el Frente Brasil Popular.
