Mientras Beijing ofreció este lunes a Washington “negociaciones tranquilas” para evitar una nueva escalada en la guerra que libran ambas potencias, el mandatario yanqui dijo que “China no tiene elección ante la presión de EEUU”.

La escalada, que amenaza con llevar a la recesión a la economía mundial, se reflejó el pasado viernes en las fuertes pérdidas que mostraron los principales indicadores de Wall Street.

El viceprimer ministro chino, Liu He, en un discurso público reproducido por el diario local South China Morning Post, opinó: “Nos oponemos a una escalada de la guerra comercial, que no sería beneficiosa ni para Estados Unidos ni para China; tampoco es beneficiosa para el mundo. Deseamos resolver la disputa comercial mediante negociaciones tranquilas”.

La invitación, recibida en principio con beneplácito por el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, durante la cumbre del G7 en el balneario francés de Biarritz, llegó después de que ambos países se atacaran mutuamente con la imposición o el aumento de aranceles por decenas de miles de millones de dólares.

En la guerra por el dominio del comercio global, la invitación que Trump consideró en principio como “algo muy positivo para el mundo”, luego derivó hacia lo que podría considerarse un redoble de apuesta por parte del mandatario norteamericano.

El presidente estadounidense negó a China espacio de maniobra en la disputa comercial con su país cuando fue preguntado en rueda de prensa sobre si las negociaciones con Pekín se podían considerar en punto muerto.

«Creo que (los chinos) son muy inteligentes y creo que el presidente Xi es un gran líder. No puede permitirse perder 3 millones de empleos en un corto plazo de tiempo”, aseguró Trump antes de subrayar que “quieran o no, no estoy seguro de que tengan elección”.

El inquilino de la Casa Blanca hablando en rueda de prensa conjunta con su homólogo francés Emmanuel Macron, fue más allá, y sostuvo: “Creo que ansían un acuerdo”.

Unas horas antes Trump, quien se encontraba participando en la cumbre del G7 en la ciudad francesa de Biarritz, declaró que las autoridades chinas se pusieron en contacto con Washington sobre la actual guerra comercial y pidieron que ambas partes vuelvan a negociar un acuerdo.

“Anoche China llamó a los negociadores comerciales de EEUU y busca volver a la mesa de negociación», afirmó Trump, quien aseveró que las conversaciones al respecto entre los dos países se reanudarán pronto.

De todos modos, EEUU tampoco puede darse el lujo de una guerra comercial con el gigante asiático, y el mandatario calificó la intención de Pekín de volver a la mesa de negociaciones como “un desarrollo muy positivo para el mundo”. Además, Trump elogió al presidente chino, Xi Jinping, al que calificó de gran líder y dijo que agradecía su intención de alcanzar un acuerdo comercial. Y acto seguido subrayó: “Vamos a comenzar a hablar muy seriamente con China (…) Creo que alcanzaremos un acuerdo”.

Trump anunció la semana pasada que desde el 1º de septiembre importaciones chinas por valor de 300.000 millones de dólares serán gravadas con un 15 por ciento, en en lugar del 10 que regía hasta ahora. Además, a partir del 1º de octubre los aranceles a las mercancías por valor de 250.000 millones de dólares aumentarán del 25 al 30 por ciento. La medida es una respuesta a las tarifas adicionales a las importaciones estadounidenses anunciadas el pasado viernes por Pekín.

El pasado domingo, la Casa Blanca aseguró que lo único de lo que se arrepiente el presidente Trump en la guerra comercial con China es de “no haber elevado las tarifas aún más”.

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