Con un contundente 5 a 2, el auriazul derrotó a Godoy Cruz en el Gigante y dejó atrás una sequía de 9 partidos sin sumar de a tres. Cardona en contra, Brítez, Rius, Rinaudo y Molina, los goles auriazules; Arena (que luego fue expulsado) y Badaloni, descontaron en la visita. El DT, que había avisado que si no ganaba se iba, sumó alivio a su estadía en el club.

A puro ritmo, fallas y goles, Rosario Central y Godoy Cruz le dieron continuidad a la 12ª fecha de la Superliga, en el Gigante de Arroyito. Es que en seguida, unos segundos antes de los 2’, el local ya festejaba el primer grito de la tarde por un gol en contra de Tomás Cardona tras una buena ejecución de Leonardo Gil de un tiro libre.

El auriazul mostró desde el inicio mismo serias intenciones de instalarse en campo adverso. Y no conforme con esa ventaja, fue por más. Y lo consiguió a los 15’, gracias a otra macana de su rival. Emanuel Brítez aprovechó un mal rechazo de Santiago García en su área, y extendió la diferencia empujando el balón a la red.

Pero dos minutos más tarde, cuando el festejo de los dueños de casa aún estaba fresco, otro error –ahora en el área de enfrente y de la defensa Canaya– le permitió descontar a los 17’ a Nahuel Arena, quien apareció sin marca y además contó con una floja respuesta de Jeremías Ledesma.

Y como el marcador no daba tregua, volvió a moverse a los 29’: A Ciro Rius le cayó en los pies un rebote, y con un certero remate transformó en el tercero, desnudando nuevamente las fallas defensivas del conjunto mendocino.

Ya en el segundo tiempo, los dirigidos por Diego Cocca pudieron estar mucho más tranquilo de lo que el trámite y el resultado le permitían, si el cabezazo de Miguel Barbieri no hubiese sido interceptado, casi en la línea, por el Morro García.

A los 15’ se cumplió esa regla futbolera de que los goles que no se hacen en un arco, se convierten en el de enfrente. Porque después de un par de avisos, el Tomba descontó a través de Tomás Badaloni, otra vez por un desajuste auriazul a la hora de defender la pelota parada proveniente de un córner.

El triunfo del local comenzó a tambalear hasta que a los 21’, Arena vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con uno menos. Los de Arroyito volvieron a tomar el control del partido y a hacer méritos para culminar el duelo con una diferencia mayor. La tranquilidad llegó con el golazo de media distancia de Fabián Rinaudo a los 31’.

Al encuentro le faltaba otro lindo gol, en esta oportunidad de Nahuel Molina, quien a los 42’ agarró de aire una pelota aérea, y la calzó justo para mandarla a guardar y anotarse en el tanteador, y así hacer más abultada aún la victoria.

Central necesitaba urgente el triunfo: para echar por tierra esa dura racha de 9 partidos sin ganar (con mayoría de empates), para sumar en la tabla de los promedios, y para darle continuidad al cargo de Diego Cocca, quien llegaba al encuentro luego de dar un ultimátum tras la caída ante Lanús. Pero ganó, y respira.

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