El Movimiento al Socialismo tiene fórmula, mientras la crisis institucional en Bolivia se tensa al máximo al acercarse la hora de las definiciones de cara a una salida electoral. Este domingo deben presentarse todas las candidaturas presidenciales, mientras continúan las persecuciones políticas y el clima represivo recrudece en las calles por parte de los golpistas, como así también las denuncias mediáticas rimbombantes contra Evo Morales.
El diario boliviano El Deber publicó el jueves pasado que se definió una fórmula presidencial desde las bases para el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales que está integrada por el ex canciller David Choquehuanca y el dirigente cocalero Andrónico Rodríguez. La decisión final se oficializará este domingo.
Este viernes, Morales se reunió con quien sería el candidato a presidente Choquehuanca, el ex minsitro de Economía Luis Arce y el ex ministro de Relaciones Exteriores, Diego Pary, y subió una foto a su cuenta de Twitter. Rodriguez no pudo asisitir “por problemas de seguridad”, según explicó.
Morales tiene previsto hacer una lanzamiento de la campaña electoral del MAS el próximo 22 de enero, en el estadio de Deportivo Español. El miércoles pasado, en la sede de Camioneros, Morales mantuvo una reunión con varios dirigentes argentinos del Frente Sindical a los que invitó. El senador provincial bonaerense y secretario general del gremio de los Canillitas, Omar Plaini, y el propio Pablo Moyano, de Camioneros, le expresaron su apoyo.
Desde Bolivia, la coalición Pacto de Unidad, una alianza de fuerzas políticas, indígenas y sindicales, definió que la dupla electoral que representará al MAS en las elecciones nacionales que se desarrollarán en el 3 de mayo. Será encabezada por el ex canciller David Choquehuanca, y secundada por el dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, según informó a perdiodico boliviano El Deber, el dirigente Teodoro Mamani, quien participó del cónclave el jueves pasado. Choquehuanca y Rodríguez eran dos de los postulantes, entre los que se destacaban también Arce y Pary.
Cacería y represión
La persecución política del régimen golpista continuó esta semana con la detención del ex ministro de Gobierno, Carlos Romero, el ex jefe de la Fuerza Aérea de Bolivia, y ex piloto presidencial Celier Arispe, y con el cierre de la Radio Kausachun Coca, medio comunitario ubicado en la localidad de Buena Vista, norte de Santa Cruz. Desde el golpe de Estado, más de 53 radios comunitarias suspendieron sus emisiones y los equipos de algunas de esas emisoras fueron destruidos, de acuerdo con informaciones y denuncias de diversas fuentes, publicó la agencia Prensa Latina.
Además, decenas de policías bolivianos fueron desplegados en los alrededores de la Embajada de México en La Paz, donde están refugiados ex ministros de Evo Morales, tensando otra vez al máximo la relación con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador que ha cumplido con el rol histórico de la nación mexicana de dar refugio a perseguidos políticos.
En tanto, el gobierno de facto incrementó desde el jueves pasado el patrullaje en las calles con policías y militares en “prevención” ante posibles manifestaciones en su contra.
Los sindicatos de indígenas y cocaleros del Chapare, centro del país y bastión de Morales, preparan movilizaciones para el próximo miércoles 22, Día del Estado Plurinacional, una conmemoración popular muy importante desde 2009, cuando entró en vigor la nueva Constitución que reconoce las múltiples parcialidades que componen Bolivia.
Como réplica amenazante, el gobierno de Áñez también informó sobre el ingreso al Chapare de soldados para realizar ejercicios de paracaidismo, y de otro contingente de militares “para erradicar cultivos de coca”.
En lo mediático, la campaña de los derechistas comenzó con todo a través de medidas de corte simbólico como el cambio de denominación de la Escuela Antiimperialista militar por un homenaje a los integrantes del Ejército que mataron a Ernesto Che Guevara, o con denuncias de supuestas violaciones a niñas campesinas por parte de integrantes del MAS por lo que en las redes los trolls ya comenzaron su trabajo con difusión de etiquetas “Evo Pedófilo” o “Evo Violador”, entre tantas otras.
EEUU vuelve al ruedo
Mientras el Tribunal Constitucional aprobada el miércoles pasado la extensión de los mandatos en un intento de normalizar una situación anormal, llegaba a La Paz un enviado especial de Donald Trump que dijo que EEUU dará apoyo al proceso electoral y “obviamente en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico”, resaltó.
Se trata del director senior para Asuntos Hemisféricos de Occidente del Consejo de Seguridad Nacional, Mauricio Claver-Carone, el mismo que durante la asunción del presidente argentino Alberto Fernández se retiró sorpresivamente por la presencia de invitados como el ministro de información venezolano, Jorge Rodríguez, según explicó después.
En la reunión en Bolivia estuvo también el encargado de negocios de la embajada estadounidense en La Paz, Bruce Williamson. Ya la semana anterior volvieron a aparecer en escena en Bolivia representantes estadounidenses para sondear una posible reanudación de la asistencia por parte de la polémica Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), para “ayudar” al gobierno golpista boliviano a organizar las elecciones. Se trata de la misma Usaid que había sido expulsada en 2013 de Bolivia por intromisión en la política nacional y por apoyar a grupos desestabilizadores.
Si algo tuvo claro Evo Morales en su momento es que uno de los escollos más importantes para Bolivia eran, justamente, las intromisiones de Washington. Así fue que expulsó en 2008 al embajador estadounidense en La Paz, lo que produjo la misma réplica de los EEUU, y posteriormente también les dio salida a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). Lo primero que hizo el gobierno de facto al asumir, fue volver a nombrar un embajador.
American Way of Life y boina blanca
En tanto, mientras Evo Morales prepara en Buenos Aires un acto para la presentación de sus candidatos el próximo 22 de enero, un grupo de legisladores encabezados por el ex gobernador de Mendoza y líder del radicalismo Alfredo Cornejo presentaba un proyecto para rechazar a Morales como refugiado político y forzar su salida de Argentina.
El diputado nacional Cornejo, en su carácter de presidente del Comité Nacional de la UCR, ya había difundido un comunicado de repudio a declaraciones de Morales, quien había valorado, en un tuit, la defensa del Estado con “milicias armadas del pueblo, como Venezuela». En esa pileta se tiraron de cabeza Cornejo y los suyos.
Así, ante la forzosa ausencia del empleado del mes de la embajada durante cuatro años, Mauricio Macri, otros que salieron a congraciarse también con sendos proyectos similares fueron la Coalición Cívica de Elisa Carrió y, por supuesto, el PR. Eso sí, cada uno por su lado.
Algunos pocos radicales se distanciaron. El dirigente Federico Storani advirtió que “el repudio a Evo fue una decisión unilateral de Cornejo” y calificó de “desmesura utilizar a la UCR para pedir quitar la categoría de refugiado” al ex presidente de Bolivia. También el ex diputado Ricardo Alfonsín le pidió al partido que haga una “autocrítica” sobre su posición y recupere su “sentido histórico”.
Pero el ruido de fondo también apuntaba al gobierno nacional, cada vez más presionado por la Embajada con respecto al presidente boliviano desalojado, justo en un momento de inicio de un proceso de negociación con los EEUU y el FMI, por el crucial tema de la súper deuda que tomó Macri.
Medios opositores y pro estadounidenses como Perfil e Infobae, entre otros, salieron al ruedo con rumores de decían que desde la misma Casa Rosada le pidieron a Morales que bajara el tono. La CNN insistió ante la Cancillería argentina a cargo de Felipe Solá, en busca de alguna respuesta a una carta de la ministra de exteriores del gobierno de transición que solicitaba al gobierno de Fernández que repudie las declaraciones de Morales. Y la cadena estadounidense recibió una devolución contundente: les dijeron, desde Cancillería, que no había respuesta oficial y les recordaron que Argentina no han reconocido al gobierno interino de Jeanine Añez, al que consideran de facto.
Al final, el propio Evo Morales tuvo que retractarse y los radicales retiraron el proyecto del Congreso.
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