La mayor dificultad que enfrenta el gobierno de Omar Perotti durante la pandemia de coronavirus es compartida, de alguna manera, con el presidente Alberto Fernández: cuidar vidas y reducir –en lo posible- los estragos económicos y financieros que producen la sanitaria medida de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Una diferencia sustancial es que la provincia no cuenta con algunas herramientas que sí posee Nación, como la ampliación de la base monetaria. Posee la vía de la emisión de cuasimoneda, como amagó el mandatario provincial. En la búsqueda de ese inestable equilibrio también talla la acción de las oposiciones, que no tienen responsabilidad de gobierno pero son prolíficas en propuestas para “salvar” a los afectados por la caída de la actividad. Algunas dan miedo.
Así, circulan proyectos legislativos para que el Estado prescinda del cobro de impuestos a sectores productivos y comerciales, flexibilice los controles sanitarios en pos de mejorar la actividad y, a la vez, fondee a los afectados por la crisis. Es decir, menor recaudación y mayor gasto público. Todo lo cual el Estado debería hacer sin caer en la “situación grave de violación a las garantías personales” que “es el llamado impuesto a las fortunas, que ahora impulsa el Gobierno”, dijeron representantes santafesinos de Cambiemos.
Amigo del déficit
Perotti listó esta semana la ayuda que llegó de Nación. Por el refuerzo de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la creación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el bono jubilatorio, “la provincia de Santa Fe recibió más de 8 mil millones de pesos”. Puntualizó que en el caso del IFE “hemos recibido atención para 600 mil personas”, según detalle: “Más de 350 mil son desempleados o informales; unos 47 mil son monotributistas de las categorías A y B; más de 14 mil es personal doméstico”.
Ocho mil millones de pesos no es poco. Pero en la emergencia no alcanza. “¿Nos quedaron todos adentro?”, se preguntó de forma retórica Perotti. “Es mucho, pero todavía nos quedó gente afuera. Deberían estar los docentes reemplazantes, los peones de taxi”.
Perotti, que es contador de profesión e inclinado a mantener el equilibrio fiscal por elección, comprendió rápidamente que es momento de hacerse amigo del déficit, como única opción.
Fundó su planteo de incorporar más beneficiarios a los programas de emergencia “porque le hemos pedido a la gente más días de aislamiento, por lo tanto es justo que lo que se planteó para una instancia inicial también pueda prorrogarse”.
Entrada y salida
El ministro de Economía, Walter Agosto, informó que en los últimos días de marzo –es decir, desde que la cuarentena adquirió carácter obligatorio- el fisco santafesino recaudó 4 mil millones menos que lo estimado. Explicó que eso no es tan grave, porque proyectó que abril será aún peor, pues sus 30 días transcurrirá en forzada cuarentena.
Paralelamente a esa caída de ingresos, Agosto había anunciado a fines del mes pasado una línea de crédito subsidiado por 4 mil millones de pesos, destinado a micro pymes. Eso ocurrió hace mil años, el 26 de marzo pasado. En aquella antigua centuria el titular de la EPE, Mauricio Caussi, anunció que no se cortará el servicio a quienes no puedan pagar.
Agosto dispuso la postergación del vencimiento de algunos impuestos, medida que prorrogó en abril. Antes, Perotti había anunciado el pago de un plus de 3 mil pesos para el personal de salud, que pone el cuerpo en la pandemia.
Este conjunto de decisiones, entre otras no enumeradas en esta nota, implican menos ingresos y más egresos para el Estado.
Cuasi cuasi
Antes de que Fernández anunciara el programa de asistencia a las provincias por 120 mil millones de pesos, Perotti sugirió que no descartaba emitir cuasimoneda, algo que Santa Fe no hizo siquiera en aquel desértico fin de siglo. No volvió sobre el punto, pareció sólo un mensaje. Hasta que esta semana dijo: “No es la prioridad emitirá cuasimoneda, lo que deseamos es que exista un programa de ordenamiento financiero de parte de Nación, queremos eso”. Se entendió.
También esta semana Agosto dijo que no sabe si tendrá los recursos para pagar los sueldos de la administración pública. “¿Hay dificultades?”, se preguntó al día siguiente el gobernador. “Las estamos enumerando, las personas que no pueden desarrollar su actividad comercial y por lo tanto no pagan impuestos, no hay ingresos ni para los municipios ni para la provincia. No voy a ser el que le oculte algo a los santafesinos, ni de la realidad económica ni de cómo está el Estado para enfrentar la pandemia”, sostuvo Perotti. La mensajería es una actividad exceptuada del aislamiento obligatorio.
Oposiciones
El socialismo se mostró cauto en este contexto. Ofreció sus cuadros técnicos al gobierno, se puso a disposición y sugirió crear un comité de crisis económico y social para que, entre todos los actores de la provincia, elaboren respuestas ante el inquietante panorama.
El diputado radical Maximiliano Pullaro presentó un proyecto para asistir a industrias, comercios y profesionales en el que considera “acertada” la medida de aislamiento, valora “muchísimo” las decisiones del Ejecutivo nacional para paliar la crisis pero la ve “insuficiente”. Propone ayudas varias con los recursos que Nación envía a Santa Fe, sin contemplar una nueva fuente de financiamiento.
Menos apego a lo sanitario y más a los económico mostró Cambiemos. En un comunicado de sus referentes provinciales dejó en claro que su prioridad es salvaguardar la riqueza de los ricos. “No hay país posible sin una sólida actividad económica. Hay que dejar de lado la demagogia y entender que sin empresarios no hay empleo”, advirtieron. Agregaron que otra “situación grave de violación a las garantías personales (sic) es el llamado impuesto a las fortunas que ahora impulsa el Gobierno”.
“Estamos comprometidos a aportar soluciones creativas que permitan obtener un punto de equilibrio para que las medidas gubernamentales adoptadas sean lo menos lesivas posible para las libertades y garantías esenciales que consagra nuestra Constitución”, completaron, sin brindar ejemplos de esa creatividad. Cuando gobernaron, hasta seis meses, mostraron la genial idea de endeudar al país hasta límites intolerables mientras sostenían la fuga de divisas al exterior. No fue un plan creativo, Menem ya lo había probado.
Fuente: El Eslabón
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