Bartolomé Mitre fue un canalla. Pero fue acompañado en sus tropelías genocidas, como el silenciamiento a balazos del Interior y la Guerra del Paraguay, por personajes que hoy gozan de buena prensa y guardaespaldas académicos que protegen su “buen” nombre. Tal es el caso de Nicasio Oroño, mano derecha de don Bartolo en el asesinato en masa del pueblo paraguayo, de los que se cumplen 150 años este aciago 2020.

Goza de la estima y el recuerdo de la clase dominante de Santa Fe, y es casi un prócer para la élite rosarina, donde una de sus avenidas más importantes lleva su nombre. También es un fetiche para ciertos “progresistas” anti latinoamericanos por su impulso de la cuestión agraria, la educación común y su legislación civil laicista, que lo ponen como un gobernante “de avanzada”. Pero toda esa atendible agenda, no oculta su participación en una de las orgías de sangre más terribles del siglo XIX.

Su urquicismo inicial no fue óbice para secundar al mitrismo centralista en sus fechorías. A los dos meses de haber asumido como Gobernador de Santa Fe, en febrero de 1865, contribuyó con el crimen de la guerra, como lo llamó Juan Bautista Alberdi, enviando a la hermana República para destruirla, tres batallones de la Guardia Nacional de infantería, un plantel de voluntarios, un regimiento de caballería y contingentes para la fuerza de línea. Resalta su admirador Miguel Ángel de Marco, con indisimulada simpatía: “Tamaño esfuerzo bélico, sólo superado por Buenos Aires, significó un contraste con el resto del país, donde la lucha que se encaraba era contemplada con antipatía y rechazo”.

Es decir, que mientras el Interior se levantaba contra la aventura caníbal, con la principal figura de Felipe Varela como referente, Nicasio Oroño sumergió a la provincia de Santa Fe en uno de los hechos más ominosos de su historia. Como bien lo relata Patricia Pasquali en su libro La Instauración Liberal, la población santafesina estaba dividida en cuanto al apoyo a la sangrienta causa. Ante el temor de que Telmo López, defensor de la causa latinoamericana, llegara a nuestra provincia para hacerse cargo del gobierno y ponerlo en la senda de la causa paraguaya, el general Emilio Mitre  recaló con experimentadas  tropas  para “pacificarla” y ponerla bajo la égida porteña.

En su mensaje como gobernador a la legislatura provincial, del 18 de junio de 1865, pone toda la responsabilidad del conflicto en el Presidente del Paraguay y  dice que la nación guaraní “ha iniciado (la guerra) con toda la barbarie y felonía dignas de las tribus salvajes del desierto”. Y termina afirmando orondo: “En virtud de sus disposiciones está la república en estado de sitio, la guardia nacional movilizada, y señalando el contingente que cada provincia debe mandar a la Guerra Santa de la reparación de su honra…”. Llama “Guerra Santa” a la masacre que va a consolidar el dominio del esclavista Imperio del Brasil en la región. Abominable desde donde se lo mire.

La desastrosa conducción de Bartolomé Mitre en la Batalla de Curupaytí llevó a la muerte a trescientos integrantes del “Batallón Santafesino” que fueron los primeros en atacar las trincheras enemigas, entre ellos, el abanderado Mariano Grandoli. Esta matanza inútil no arredró al soberbio gobernador que vociferó desafiante: “El mal éxito del primer ataque a la fortaleza de Curupaytí lejos de desalentarnos debe estimular el patriotismo y la energía de todos los argentinos. La provincia de Santa Fe, que tantas pruebas ha dado de su decisión y buenos deseos por el triunfo de la causa por la que combate la República lo comprende así y está más que nunca dispuesta a contribuir con sus esfuerzos a la pronta y feliz determinación de la guerra que sostenemos”.

“Sostenemos” dice el fatuo mandamás desde su cómodo lugar de poder que está llevando a la muerte a miles de jóvenes. Lo que es cierto es que él era el garante de la nueva burguesía rosarina que se hará rica como proveedora material del ejército mitrista y que como toda burguesía bien decía Marx que “nace sudando lodo y sangre por todos los poros”. 

La Universidad Nacional del Litoral junto a la Academia Nacional de Historia ha reunido en dos tomos la obra completa de quien contribuyó con sus decisiones políticas a una de las páginas más oscuras de la historia continental. Su contracara es la ignorancia ciudadana sobre la vida de Telmo López, uno de los más consecuentes luchadores por la causa americana y orgullo santafesino.

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4 Lectores

  1. Rafael

    30/08/2020 en 22:17

    Muy bueno.

    Responder

  2. Rondina Smith, Jorge Nelson

    31/08/2020 en 0:25

    El invasòr paraguayo pagó caro su afàn de invadir Corrietes, Tuyuti fue la gran batalla y el error de Mitre fue no terminàr con todos los enemigos de la Patria, argentinos, recuerden Paraguay fué una povincia argentina y existe gracias al pedofilo Sarmiento.

    Responder

  3. Juan

    31/08/2020 en 14:08

    Lo único que faltaba, que los progres defiendan la invasión de corrientes y que pretendieran que el país se quedara en el molde.
    Son los mismos maracas que no quieren que se invierta en defensa y tienen cara para llamar anti patria al resto.
    Quizas no fuera necesario llegar hasta donde llegó la guerra, pero tampoco era garantía que no intentaran una nueva ocupación de nuestras provincias.
    Mitre no pudo negociar con López, por haber firmado la alianza con Brasil y Uruguay.

    Responder

  4. Claudio Olmedo

    31/08/2020 en 16:48

    Paraguay era provincia delvirreinato no de la Nación de Argentina

    Responder

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