Clases

Uno de los mejores conceptos acuñados en tiempos de pandemia es el de “presencialidad cuidada”. Parece obvio pero no lo es. Permite pensar todo el tiempo en cómo hacer mejor las cosas para que la escuela funcione, las chicas y los chicos asistan y las y los docentes enseñen; y todo en medio de una pandemia y mientras a diario se contabilizan cientos de personas muertas. También para sostener el principio irrenunciable de derecho humano a la educación, para todas y todos.

Por más que les pese a quienes insisten en hablar de “escuelas cerradas” en 2020, las escuelas estuvieron abiertas, como se pudo. Y como se pudo las maestras y maestros les dijeron presentes a sus alumnas y alumnos. Hay cientos de anécdotas que dicen de esta afirmación. No es ni romantizar la enseñanza ni el como si que se ha hecho tantas veces cuando no había pandemia y las clases eran todos los días presenciales. Durante mucho tiempo funcionó eso de creer que Santa Fe estaba a la vanguardia de la conectividad educativa. Hasta que llegó la pandemia. Aquí la tarea de ponerse al hombro la escuela y el derecho a la educación corrió por cuenta de la docencia organizada, y no fue metáfora.

Si bien la Provincia avanzó excelentemente con el plan de vacunación a la docencia, no es todo. No alcanza en la pandemia si el resto de la comunidad no acompaña y menos si el gobierno muestra decisiones absolutamente contradictorias todo el tiempo. No se cuida ni a la educación ni a la escuela enviando un mensaje al terminar la noche, en medio de un clásico de fútbol. Menos cuando ese mensaje implica reorganizar la vida de miles de familias. Tampoco se entiende muy bien que al borde de la medianoche (y no es figurativo) las directoras deban avisarles a sus maestras y maestros que al otro día deben cumplir el horario de trabajo en la escuela. ¿Tendrán que hacer doble jornada?

Hablando de contradicciones ya están los Padres Organizados o Por la Educación o como les guste nombrarse llamando a concentrarse o movilizarse para pedir clases presenciales. Raro, desubicado, poco oportuno cuando el ruego sanitario es no moverse de los hogares para evitar la circulación de personas ¿Será ese el interés real que los moviliza? Y ni hablar de las y los políticos de turno, con Juntos por el Cambio al frente y quienes los siguen de atrás, que arrasaron con la educación pública cuando fueron gobierno y ahora pretenden levantar la defensa de una bandera que nunca tuvieron, mejor dicho no estuvo en sus planes más que como mercancía.

En su discurso para anunciar la adhesión de la provincia al DNU presidencial, el gobernador Omar Perotti aludió a una cifra alarmante y en relación a la conectividad: “Más de 500 mil chicos quedaron desvinculados en la primera ola”. Casi la mitad de la matrícula escolar santafesina. Una cifra que habla de la realidad de la conectividad en la provincia, pero también desconoce que sí hubo en 2020 otras vinculaciones a la distancia. ¿Las mejores? Las posibles. Desconocerlas es negar tanto esfuerzo educativo. Porque las docentes hasta repartieron alimentos. Eso también es decir presente ante la desolación.

Y en todo caso, si tanto aflige la no presencialidad a nivel oficial, bien podría la provincia garantizar el boleto educativo gratuito en la ruralidad. En varias localidades del norte santafesino no se cumple. La razón principal, la mezquindad política de la oposición y el atraso en los pagos del gobierno. Los más afectados son los núcleos rurales secundarios, donde sin escuela abierta los pibes se van al campo a trabajar y, como dicen sus profesores, “no vuelven”.

La explicación de que el mensaje se dio a última hora porque hasta ese entonces se conversaba con Nación cómo ajustar el DNU a la provincia, pero que esto ya se sabía durante el día, que los medios ya daban cuenta en potencial de las medidas, no es para nada compatible con el tiempo de falsas noticias al que asistimos. Donde la información que se provee debe ser confirmada una y otra vez. Para este caso, la fuente debe ser la oficial.

Lo cierto es que hoy, a la mañana o a la tarde, directivas y docentes harán malabares para explicar estas medidas. Y la verdad es que tampoco así se cuida el derecho a la educación.

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