Las 633 mil computadoras que entregará el gobierno funcionan con la versión 5 del sistema operativo Huayra GNU/Linux, un proyecto lanzado en 2012 en el marco del programa Conectar Igualdad, que distribuyó 5 millones de netbooks en todo el país.

A diferencia del Conectar Igualdad (CI), aquella iniciativa de inclusión digital desmantelada en 2015 por el gobierno de Mauricio Macri, el Plan Federal Juana Manso le otorga mayor relevancia al software libre. Es decir, a aquellos programas informáticos que se pueden usar, modificar y copiar sin restricciones, permiten conocer su funcionamiento interno y son desarrollados por una comunidad global independiente de cualquier corporación, como aquellas que brindando servicios gratuitos aunque limitados basan su fortuna en la recopilación de datos personales para todo tipo de fines. Esto último es lo que hacen las llamadas Gafam (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft), empresas monopólicas que, entre otras cosas, han logrado exprimir al máximo las consecuencias digitales de la vida pandémica.

En el CI, las diferentes versiones de Huayra acompañaban al sistema operativo Microsoft Windows en cada una de las netbooks, de modo que al encenderlas se podía elegir cuál de los dos utilizar. Esto es lo que cualquier nerd conoce como “doble arranque” (o dual boot). De este modo, Juana Manso cerró la ventana de Bill Gates y le abrió la puerta grande del Estado a la comunidad del software libre en una apuesta histórica por la soberanía tecnológica y el desarrollo del conocimiento informático nacional.

Pese al desguace del CI y el profundo desprecio hacia la educación pública de la gestión Macri, la comunidad de Huayra –que significa “viento” en quechua–, continuó trabajando y hoy se ven los frutos. Con el macrismo, miles de dispositivos junto a sus usuarias y usuarios quedaron a la deriva, ya que los equipos técnicos y pedagógicos que acompañaban al programa perdieron financiamiento. Ya se ha dicho muchas veces, pero es menester recalcarlo, qué diferente hubiese sido la educación en pandemia –que tuvo que recluirse abruptamente en la virtualidad– si aquella iniciativa pública seguía en pie.

La banda siguió programando

Como destaca Soldan, un usuario del foro CyberCirujas, las netbooks del CI eran buenas: “Han pasado 10 años del plan y la gran mayoría de esos equipos siguen funcionando pese a las golpizas recibidas”. Aunque actualmente no resulten del todo funcionales para algunas actividades como las videollamadas, las viejas CI estaban “hechas para aguantar”.

Del mismo modo, a pesar de los golpes y el desfinanciamiento, la comunidad de programadoras y programadores de Huayra persistió en esta patriada y llegó la versión 5.0, que fue presentada en sociedad el viernes 23 de julio, con participación de autoridades nacionales y de la comunidad del software libre.

“Huayra es una construcción federal, lo hacemos argentinas y argentinos, contemplando las necesidades de cada rincón del país”, dice el video que abrió el acto de presentación, en el que estuvieron presentes el docente e historiador Javier Castrillo, coordinador del proyecto; Laura Mares, de Educ.ar y el ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta.

En el acto, transmitido por YouTube, Castrillo afirmó que “el software libre es de todos”, a la vez que reconoció el trabajo “desde la trinchera” del equipo de desarrollo de Huayra y recalcó la “decisión soberana” de apostar exclusivamente por un sistema operativo libre para las computadoras del Plan Federal Juana Manso.

“Es una oportunidad histórica. No es una cuestión técnica, ni pedagógica, es todo eso y más. No se puede construir desde una herramienta que no tenga los mismos valores para lo que yo quiero con aquellos que los usan. Cuando éramos chicos, la soberanía eran las Malvinas, la Vuelta de Obligado. Esto también es soberanía y hoy nos toca defenderla”, dijo Castrillo.

Mares, por su parte, destacó que “las computadoras cuentan con mucho contenido, pensado tanto para docentes como para estudiantes”, y como con las del CI se puede acceder a éstos sin conexión a Internet, de modo que pueden ser funcionales en cualquier lugar del país. “Hay contenido de calidad, como libros digitales, producciones de Paka Paka, sobre Educación Sexual Integral (ESI) y mucho más”.

El ministro Trotta señaló que “los datos son los territorios de disputa en el siglo XXI, debemos tener una responsabilidad de los datos argentinos en servidores argentinos con seguridad argentina por el Estado argentino, mucho más en la dimensión educativa”.

Windows go home

“La decisión de utilizar software libre exclusivamente, rompe de lleno con las siempre recurrentes presiones de los gigantes del software que, mediante lobby interno y promesas de licencias gratuitas, terminan anteponiendo el interés de las empresas por el de las comunidades”, dice el docente Soldan en un artículo publicado en la web Rebelión Digital.

“El caso de Microsoft es muy claro. Es sabido que las licencias estudiantiles terminan siendo un «regalo» (me permito dudar hasta qué punto son un regalo) y no se cobran en metálico, sino que se las paga con los datos de miles de usuarios y usuarias”, continúa este karateca y trabajador de la educación.

El lanzamiento de Huayra 5 es un paso gigante para cimentar el camino hacia la soberanía tecnológica. Será entonces imprescindible la capacitación y el acompañamiento a la comunidad educativa por parte de la comunidad del software libre para que nadie quede a gamba y caiga en la trampa de las Gafam.

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