La fundación Ciccus apuesta a producir y difundir investigaciones que cuestionan a la mirada eurocéntrica y negadora de la identidad regional.

“La nominación Pueblos Originarios ha logrado instalarse como configuración histórico-social, contingente como otras, pero con la eficacia de reparar una filiación simbólica renegada. Condensa en América la historia de las luchas de los pueblos, tanto como representa la injusticia y la capacidad mortífera del sistema hegemónico, que arrasa con las condiciones de vida del planeta, uno de los nombres de la Pacha”, indica Diana Braceras, investigadora de estudios interculturales, historia conceptual, matrices de la subjetividad en pueblos originarios de América y efectos del genocidio. Braceras dirige la Fundación de Actividades Biosféricas y el Centro de Estudios Interculturales Americanísticos (CEIA), es miembro de la Asociación de Filosofía Latinoamericana y Ciencias Sociales (ASOFIL) y autora de La Pacha es el Otro. Aportes para la descolonización del conocimiento, La cura de la angustia en la cosmovisión andina. El susto y el mal del espanto (Del pensamiento «salvaje» al psicoanálisis).

Además coordina el Premio Ensayo CICCUS «Nuestra América con Categorías Propias». La convocatoria es parte de la celebración de los 30 años de la Fundación Centro de Integración, Comunicación, Cultura y Sociedad (CICCUS) con la presentación de “trabajos originales comprometidos con la construcción de una epistemología propia que nos presente como interlocutores en el urgente y necesario diálogo de culturas”.

“Sabemos que, en gran medida, el desencuentro humano obedece a la inequidad en la distribución y disfrute de los bienes tanto materiales como intangibles. Y no pecamos de ingenuidad cuando creemos que esto se debe y se puede corregir. Crisis: oportunidad y/o conflicto. Siempre depende de nosotros elegir, decidir. Los libros como creación cultural son una aventura que se recrea con sus lectores, necesita de su complicidad. Es por ello que proponemos estos textos para leer, convocatoria para sentir, pensar y actuar situados».

También, se cumplen 50 años de la Filosofía de la Liberación, cuando en 1971 se celebró en Córdoba el II Congreso Nacional de Filosofía, y con los 35 años de la Asociación de Filosofía Latinoamericana y Ciencias Sociales (ASOFIL).

La Filosofía de la liberación es el primer movimiento filosófico que critica fuertemente a la filosofía clásica, eurocéntrica que negativiza otras matrices culturales. Nacida en Argentina esta corriente de pensamiento descolonial, se extendió en toda América Latina y actualmente en otros continentes colonizados, «la cada vez más fecunda y difundida producción ‘situada’ de  investigaciones que interrumpen el soliloquio de la colonialidad en sus múltiples y complejas dimensiones, requiere el estímulo y circulación que atraviese los límites de los dispositivos hegemónicos de poder-saber”»

La convocatoria para la presentación de ensayos al premio CICCUS, es para mayores de 25 años que publicaron ya un texto afín a la temática en revistas, libros o sitios web. Serán seleccionados tres trabajos como ganadores, que se premiarán con la edición y publicación del libro, junto con la entrega de una biblioteca de títulos de la editorial. Más datos en https://ciccus.org.ar/premio/

Matriz originaria no binaria

Braceras utiliza el concepto nativo «Ch’ixi», relacionado con el de «mixtura». Explicita el concepto aymara, trabajado y difundido por la filósofa boliviana Silvia Rivera Cusicanqui, con el ejemplo en el campo de los textiles «el blanco con el negro no da el gris, es un encuentro de ambos, no un reemplazo de dos colores”. Plantea que lo ch’ixi “literalmente se refiere al gris jaspeado, formado a partir de infinidad de puntos negros y blancos que se unifican para la percepción, pero es posible diferenciarlos, permanecen distintos juntos y separados”. 

El concepto de lo «ch’ixi» aparece en respuesta a las limitaciones y contradicciones de definiciones tales como «mestizaje» o «multiculturalidad», que diluye no solo las raíces culturales, sino las nociones y giros idiomáticos surgidos de las experiencias propias, como parte de una trama discursiva que no necesariamente tiene traducción a las lenguas imperiales que nos hablan, incluso desde nuestra misma subjetividad. 

Advierte que «resulta una necesidad ética y política para las ciencias sociales latinoamericanas el ‘Giro Des-colonial’.  Requerimos legitimar prácticas y categorías que desnaturalicen la jerarquización de saberes y la imposición de autoridades epistemológicas racial y culturalmente determinadas por la sujeción colonial globalizada».

«Del pensamiento «salvaje» al psicoanálisis»

Como parte de su tesis doctoral en Medicina de la UBA, Braceras, apuntó al tratamiento de saberes tradicionales  collas o aymará en curaciones de síndromes de angustia diagnosticados como ‘susto’ y ‘mal de espanto’. Al «curar de palabra», suele adjudicársele al saber tradicional de nuestros pueblos, un carácter de ‘inefable’, ‘inexplicáble’ o ‘mágico’,  cuando no ‘supersticioso’. Desde el psicoanálisis, que también ‘cura de palabra’ y siguiendo los desarrollos teóricos y clínicos de Sigmund Freud y Jacques Lacan, es posible elucidar las operaciones discusivas que ‘curan’, tanto como las condiciones del ‘enfermar’ en los humanos, incluso de contextos culturales diversos. 

en tando, resalta que «la ideología globalizada  niega la coexistencia en el tiempo y el espacio de diferentes formas de producir conocimientos, desestimando e inferiorizando el trabajo intelectual no sometido al paradigma hegemónico. Requerimos destituir los discursos raciales que organizan a la población del mundo en una división internacional del trabajo, donde a la ‘periferia’ del ‘sistema-mundo’ occidental capitalista, patriarcal, moderno, colonial, se subordina miméticamente a las producciones del norte imperial». 

La autora recuerda  que Lévi-Strauss, afirmó que lo que «Occidente supone como pensamiento salvaje tenía la capacidad de anticiparse a la ciencia misma y a métodos o resultados que no asimilaría la ciencia sino en una etapa avanzada de su desarrollo. Un testimonio de lo que constituye la cuarta herida narcisista de la humanidad eurocentrada: el saber de los pueblos colonizados se anticipa a lo que la ciencia misma puede producir varios siglos después, por ejemplo con el nuevo paradigma de ciencias de la complejidad». 

Sobre cómo llegó del psicoanálisis a la cuestión ancestral, nos cuenta: «Nací en Corrientes, y viví muchos años en varias provincias del interior argentino, especialmente en el Noroeste, luego hice mi recorrido académico y formación como analista en pequeños grupos de estudio,  lo que me conectó con los fundadores del psicoanálisis, cuyo discurso es sumamente crítico de la cultura moderna y occidental. Justamente, pudieron tanto Freud como Lacan entender el ‘alma’ humana en interlocución e investigando otras culturas y lenguas y no cegándose con la propia. Para Freud, por ejemplo el paso civilizatorio del hombre lo da cuando su forma de vida es comunitario, la libertad, no es un bien cultural para el psicoanálisis, en el sentido de plantear un ideal de omnipotencia y renegación de la dependencia con el otro, incluso con la naturaleza, las relaciones amorosas y el compromiso político. Justamente la cura sigue la dirección del límite del narcisismo hacia el lazo social, tan atacado, en estos tiempos del neoliberalismo salvaje. Nuestras comunidades, ya lo saben y por eso también pudieron resistir y proponer un nuevo horizonte civilizatorio para la humanidad, en pleno siglo XXI». 

El premio Ciccus, se inscribe  «en el proyecto iniciado por la Filosofía de la Liberación, varios de sus referentes que continúan produciendo comunidad de saber en grupos, como Asofil,  haciendo de la ‘diferencia colonial’ una cantera pródiga para pródiga para incluir aquello que  lo ‘universal’ eurocentrado aloja en los puntos ciegos de su conceptualización categorial. Requerimos la formulación de universales que efectivamente contengan el zócalo común de lo humano, sin segregaciones ni exclusiones, en aproximación a la verdad y no a las concesiones idealizadas de determinados sesgos y fundamentos». 

Diana Braceras,  además de estudiar psicología y psicoanálisis, es doctora por la Facultad de  Medicina UBA,  fue profesora en la Cátedra de Salud Mental y Psicosemiología y  colaboradora  en  la Cátedra de Farmacología, donde también formó parte del Programa de Educación Popular de Promotores de Salud de movimientos sociales de desocupados. 

Fue docente de la maestría de Salud Pública creada por el célebre doctor Floreal Ferrara en el Colegio Médico del Distrito de San Martín, desarrolló su tarea asistencial hospitalaria en distintos servicios del Hospital de Clínicas José de San Martín, de la UBA. Orientó su especialización en Clínica de Adultos y la asistencia de pacientes orgánicos y  de enfermedades psicosomáticas y oncológicas. Además de numerosas publicaciones, continúa el trabajo clínico y la supervisión de equipos interdisciplinarios.

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