Sebastián Artola, politólogo y referente del peronismo y kirchnerismo rosarinos, publicó a fines de 2021 Teoría, Política y Militancia, apuntes para el movimiento popular, su primer libro.

En nuestro país –y en toda la región latinoamericana, podríamos decir– la Teoría Política y la Praxis Política no siempre se llevaron de la mano.

No lo hicieron en el campo de las fuerzas dominantes, como tampoco en el campo de las fuerzas progresistas y revolucionarias.

En el primer caso, porque esas fuerzas controlaron históricamente las instituciones encargadas de reproducir y transmitir sus cosmovisiones: universidades, agencias gubernamentales, organismos estatales y privados de investigación. Para ello se sirvieron de obras, autores y teorías generadas en Europa, que se aplicaban en nuestro territorio como modelos universales, pretendiendo someter los fenómenos estudiados a sus categorías y conceptos.

Y en el segundo caso, lamentablemente, ocurrió lo mismo, porque si bien ahora se trataba de construir proyectos de emancipación que tuviesen como sujeto a los pueblos latinoamericanos, ese propósito también se concebía a partir de marcos teóricos y categorías concebidos para la realidad euro-céntrica.

De manera que, ya sea por derecha o por izquierda, desde posturas conservadoras o que pretendían transformar la realidad regional, siempre aparecían las disonancias, las no correspondencias, la falta de articulación, que caracterizaban a los vínculos existentes entre Teoría y Práctica Política. 

De ese asunto capital para quienes intentan pensar la política desde una perspectiva nacional y popular viene a hablarnos este libro de Sebastián Artola, politólogo y referente del peronismo y kirchnerismo rosarinos. 

No parece casual que en él se conjuguen esos dos aspectos, el de las prácticas académicas por un lado y el de la práctica política por el otro.

Porque solamente alguien que participa de ambos mundos puede pensar en y sentir la necesidad de articularlos. Para ello, Artola expone en su libro una minuciosa revisión de la historia de la Filosofía Política Occidental, a través de sus versiones clásicas y modernas. En ese proceso analiza tanto la tradición eurocéntrica que tiende a evacuar de contenidos y sujetos populares a la Democracia, como la tradición de resistencia y emancipación propia de nuestro país y la región, deteniéndose especialmente en la experiencia de los gobiernos populares en América Latina entre 1999 y 2015 con el fin de interpretar las formas propias de un pensamiento latinoamericanista.   

En ese marco, dedica un capítulo del libro a analizar lo que llama “los cuatro kirchnerismos”, y otro a exponer lo que considera “notas para una teoría”, destinadas fundamentalmente a las militancias del campo nacional y popular.

La perspectiva del libro, su marco conceptual y metodológico, no surgen de la nada. Sebastián Artola es tributario de una vasta y rica línea de pensamiento que se manifiesta a través de nombres clásicos, como los de John William Cooke, Juan José Hernández Arregui, Arturo Jauretche o Jorge Abelardo Ramos, por citar los más conspicuos, y de nombres recientes, contemporáneos, como los de Nicolás Casullo, Horacio González –de quien fuera por años colaborador en su cátedra en la Facultad de Ciencia Política–, Ernesto Laclau y Jorge Alemán. Pertenece además a una camada significativa de investigadores que, como aquellos antecesores, no disocian Teoría de Práctica Política, tal como ocurre generalmente en las universidades y en los organismos de investigación. Con esto nos estamos refiriendo a figuras como Eduardo Rinessi, Damián Selci o Juan José Giani.

El libro, como es de suponer, propone diversas ideas que merecerían un desarrollo exhaustivo, que no podríamos desplegar acá por razones de espacio. Sin embargo, no querríamos concluir esta reseña sin señalar algunas de esas ideas, o más bien tesis, por la potencia conceptual que representan, Por ejemplo, la de radicalidad política y epistémica que demanda la hora; por ejemplo, también, la de la necesidad de reponer lo plebeyo como sujeto político y teórico, rescatándolo del lugar de “culpabilidad” y “segregación” al que históricamente lo condenó el pensamiento político dominante.

Teoría, Política y Militancia se muestra, así, como un texto imprescindible. Y no sólo para los cuadros del movimiento popular, sino también para cualquier lector interesado en estos temas.

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