Argentina ya salió campeón. Con una economía sin veranito y una política en danza electoral, hacer descender la alta inflación y recomponer salarios e ingresos populares para revertir la inequidad social siguen siendo grandes desafíos para el FdT rumbo a las urnas de octubre.

Los desafíos económicos que tiene por delante el Frente de Todos y en particular el superministro Sergio Massa –y su futuro político– en este 2023 se parecen bastante a los de 2022: bajar la elevada inflación, recuperar la capacidad adquisitiva de salarios e ingresos del grueso de la población y mejorar la distribución, que a las claras no se soluciona con una política fija de reforzar bolsillos con la ayuda de bonos compensadores.

En el año que empezó, esos mismos desafíos, condicionados por el FMI, estarán atravesados por el pulso de las elecciones presidenciales que se disputarán en octubre, con internas a izquierda, centro y derecha, con tensiones, con polarización y otro poco de disgregación, con avatares por momentos muy de la superestructura política, como un devenir alejado de urgencias cotidianas y preocupaciones a ras del suelo.

Por lo pronto la campaña ya arrancó. La condena y la proscripción a Cristina en una causa flojita de papeles y plagada de irregularidades, la pelea del oficialismo con la Corte Suprema y la ventilación de los chats entre jueces y funcionarios macristas señalaron la largada.  

El año que se fue podría denominarse el primero de pospandemia aunque la peste todavía contagia. Fue el año que quisieron matar a Cristina, la principal líder política del país, y Argentina salió campeón mundial, para desatar un festejo interminable en los cuatro puntos cardinales del terruño nacional y más allá. Crisis, ajuste y desigualdad padecen los sectores de menores ingresos, se resaltan algunos buenos datos macroeconómicos, entre augurios y deseos que se reeditan por estos días de balances y perspectivas.

Restricciones que no se van

El 2022 cerró entre el zarandeado debate por la coparticipación federal, con las cotizaciones de los dólares paralelos en alza, con nuevo récord para el denominado dólar blue. Pese a las consecuencias de la guerra Rusia-Ucrania, se cumplieron las metas que impone el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, como la reducción del déficit fiscal por medio de un fuerte ajuste del gasto, dentro de un programa general de ordenamiento financiero que encaró el superministro.

La inflación rozó los tres dígitos y erosiona ingresos, aunque mostró algunos signos de declinación en el bimestre noviembre-diciembre, una suave rebaja en el índice de precios acompañada por una leve caída en el consumo popular, de acuerdo a los últimos datos del Indec sobre ventas en supermercados y comercios mayoristas. El jefe del Palacio de Hacienda proyectó que con su estrategia anti inflacionaria bajaría el IPC en 2023 al 60 por ciento, tal lo plasmado en el Presupuesto.

Massa resistió hasta el momento presiones por una maxidevaluación, aunque el ritmo devaluatorio del peso aceleró los últimos meses para ponerse a tono con la inflación. El salto en la cotización del dólar ilegal y los financieros sacudió el tablero cambiario antes de las fiestas de fin de año. La brecha que separa al blue del oficial superó los cien puntos porcentuales.

El gobierno, que dilapidó un enorme superávit comercial acumulado en los primeros dos años de gestión, pudo reforzar reservas del Banco Central por medio del “dólar soja”, una devaluación a medida que el ministro Massa concedió al complejo agroexportador. También hubo regalitos de Reyes para corporaciones energéticas, a las que se les perdonó una deuda millonaria.   

La gran sequía en la zona núcleo, con el tercer año consecutivo para el fenómeno La Niña, amenaza con agravar el problema de la falta de dólares, uno de los históricos puntos críticos del esquema económico. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el rinde potencial de la soja de primera de la campaña 2022/23, cuya siembra se retrasó por la falta de lluvias, caería hasta en un 50 por ciento. Menos granos para embarcar, menos dólares para las cuentas públicas.

La economía enfrenta restricciones y se mueve en un contexto de vulnerabilidad, en medio de la desorientación y confusión política. La economía argentina está lejos de vivir un veranito y espera un centro de la economía de Brasil, principal socio comercial, a partir de la vuelta de Lula, líder del PT y ex obrero metalúrgico que inició su tercera presidencia en el vecino país con respaldos variopintos y con la bravata de reparar los daños en varios planos que dejó la era Bolsonaro.

¿Dónde está el modelo?

Mejorar los ingresos populares y moderar las remarcaciones en las góndolas continuarán siendo, como se dijo, dos grandes desafíos para el FdT al transitar su último año de gestión, con la posibilidad de estirar su mandato en las urnas contra una oposición de derecha que, acompañada y protegida por un sistema de medios de comunicación dominador de la agenda pública, ya se siente triunfante.

Habrá que ver cuántos de los tantos deterioros que ocasionó el macrismo, como la poda del 20 por ciento en el poder de compra de salarios y jubilaciones, están guardados en la memoria del pueblo argentino. Pérdida en los ingresos que el actual gobierno no pudo/supo revertir, en un escenario dificultoso, impactado por la deuda-bomba que dejó Macri con el FMI y los efectos de la pandemia de coronavirus.

“Para que el oficialismo afiance sus chances electorales, desde lo económico es imprescindible una baja en los niveles inflacionarios. Si resigna el objetivo inflacionario, probablemente veamos una política de ingresos más activa con alguna mejora en los niveles de vida pero también con un magro resultado en términos electorales”, analizaron desde el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso).

“En estos niveles inflacionarios, los salarios deberían estar actualizándose todos los meses, algo que sabemos que no ocurre y que exacerbaría la inercia inflacionaria. Por eso, para que cualquier mejora conseguida en una paritaria sea duradera, necesariamente tiene que darse en simultáneo con una inflación descendente”, consideraron en el informe del Ceso que titularon Balance de un 2022 desbalanceado.

La actividad económica sigue su tendencia positiva pero a menor ritmo. Las fábricas producen, mientras que con Macri cerraron 25 mil pymes. La economía genera empleo, pero se gana poco, hay cada vez más trabajadores registrados bajo la línea de pobreza y aumenta el empleo en negro. La tasa de empleo formal lleva un crecimiento sostenido y la de desempleo mantiene un nivel bajo, cercano al 7 por ciento.

Sin embargo, en el último año el empleo informal creció casi cinco puntos porcentuales, casi llegando al 38 por ciento. Del total del empleo registrado creado desde mediados de 2021 (unos 700 mil puestos), más de la mitad son nuevos monotributistas, se detalló en el último informe de coyuntura del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate).

Los salarios corren detrás de la inflación, salvo contadas excepciones. Los gremios se vieron forzados a actualizar paritarias cada tres meses para no quedar tan rezagados frente a la suba de precios, con diferentes resultados obtenidos en un mundo laboral fragmentado. Los que anduvieron mejor coparán los principales centros turísticos del país en estas vacaciones. Varios sindicatos van abriendo negociaciones para el 2023. Los más perjudicados son los trabajadores en situación de informalidad/precariedad. 

La regresividad distributiva está a la vista. “La participación de los asalariados en el producto bruto interno muestra que después de arañar el 52 por ciento en 2015, cayó a 46,1 en 2019 y a 44,1 por ciento en el primer semestre de 2022”, de acuerdo a datos del Centro Cifra de la CTA de los Trabajadores. A la par, los grandes grupos económicos acrecentaron márgenes de ganancias. Entre los ganadores por esta fenomenal transferencia del trabajo al capital prevalecen empresas alimenticias y energéticas.

En tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe alertó sobre la inflación como un problema regional y mundial. En su último informe sobre balances 2022 y proyecciones 2023, la Cepal señaló las “crecientes demandas sociales, la necesidad de creación de empleo decente y reducir la informalidad, la desigualdad, la pobreza, y avanzar en la adaptación y mitigación del cambio climático”.

De la copa a la coparticipación

El porteñocentrismo reinante en una Argentina de cinco mil kilómetros de largo se expresa de diferentes formas y maneras. Una, es en el reparto de recursos públicos si se compara lo que recibe la acaudalada ciudad autónoma de Buenos Aires con el resto de las provincias.

El debate por los fondos de coparticipación es económico, pero antes que nada político, con serios cuestionamientos a las decisiones de un sector del Poder Judicial, encabezado por la Corte Suprema, que literalmente pisotea leyes votadas por el Congreso, falla en contra de las políticas del oficialismo, apunta contra la figura de la vicepresidenta, y dictamina en favor de la oposición macrista, poderes fácticos y sectores concentrados de la economía. A este accionar conocido como guerra jurídica (lawfare), CFK lo llamó “mafia” y “Estado paralelo”. El ex juez de la Corte Eugenio Zaffaroni habló de “caos del no derecho”. 

La Corte dictaminó en favor de la ciudad de Buenos Aires en la disputa por fondos de coparticipación que Nación había quitado por decreto en 2020, determinación que luego fue debatida y aprobada por ambas cámaras legislativas. Vale recordar que la decisión del presidente Alberto Fernández en plena pandemia fue la de reasignar parte de los fondos otorgados a la órbita porteña por el ex mandatario Mauricio Macri en concepto del traspaso de la Policía Federal en 2016, por considerarlos “excesivos”.

Macri había elevado por decreto el coeficiente de fondos en favor de la ciudad de Buenos Aires del 1,5 al 3,5 por ciento y por la misma vía el presidente Fernández la redujo al 2,3 por ciento, lo que provocó el reclamo de la administración de Rodríguez Larreta, quien aspira a ser presidente de todas y todos los argentinos haciendo campaña desde su porteñocentrismo. La Corte le ordenó al Estado nacional que aumente la masa coparticipable en favor de CABA, al elevarla al 2,95 por ciento.

“El FMI le financió la campaña a Macri en 2019 y ahora la Corte le financia la campaña a Larreta, quien seguramente será el candidato de Juntos por el Cambio”, replicaron desde el Frente de Todos. El sociólogo Artemio López resumió la jugarreta (una jugada a favor de Larreta): “La Corte ha tomado el comando político de la oposición”.

Primero, el presidente Fernández, acompañado por un grupo de gobernadores y gobernadoras, cuestionó la medida y dijo que no iba a acatar la resolución del tribunal supremo. Luego reculó, según lo chicaneó CFK, y dijo que respetaría el fallo de la Corte, pero avisó que pagaría con bonos, al tiempo que ordenó una presentación para que el propio tribunal, pero con otra conformación, suspenda los efectos del fallo.

Días más tarde, al despuntar el Año Nuevo, en un gesto fuerte pero quizá tardío, AF y un grupo de gobernadores alentaron el juicio político en el Congreso contra el titular de la Corte, Horacio Rosatti, quien también preside el Consejo de la Magistratura.

Rosatti está involucrado a través de un estrecho colaborador suyo en filtraciones de mensajes que revelarían contubernio con el gobierno de Larreta. En la misma sintonía que lo revelado en mensajes, audios y fotos con poca prensa de los viajeros VIP a Lago Escondido, donde jueces y funcionarios macristas fueron invitados por Clarín a una lujosa estadía en la mansión que el multimillonario inglés Joe Lewis, íntimo de Mauricio Macri, posee cerca de Bariloche. El encuentro top secret habría trascendido el objetivo de inmiscuirse en los pormenores de la modalidad de pesca con mosca, que se practica usualmente en lagos patagónicos.

La política se recalienta en clave electoral y la economía enfrenta varios focos de conflicto, con una batalla judicial-mediática al servicio de la oposición de Juntos por el Cambio, que promete restauración neoliberal. ¿Ay ay ay 2023? Mientras la conquista de la Selección nacional de fútbol con la obtención de la Copa del Mundo en Qatar después de 36 años de sequía trajo un feliz y próspero fin de año viejo, el Año Nuevo ya se avista áspero.

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