El próximo sábado a las 20 se presenta por primera vez Tuerto rey, una tragedia de poca monta. El Teatro Empleados de Comercio (Corrientes 450) recibirá esta pieza teatral que aborda la ambición de poder en un contexto decadente.
La obra se sitúa en el año 1995, en un club de barrio. “En la previa de un asado de barrabravas se inicia un conjuro que desencadena la voracidad de un matrimonio adormecido. Como un grotesco rompecabezas, Tuerto y Liz arman su proyecto de ascenso al poder con trazo demasiado grueso, entre trapos y traiciones.”
Tuerto es personificado por Aníbal Tamburri, un actor rosarino que migró a Buenos Aires en 1985. Aníbal se acercó al teatro casi de casualidad, primero a través de un grupo de teatro del Politécnico, donde estudió y después “un amigo que conocía a Héctor Barreiro” lo invitó a participar, Héctor le propuso trabajar en un espectáculo infantil, Aníbal lo acompañó y terminó “enganchado colaborando en la parte técnica, haciendo luces”. Ahí le agarró el gustito, al “espiar (que había quedado de) lo que habían estado armando toda una noche con ramas secas y una puerta tirada que hacía las veces de tranvía abandonado, el impacto que eso causó en los chicos le gustó tanto que se empezó a enganchar”. Eso fue en el año 1981 en Rosario, en el 85 ya se fue para Buenos Aires.
El elenco de la pieza teatral se completa con Laura Aramburu que interpreta a Liz y Nicolás Devincente. La dramaturgia es de Laura, Aníbal y Alejandro Rodas que también la dirige.
Con Laura se conocieron en el año 2015 o 2016 cuando una amiga convocó a Aníbal a participar de una obra que ella estaba estudiando dirección teatral en la EMAD (Escuela Metropolitana de Arte Dramático, Dirección y Puesta en Escena). “Hago una obra con ella, un Shakespeare (…) y ahí me ve otro director que estaba haciendo otra propuesta y me convoca en el curso del 2017. Ahí la conozco a Laura porque éramos tres actores varones y una actriz a la que convocan también junto conmigo. Hicimos una obra (…) el original era Postal de Vuelo de Víctor Winer, después se llamó La partida. Una cosa muy interesante y Alejandro que también estudiaba en el EMAD en ese caso hizo la iluminación. Después vimos una obra que dirigió él y nos interesó cómo trabajaba en ese sentido”.
La idea de Tuerto Rey era hacer algo entre Laura y Aníbal “una obra de dos personajes, probamos distintas cosas, pasamos por distintas… la cuestión es que lo que quedó ahí flotando fue una idea que tenía yo de hace mucho tiempo de hacer algo sobre Macbeth pero tampoco era hacer Macbeth directo. Y a Laura se le ocurre que podría ser tranquilamente que (fuese) un barrabrava y lo ambientamos en los años 90 que fue la época de crecimiento justamente de los barrabravas, de la explosión y que tenía que ver políticamente con la época que estábamos viviendo acá, porque estábamos en el 2019 más o menos”. A partir de ese impulso y con una técnica “que se podría decir que es dramaturgia de actor, empezamos a trabajar con improvisaciones, con situaciones que íbamos proponiendo, fueron surgiendo textos, sobre esos textos que se grababan y los íbamos corrigiendo (…) corrigiendo el discurso, nació lo que ahora es el primer acto”. Eso era a finies del 2019. Aquel primer acto se estrenó en el verano del 2020 en un teatro de la Ciudad de Buenos Aires que recién se inauguraba “y como estaba cerquita ahí del Microteatro se le ocurrió al director hacer un evento que eran reversiones de Shakespeare en 20 minutos, esa era la idea original” -recuerda Aníbal.
“Estuvimos con otras dos obras más de 20 minutos y ese fue nuestro primer acto. Después nos agarró la pandemia, así que la última función que hicimos de eso fue el 29/2/2020. Estuvimos un largo tiempo hasta retomar, (…) la escritura se retomó recién en el año 2021 y a fines del año pasado empezamos a ensayar (…) así que recién se completaron los tres actos hace poquito”.
En el estreno del primer acto mucha gente les decía que se había quedado “con ganas de saber en qué derivaba todo esto”, con el deseo de meterse más en la historia.
Para Tamburri lo interesante de la obra “es la ambición desmedida, la lucha por el poder, por ocupar espacios de poder y la falta de límites que puede llegar a tener alguno cuando ambiciona tanto y no tiene escrúpulos para llevarlo adelante. Es una tragedia por su forma pero es una tragedia de poca monta, una ambición desmedida por un espacio de poder muy pequeño en un club de barrio”.
“La falta de escrúpulos que tienen estos personajes en este ámbito tan pequeño, si bien lo que para ellos transcurre es una tragedia en términos reales, tiene un tono de comedia negra. Visto desde afuera estos conflictos de ellos se pueden ver como una comedia negra”.
El estreno de la obra completa será el próximo sábado a las 20hs en el Teatro Empleados de Comercio (Corrientes 450) de Rosario. Se trata de la única función programada para Rosario ya que la obra se estará presentando en Buenos Aires.
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