Atrás quedó la parálisis legislativa por las candidaturas. Se retomaron los debates y uno principal giró en torno a la aprobación de la construcción de vías exclusivas para ómnibus en la avenida Alberdi, a través de un crédito internacional.
Atrás quedó la parálisis legislativa por las candidaturas. Se retomaron los debates y uno principal giró en torno a la aprobación de la construcción de vías exclusivas para ómnibus en la avenida Alberdi, a través de un crédito internacional.
Yo no sé, no. Cuando se llegaba a las vías de Acindar, que parecían interrumpir el verde del barrio, uno se encontraba con esas chatarras marrón óxido, dispuestas a ser transformadas por lo general en un gris alambre.
“Entre Ríos tiene una vinculación histórica muy fuerte con Artigas; de 1810 a 1820 pertenecimos a la Confederación Artiguista o Liga de los Pueblos Libres la cual estaba bajo su Protectorado. Esto ha sido ocultado y silenciado desde siempre, pese a ello, en estos últimos años ha existido una fuerte revalorización de su figura y de su política, lentamente pero en forma sostenida se lo empieza a ver, no sólo, como el prócer del país vecino, sino también como uno propio”, advierte el entrerriano Osvaldo Delmonte, profesor de Historia, ex dirigente gremial y militante de Derechos Humanos.
La provincia o el país “normal” del que tanto hablaba el Socialismo generó otra elección que terminó en escándalo. Lifshitz y Cía., con síndrome de escrutinio precoz, se proclamaron ganadores. Del Sel, como mojarrita inexperta, mordió carnada y anzuelo. Entre el ruido, se rompe la hibernación del PJ y emerge el tercer hombre.
Yo no sé, no. El número de jugadores ya daba más que para un picadito, y eran más, como tres o cuatro equipos de 11 en la cancha grande. Le quisimos dar algo de seriedad y pronto armamos un cuadrangular. Y como alguien hacía de referí y no había camisetas como para diferenciar dos equipos distintos, los partidos se jugaban uno con camiseta cualquiera y el otro en cuero.
Cuantas cosas ¿no? Mientras el equipo argentino arrancaba el cotejo que terminaría en victoria sobre el vecino oriental, se iban conociendo nombres trascendentes para cargos importantes. Y también, acuerdos desesperados que sólo evidencian el ansia por generar deterioro.
Ya no hay diferencias entre la publicidad de un candidato y de una tarjeta de crédito. La política es una cosa y la ingeniería electoral es otra. La política es para cambiar, el electoralismo es para mantener. Porque la mayoría de los candidatos trabaja de eso y quieren mantener el laburo, esa es la verdad.
“La historia, bien puede ser un problema de los historiadores, como las autopistas problema de los ingenieros. Pero reducir la historia a lo disciplinar, es negar su valor estructural en la vida social, y allí está la trampa. Porque la historia es dadora de identidad, y consecuentemente propulsora del destino político de una comunidad, y eso excede ampliamente a la investigación académica o de oficio. Es decir, no está solamente en juego un saber sobre el pasado, como si el pasado fuera inocuo”, dice Francisco Antonio Senegaglia, entrerriano de Concordia y psicoanalista, ensayista en temas de Psicología Política e Historia.
Alicia Acquarone y Juan Giani accedieron a reflexionar sobre el mapa de tres fuerzas que se consolida en la política santafesina, con la presencia de un polo conservador que absorbe los sectores ídem de los partidos más grandes.
Yo no sé, no. Manuel fue uno de los primeros que se apareció con una cubierta de auto –a la que todos llamábamos rueda–, y que llevaba a todas partes: si iba a jugar al fútbol, a las boli y hasta hacía mandados con ella. En su imaginación –y en la nuestra, de siete años– se convertía en un auto, en una chata o en un camión. Pronto se popularizó y casi todos recorríamos el barrio con una de esas ruedas o cubiertas, que en realidad no me acuerdo de donde salían.