El aguilucho
El aguilucho había aparecido atrás de la higuera, refugiado entre las ramas espesas y las hojas grises. Tenía un ala herida pero los había mirado con los ojos de una fiera salvaje. No lo dudaron.
El aguilucho había aparecido atrás de la higuera, refugiado entre las ramas espesas y las hojas grises. Tenía un ala herida pero los había mirado con los ojos de una fiera salvaje. No lo dudaron.
1 Antes de aplastar la colilla contra el cenicero, prende otro cigarrillo. Al encendedor se le está por agotar la bencina, y no es noche para andar sin fuego. Le juega al 11 rojo, lento, débil, de pronto oscurecido. Lo hace, sin e
La mejor ropa para salir eligió la mamá de Carla esa siesta de un viernes de junio. Es que era el cumpleaños de Sandra, y si bien era una de sus amigas de al lado, ante todo, era una fiesta.
El objeto flota desde hace rato en el mismo lugar. Sigue el movimiento del agua. Se balancea. Está unido al fondo por una especie de línea en cuyo extremo una especie de cuña oxidada, parecida a la pata de un ave, se hunde en la a
El finado Pelagatti no podía con su genio de solucionador general. Decirle a un cliente que no podía o no sabía lo dejaba desguarnecido ante su propio orgullo. Y aquella vez necesitaba, además, lo que venga en plata o especies.
Sonó el teléfono del consultorio. Yo esperaba que fuera algún enfermo para que tuviéramos que hacerle una visita. Atendió mi abuelo y cuando cortó se puso la chaquetilla blanca.
Negro, colarse al brindis es una cosa, pero a la cena de un quince… no sé. Confiá en mí, le dije, es importante lo que tengo que hacer, llegar para el brindis no me sirve, ya sería tarde. No sé, dijo Manzana.
Tuna Planta arbustiva de la familia de las cactáceas., son tallos capaces de ramificarse, emitiendo flores y frutos. Estos tallos son planos, ovales y de color verde medio. Poseen dos clases de espinas con aspecto velloso. Mi tío
La cocina era el lugar de los aconteceres triviales y también de los decisivos de la vida de la familia, como en una particular geografía doméstica.
Las manos, animalias del furor y del espanto. Y las pastillas para los nervios ríen y se van. Manos como colgajos. O cuñas de pacú rex. No sirven, no. Todo se me escapa. Y se va. Resbaladizo.