En el marco de la Primera Jornada de Urbanismo y Negocios, organizada por ON 24 y auspiciada por la Municipalidad de Rosario, un actor y un violinista irrumpieron en el salón principal para desarrollar una intervención artística que intentaba recrear una escena de la película de Charles Chaplin El gran Dictador. En esta escena Chaplin, personificado de dictador, juega con el mundo, lo arroja al aire, lo hace girar, lo piensa, lo siente propio y se siente capaz de hacer con el lo que quiera, pero el globo terráqueo termina por explotar. Esa fue la forma que encontraron desde la ONG Giros para exponer su posición acerca de una ciudad para todos.
Con esta intervención buscamos desde Giros, demostrar nuestro descontento en cuanto a como se urbaniza en Rosario, como se piensa nuestra ciudad, para quienes. Elegimos hacerlo de una manera artística y creativa, que deje un mensaje claro, un mensaje de todos aquellos que piensan en una ciudad mas justa, una ciudad mas inclusiva, una ciudad que sea realmente para todos.
Estamos convencidos que una disciplina tan integral y con tanta carga y función social como el urbanismo no puede estar acompañada de la palabra negocios, más aún cuando solo estas dos palabras dan titulo a un Congreso, no solo eso, peor aún cuando observamos que compartiendo los paneles con los grandes empresarios inmobiliarios se encuentran el intendente municipal y gran parte de su gabinete. “Para muestra sobra un botón” dicen algunos, y hemos asistido al día de hoy a la manera de urbanizar del Socialismo hecha Congreso.
Siguiendo con esta línea, ya no nos sorprendería encontrarnos con encuentros protagonizados por el Municipio sobre por ejemplo, “Salud y Negocios”, “Educación y Negocios”, “Servicios Públicos y negocios”, y podríamos seguir…
Creemos que la ciudad debe ser pensada con todos los ciudadanos, con todos los que viven y trabajan en ella, ya hemos asistido a negocios y negociados con casi todo, con muchos servicios, con muchas cosas que alguna fueron publicas, pero advertimos que la ciudad no es negociable, que la ciudad no podrá ser privatizada como intentan hacerlo a diario en la periferia, como ocurre hace tiempo en Nuevo Alberdi.
