En medio de versiones cruzadas pero no confirmadas sobre un éxodo masivo de neoliberales argentinos desencantados hacia Cuba, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viaja este martes hacia el Oeste de los Estados Unidos para convertir en ley el millonario plan de estímulo económico y anunciar medidas para frenar una ola de ejecuciones hipotecarias. En Denver, la capital de Colorado, promulgará un paquete de 787.000 millones de dólares

Luego de pasar menos de un día en Washington tras un fin de semana largo en Chicago, Obama se dirigirá al estado de Colorado y luego a la vecina Arizona, para sumar apoyo del interior del país a sus planes para salir de la peor crisis económica en 80 años.

En Denver, la capital de Colorado, el presidente promulgará el paquete de 787.000 millones de dólares que quiere usar para poner en marcha un enorme plan de obras públicas con el que espera preservar o crear 3,5 millones de empleos.

En un acto previsto para las 17.40 hora Argentina, el presidente dará también el puntapié inicial a un programa de recorte de impuestos que beneficiará al 95 por ciento de la clase media norteamericana, en cumplimiento de una promesa de campaña.

El escenario elegido para la ceremonia, el Denver Museum of Nature and Science, tiene por fin resaltar las inversiones estatales que la nueva ley prevé para proyectos energéticos alternativos y conservacionistas, según indicaron algunos analistas. 

Además de estimular la creación de empleos, el paquete legal, la mayor inyección de dinero estatal en la economía del país en varias décadas, busca reforzar el consumo interno y reencausar la confianza pública en el rumbo de la nación.

El viaje a Denver -donde Obama aceptó su candidatura a la presidencia- permitirá al mandatario alejarse de Washington, donde la discusión de la ley derivó en el tipo de pelea política que exaspera al estadounidense medio, según señalaron varios editorialistas.

La gira busca demostrar que el mandatario está mucho más en contacto con las esperanzas que la ley genera entre la gente que con los tironeos políticos en Washington.

La aprobación de la ley de estímulo, el viernes pasado, constituyó la primera gran victoria de Obama desde su llegada al poder, el 20 de enero, en su esfuerzo por reflotar al país de su peor ida a pique financiera desde la Gran Depresión, de 1929.

Los legisladores republicanos rechazaron en su mayoría la nueva ley, que no obtuvo ningún voto de la oposición en la Cámara de Representantes y apenas tres en el Senado, aunque vitales.

Con la ley promulgada bajo el brazo, Obama viajará a Phoenix, Arizona, donde este miércoles hará anuncios relativos a la crisis hipotecaria que estalló el año pasado en el país, primera manifestación de su actual debacle económica.

Con el objetivo de ayudar a las 10 mil familias que, según estimaciones, pierden su casa a diario por no poder pagar sus hipotecas, se especula desde hace días con que el presidente podría anunciar moratorias o una disminución en los intereses.

Obama anunciará su iniciativa luego de que dos bancos estadounidenses, JPMorgan Chase y Citigroup, y los gigantes inmobiliarios Fannie Mae y Freddie Mac acordaran la semana pasada suspender las ejecuciones hipotecarias.

También hoy, Obama se pondrá en contacto con otra de las crisis que enfrenta su administración: el destino de "Las Tres Grandes" -y moribundas- compañías automotrices del país.

Las dos que enfrentan los mayores problemas, General Motors y Chrysler, deben informar este martes al Departamento del Tesoro sobre sus planes de reestructuración, condición para recibir un salvataje de 17.400 millones de dólares pagado por los contribuyentes.

Este lunes, la Casa Blanca informó que no nombrará a un único "zar" de las automotrices para supervisar su reestructuración, sino que creará todo un equipo de asesores presidenciales para hacerlo.

(Fuente: Télam.)

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