Por un uso socialmente justo del suelo urbano.
Por un uso socialmente justo del suelo urbano.

Sin lugar a dudas el Concejo Municipal de Rosario dio un paso muy importante al aprobar la ordenanza impulsada por el Movimiento Giros que pone fin a la construcción de barrios cerrados, privados y clubes de campo en la ciudad.

Esta modalidad, que tuvo su florecimiento durante la década de los 90, si bien no fue estimulada por los distintos gobiernos de la ciudad, tampoco tuvo límites claros.

Las políticas neoliberales, con el modelo agro-exportador como sustento, trajeron como consecuencia que el excedente agrario generara una gran demanda de inmuebles residenciales de alta gama, donde la propiedad sigue siendo el reaseguro económico de cara al futuro.

La contracara de esto es la escasez de suelo urbano disponible en términos de mercado para los sectores medios, medios bajos y trabajadores asalariados que no pueden acceder a créditos estatales o privados para la vivienda propia.

Aquí es donde el Estado, a nuestro entender, debe jugar un rol fundamental, y, en este caso, es el Gobierno Municipal que, mejorando las políticas existentes del Plan Hábitat, Plan Cero, etc. debe intervenir sea a través de la compra de tierras, sea a través de financiamiento del Banco Municipal complementando las políticas que en ese sentido puedan surgir de Nación y que permitan que las y los ciudadanos asalariados, comerciantes, trabajadores accedan a la vivienda.

Sin lugar dudas, la ciudad de Rosario cuenta con una plusvalía urbana inestimable generada por los buenos gobiernos que tuvimos en la ciudad, que llevaron a cabo obras fundamentales con financiamiento municipal, provincial y nacional como los aliviadores para evitar las inundaciones, la próxima construcción del Aliviador III, la ampliación de los espacios verdes de la ciudad, la transformación de galpones portuarios y ferroviarios en espacios de promoción cultural para la niñez y la juventud, los centros recreativos-deportivos barriales e infraestructura de salud que hace que de cada 10 personas 6 reciban atención en los efectores públicos del municipio.

Los barrios cerrados han tenido un importante desarrollo en el gran Rosario. En las ciudades de Funes, Roldán, Ibarlucea han surgido gran cantidad de este tipo de urbanizaciones entre el 2008 y principio de 2010 (12 en Funes, 3 en Ibarlucea y 4 en Roldán, sumadas a las ya existentes). Este fenómeno urbano debe ser considerado desde el punto de vista Metropolitano, ya que es inapropiado realizar estos emprendimientos en la Cuenca del Ludueña debido a que provocan el aumento de caudal de agua. Recordar que las lluvias de marzo del 2007 desbordaron el Arroyo Ibarlucea con graves consecuencias para quienes habitan aguas abajo.

Hay propuestas a nivel provincial de legislación que exigiría estudios de impacto ambiental, de impacto hídrico y responsabilidades compartidas entre Municipalidades y Comunas y el Ministerio de Aguas que posibilitarían ser más estrictos en las condiciones de construcción de dichos emprendimientos.

El objetivo es promover el uso socialmente justo, ambientalmente equilibrado del suelo urbano, haciendo prevalecer el interés social colectivo.

Alicia Gutiérrez
Diputada Provincial SI

Más notas relacionadas
Más por Admin
Más en Ciudad

Dejá un comentario

Sugerencia

El desafío de construir esperanza en la adversidad

El psicólogo de la UNR y especialista en orientación vocacional Sergio Enrique analiza qué