Todo empezó por el reclamo de la comisión interna de la empresa Acindar y los delegados para tener elecciones limpias que permitieran llevar a la conducción del sindicato a representantes elegidos por las bases para superar un largo período de intervenciones consecutivas que duraron tanto como la dictadura militar de aquellos años.
Tras una toma de la fábrica, y una prolongada y tensa negociación en el Ministerio de Trabajo de la Nación, se liberó la ocupación luego de doce días, en la que habían participado tanto los obreros como sus familias que cercaron la fábrica para contener la represión, y marcharon el 16 de marzo del 74 sobre la plaza central de villa constitución para culminar en una asamblea popular y un gran festejo que pasó a la historia con el nombre del “VILLAZO”.
Aquella lucha antiburocrática fue el episodio obrero más importante de la época al tiempo que marcó la última lucha obrera democrática contra el aparato burocrático antes de la dictadura militar.
Todo el sindicalismo clasista y combativo se dio cita en Villa Constitución para sostener aquella lucha ejemplar y culminó en un plenario histórico el mes siguiente para reafirmar la solidaridad de aquel sindicalismo que enfrentó a la dictadura de Onganía Levinston y Lanusse, y que veía en pleno gobierno popular amenazada su existencia por la restauración del sindicalismo burocrático.
Quiso la historia que aquella experiencia de base de un colectivo obrero volviera, pese a los asesinados y encarcelados por el lopezreguismo y la dictadura militar, una década después a levantar las banderas de la democracia sindical y a recuperar aquella seccional de la UOM de la mano de los históricos dirigentes retornados de las prisiones y del exilio. El 16 de marzo nos es solo memoria sino presente y compromiso sus luchas anidan en nuestra CTA.
