El anhelo de paz está en el centro de la escena. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, buscará este domingo la reelección en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia. Su contrincante, el derechista Oscar Zuluaga, es un delfín del ex presidente Álvaro Uribe y está en contra del diálogo de paz que se viene desarrollando en La Habana entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Farc). Las conversaciones con la guerrilla son impulsadas por Santos y representan su principal carta de triunfo.
Según las encuestas, los candidatos están empatados en intención de voto. Ambos buscaron alianzas en los últimos días, y se estima que la firme postura de Santos a favor de la paz y el diálogo con la guerrilla le sumaran puntos. Otro de los interrogantes es la cantidad de votantes. En la primera vuelta, que tuvo lugar el 25 de mayo, la abstención alcanzó el 60 por ciento y ninguno de los dos candidatos logró alcanzar el 50 por ciento de los votos. Zuluaga superó el 29 por ciento, Santos llegó al 26 por ciento.
En el diálogo con las FARC, que comenzó en noviembre de 2012, se lograron importantes acuerdos sobre los temas tierras, participación política y drogas ilícitas. Asimismo, este martes se anunció que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se sumará al diálogo de paz para poner fin a más de cincuenta años de violencia. Si bien ninguno de los dos candidatos convence al electorado progresista y de izquierda, muchos colombianos votarán por Santos porque ven en él una posibilidad de hallar la paz, mientras que Zuluaga es, a todas luces, más de lo mismo.
Este artículo que acompaña la edición 147 del semanario El Eslabón.
