Algunos de los imputados del juicio. Foto: Manuel Costa.
Algunos de los imputados del juicio. Foto: Manuel Costa.

La sentencia se posterga una semana. Tras escuchar las réplicas y dúplicas entre abogados defensores y querellantes, el Tribunal Oral Federal 2 (TOF2) de Rosario informó que el próximo 10 de octubre dará a conocer el veredicto del juicio por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura en la causa conocida como Feced II, en la que están acusados diez ex policías santafesinos que actuaron en el ex Servicio de Informaciones de la Policía de Santa Fe. En un acting vergonzoso, el defensor de represores Gonzalo Miño dedicó su alegato a los imputados fallecidos, a quienes calificó como “hombre de bien”.

Los procesados e imputados en el proceso son los ex policías santafesinos Carlos Ulpiano Altamirano, Lucio Nast, Ricardo Torres, José Rubén Lo Fiego, Ramón Ibarra, Julio Fermoselle, Ovidio Olazagoitía, Ernesto Vallejo, Eduardo Dugour y Pedro Travagliante.
Los acusados integraron la patota conducida por el fallecido ex comandante de gendarmería Agustín Feced, y revistaron durante el terrorismo de Estado en el Servicio de Informaciones (SI) de la Policía de Rosario.
El SI, por el que se estima que pasaron alrededor de dos mil detenidos-desparecidos, estaba ubicado en pleno centro de Rosario, en San Lorenzo y Dorrego, y allí funcionó durante los primeros años de la última dictadura el principal centro clandestino de detenciones de la provincia de Santa Fe. En esta parte de la megacausa Feced se ventilan los casos de 43 víctimas.

Miño le puso el moño
En las últimas audiencias del juicio se desplegaron los alegatos de los defensores de los imputados. Y si bien la de más de uno de los defensores oficiales generó molestia entre los organismos de derechos humanos (ver nota aparte), la última que se escuchó en el tribunal, la del polémico abogado Gonzalo Miño, sobresalió por su cinismo.
Miño representó como abogado privado a los acusados Travagliante, Vallejos, Dugour, Ibarra, Nast y Fermoselle, para quienes solicitó “la absolución”. El defensor hizo una defensa ideológica de los imputados, a los que reivindicó como “hombres de bien” que “cumplieron con su deber”.
El letrado volvió a desconocer, como lo ha hecho en otros juicios por delitos de lesa humanidad, las resoluciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y los tratados internacionales de Derechos Humanos y reclamó una vez más que sean juzgado los militantes populares que ya fueron secuestrados y torturados durante la dictadura y son víctimas de la causa. Además atacó las declaraciones de los testigos, a los abogados de los querellantes y a los fiscales.
Coherente con otras presentaciones suyas y con las que hizo a lo largo de todo este juicio, en una defensa política encendida de los represores a los que representa y mirando hacia arriba, dedicó su alegato a uno de los imputados que falleció tiempo atrás. “Acá tendría que estar sentado otro imputado, Diego Portillo, que es una pena que no esté, que murió de un cáncer”, dijo, para luego provocar la bronca del público. “Dedico este alegato a Diego Portillo que me mira desde el cielo. Es para vos Portillo”, dijo en una notable actuación.
Sobre el final de su alegato –que según los abogados consultados en sus aspectos técnicos fue realmente pobre–, se despachó con otra frase polémica: “Quiero decir que estoy orgulloso de las personas que represento, hombres intachables que cumplieron con su deber y buenas personas”.

Los alegatos
Durante los alegatos de la parte acusadora, que ocurrieron semanas antes de los realizados por las defensas, tanto la Fiscalía como la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la agrupación H.I.J.O.S, habían solicitado penas de prisión perpetua para Altamirano y 25 años de prisión para el resto de los acusados, a cumplirse de modo efectivo y en cárcel común. En la misma dirección apuntó el alegato de la querella representada por las abogadas de Familiares.
Por su parte, en su alegato, los representantes del Ministerio Público dieron por comprobado que todos los imputados al momento de los hechos se desempeñaban como personal del Servicio de Información Policial.
De acuerdo al detalle documentado por los fiscales, José Rubén Lofiego, alias “Menguele”, integraba la Policía de la Provincia de Santa Fe y llegó a ser oficial principal en enero de 1978. Pedro Travagliante revistó con la jerarquía de agente “S” entre el 7 de agosto de 1974 y el 1° de enero de 1981, cuando fue ascendido a cabo. Ovidio Olazagoitía fue oficial ayudante desde el 1° de enero de 1970 hasta el mismo día de 1978, de oficial auxiliar hasta el 1° de enero de 1980, cuando pasó a ser oficial principal. Julio Fermoselle, alias “Darío”, fue “agente S” en la Policía de la Provincia de Santa Fe desde el 8 de julio de 1974 hasta el 1° de enero 1980, fecha en la que lo ascendieron a “Cabo”. Eduardo Dugour tuvo la jerarquía de oficial ayudante entre el 1° de enero de 1975 y el 1° de enero de 1977; de oficial auxiliar desde el 1° de enero de 1977 hasta el mismo día de 1980, y de oficial principal a partir de esa fecha. Ernesto Vallejo también revistó con la jerarquía agente “S”, desde el 23 de enero de 1974 hasta el 1° de enero de 1979, y luego fue cabo. Ramón Telmo Alcides Ibarra se desempeñó como oficial principal desde el 1° de enero de 1976 hasta el 1° de enero de 1980, y de sub-Comisario a partir de esa fecha.

Sentencia
Tras la conclusión de los alegatos, el tribunal compuesto por los jueces Noemí Berros, María Ivón Vella y Roberto López Arango escuchó las réplicas y dúplicas este viernes, en las que abogados querellantes y defensores debatieron diferentes aspectos técnicos planteados en sus respectivos alegatos. Sobre el final de la audiencia, los magistrados anunciaron un cambio en el calendario de audiencias y plantearon que el próximo viernes (3 de octubre) se podrán escuchar las palabras finales de los acusados y que la sentencia finalmente será leída el viernes 10 de octubre al mediodía.

Radio abierta y aguante
Las organizaciones de derechos humanos agrupadas en el espacio Juicio y Castigo Rosario lanzaron una convocatoria para el 10 de octubre a las 10.30 frente al tribunal (Oroño 940) donde tienen previsto realizar una radio abierta, en la que “se podrá escuchar la palabra de sobrevivientes, querellantes y testigos de la causa; se amplificará la lectura del veredicto, se rendirá un homenaje a la Madre Herminia Severini, y tras la cual se presentarán diferentes artistas de la ciudad para dar su apoyo al proceso de condena a los genocidas de la dictadura”.

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