La triple M. Foto: FB.
La triple M. Foto: FB.

El positivo consenso alcanzado esta semana en la Cámara de Diputados por el Frente para la Victoria, el Frente Renovador y el Bloque Justicialista, que derivó en la media sanción de dos proyectos de ley –reducción del impuesto a las ganancias y emergencia social–, y la consiguiente tercera derrota legislativa del macrismo, dejó en un segundo plano el posicionamiento del jefe de la segunda fuerza mencionada respecto de la arbitraria detención de Milagro Sala.

Los dichos y los hechos

El ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, hoy enconado anti K, se despachó diciendo lo que ni en el gobierno de Mauricio Macri se atreven a mencionar, aduciendo la “independencia de los poderes republicanos: «Desde el día que los ciudadanos de esa provincia se sacaron de encima a Sala en esa provincia se respira libertad».

Las declaraciones fueron hechas al canal América de su amigo y protector mediático Daniel Vila, y quiso suavizar la brutalidad de su enunciado apelando a una frase de circunstancia, al ser consultado sobre el reclamo de la OEA y la ONU para que sea liberada: “La situación de Sala debe ser resuelta por la Justicia» jujeña.

Ni bien se conocieron esas declaraciones de Massa, en algunos ámbitos políticos y en las redes sociales proliferaron opiniones en torno del “error” que estarían cometiendo el jefe del Frente Renovador, al pronunciarse a favor del escandaloso encarcelamiento de la líder de la agrupación Tupac Amaru.

Acaso por desinformación, o en el afán de consolidar la tan meneada unidad dentro del peronismo, lo cierto es hay quienes –con buenas o aviesas intenciones– consideran esas manifestaciones como un yerro. Sin embargo, hay muchos que deberían estar muy bien informados respecto de los antecedentes que existen para ponderar las expresiones del ex intendente de Tigre o de sus más cercanos colaboradores.

El domingo pasado, en el diario Ámbito Financiero, la diputada nacional massista Graciela Camaño salió a respaldar a su segundo jefe –el primero es su marido, el gastronómico Luis Barrionuevo–, y sentenció: «Creo que Milagro Sala no debería ser liberada».

La legisladora por el Frente Renovador dejó así en negro sobre blanco su posición en torno a la líder social, pero agregó, desestimando el voto popular en forma degradante y cuasi fascista: «Creo que no debería ser legisladora».

Camaño, en el programa «El fin de la metáfora», de Radio 10, opinó que «lo de de Milagro Sala forma parte de los errores a los que se refería (el jefe de Gabinete de Macri) Marcos Peña. A partir de la reforma del año 1994 las resoluciones de organismos tienen repercusión».

En esa línea de análisis, la diputada observó que Sala “ha tenido una defensa internacional porque hubo una enorme incapacidad del poder ejecutivo de resolver de forma internacional esta cuestión. El gobierno no tuvo iniciativa de mostrar pruebas para justificar su detención», pero se excusó de mencionarlas, o de reconocer que no existen, porque si no ya la Justicia de Jujuy las hubiera usado con creces en su afán persecutorio.

El remate de Camaño no podía ser más hipócrita: «Yo creo que Milagro Sala no debería ser liberada, pero es un tema que debería resolver la Justicia de Jujuy. Los organismos internacionales sólo hacen una recomendación. El problema está en lo que hizo el gobierno y la cancillería con respecto a este tema».

El pacto de hierro

Lo primero que hay que decir es que en torno de este tema no hay error. El vicegobernador de Gerardo Morales es un hombre de Massa.

El contador público nacional Carlos Guillermo Haquim, diputado de la Nación entre 1995 y 1999, y secretario general de la Defensoría del Pueblo de la Nación desde el año 2000 hasta que comenzó su campaña junto a Morales, es parte de un pacto de hierro entre el Frente Renovador, Cambiemos y el propio gobernador radical.

Las opiniones de Massa sobre Milagro Sala tampoco son nuevas. Ya Clarín, el 17 de enero de este año, publicaba este título, un textual del jefe del Frente Renovador: «Hay que terminar con la Argentina de los rehenes de los planes».

En ese artículo, el actual diputado nacional se hacía eco de la infamia que venía llevando a cabo Morales y las autoridades judiciales de la provincia ante sus órdenes, opinando que “en los allanamientos en el domicilio de la líder de Tupac Amaru se encontraron cosas que en la casa de un trabajador social no están”.

Massa agregó en ese entonces que Jujuy era una provincia en donde «con recursos del Estado central se construyen estados paralelos al propio gobierno provincial y a los propios gobiernos locales».

Clarín recordó que Massa «acompaña al gobernador Gerardo Morales (aliado suyo durante la campaña presidencial) y al vicegobernador Carlos Haquim”, quienes “están haciendo un esfuerzo muy grande para que la gente no sufra la extorsión de la intermediación de los que como Milagro Sala hicieron de los planes un negocio”. El diario de Magnetto también ponderó en esa nota que “en el programa de Mirtha Legrand” el líder del FR indicó que «van a decir» que la detención fue «algo político».

Pero antes aún de que en agosto de 2015 Haquim fuera nominado como candidato a vicegobernador de Morales, Massa ya recorría la provincia de Jujuy de la mano del entonces senador nacional.

En el propio sitio web del Frente Renovador, por aquellos tiempos, y ante una de esas visitas, se tituló: “Massa con Gerardo Morales en Jujuy: Venimos a abrir puertas al futuro”. En el parte de prensa se abunda en esa apertura de portales.

Frases grandilocuentes recorren ese texto. “Se acabó el tiempo de la Argentina dividida entre peronistas y radicales. Viene un tiempo nuevo, en el que hablar de seguridad, educación o régimen de promoción industrial que significa empleo, es hablar de lo que le pasa a la gente”, afirmó Massa.

Por su parte Morales sostuvo: “La gente nos pide que estemos unidos”.

Pero tal vez lo que más echa luz sobre el presente es el siguiente párrafo atribuido a Morales: “Con Sergio venimos a dejar abiertas puertas, él quiere ser ‎Presidente y yo quiero ser Gobernador y tenemos que pensar en los desafíos comunes. Las encuestas indican que Massa sería Presidente y yo Gobernador. Coincidimos en la independencia de los poderes y en muchos temas. Y abrimos el diálogo político”.

Más allá de la relativa suerte que corrieron ambos –uno se benefició con el pronóstico, el otro no–, hablar de “independencia de los poderes” y de abrir “el diálogo político” hoy suena a cochinada.

El diario La Prensa del 1º de mayo de 2015 también brinda información a los desmemoriados que califican de “error” los pronunciamiento del Frente Renovador. Bajo el título “Gerardo Morales destacó la actitud de Macri y Massa por hacer acuerdos amplios en diferentes provincias”, se lee, con claridad meridiana: “Ellos (por Macri y Massa) apoyan mi candidatura a la gobernación integrando un frente provincial lo más amplio y potente para derrotar el feudalismo que representan Milagro Sala y Eduardo Fellner”. En el efusivo agradecimiento, Morales también mencionó  a Margarita Stolbizer.

Los límites de la unidad

En los últimos tiempos da la sensación de que algunos dirigentes o militantes pecan de demasiado generosos para con el Frente Renovador, en pos de una unidad que ese espacio no manifiesta impulsar ni desear. Y, a la vez, se percibe que los mismos dadivosos fogoneros de ese acercamiento al Frente Renovador se manifiestan con demasiado rigor respecto de quienes han bancado doce años y medio de políticas que permitieron incluir al mundo real de las conquistas sociales y de la economía a millones de argentinos.

Los errores de la dirigencia kirchnerista son considerados apropiados para enrostrarles derrotas y costos políticos inmensos, pero se blanquea bajo la figura del error decisiones políticas como estar presente en Davos junto a Macri, votar –hasta el martes pasado– todo lo que Cambiemos le exige al massismo en el Congreso, o ésta apología del crimen de Estado de tener a Milagro Sala presa.

La infamia es tan grande que algunos superan a Macri en sus postulados ajurídicos: algunos revolean, sin otra prueba que su percepción o la opinión de los enemigos locales de la dirigente presa que “nadie quiere a Sala, y entonces está bien que esté presa”. O la acusan de ser una «extorsionadora», y entonces por defecto debe seguir detenida.

A esos “críticos” no se les escucha proferir una palabra sobre los emperadores del Ingenio Ledesma, los Blaquier, principales auspiciantes del apresamiento disciplinador de Sala. Tampoco se observa que reivindiquen algo de la monumental obra que, junto al Estado nacional, provincia y municipios, Sala ayudó a erigir.

Es tan claro que se trata de la mirada del blanco sobre la coya. Es tan claro que eso no es un error. Es tan claro que eso no es otra cosa que venganza de clase, que cabe preguntarse: ¿Quién, pero realmente quién desea la unidad con alguien que tiene esa mirada?

La gran derrota de Macri y sus detalles

Si bien es rigurosamente cierto que el martes pasado en Diputados imperó un consenso hasta ahora nunca visto en los dos bloques peronistas y el del Frente Renovador, hubo detalles interesantes a la hora de levantar las manos, esconderlas, o bien ausentarse por apremios que nada tienen que ver con las necesidades fisiológicas de todo ser humano.

A los efectos de entender un poco mejor la masa crítica de votos opositores y las presiones del macrismo sobre los diputados, bien vale repasar el análisis que realizó para este medio un operador con mucho pasillo en la Cámara baja: “El Frente para la Victoria (FpV) aportó la mitad de los votos de la heterogénea mayoría que se conformó. Algo que los medios, está claro, no ponderaron en absoluto

Pero algo muy interesante es el repaso que realizó sobre los aprietes y zafes que deparó la larga jornada parlamentaria: “Analicemos lo del martes, pero desde el punto de vista de los posicionamientos a la hora de votar. Hay que repasar la votación en Diputados por Ganancias. Mirar de cerca ausentes y abstenciones para ver las operaciones”.

En ese sentido, el asesor señala que “cuando Cambiemos se dio cuenta que no lograba sumar votos en contra, operó para que se vayan diputados. No le alcanzó, pero analicemos caso por caso. Los misioneros de (el ex gobernador Maurice) Closs faltaron o se abstuvieron. La presión de (el ministro del Interior Rogelio) Frigerio sobre el gobernador (Hugo) Passalacqua funcionó”.

El vocero, además, recuerda que “a Frigerio también le funcionó la presión sobre el gobernador de la Rioja, Sergio Casas. Sus diputados cumplieron con Macri estando ausentes”. Y agrega: “(el gobernador de Córdoba Juan) Schiaretti y (José Manuel) De la Sota le cumplieron -una vez más- a Macri y se distanciaron de Massa. Sus diputados se ausentaron”.

El puntilloso repaso de la votación de la media sanción al proyecto que rebaja el impuesto a las ganancia continúa: “Sigue firme el acuerdo de Frigerio con el Movimiento Popular Neuquino. Sus diputados se ausentaron. Todos los de (Juan Luis) Manzur (gobernador de Tucumán) votaron en contra de Macri, así como los de Gustavo Bordet, de Entre Ríos. Todo el Frente Cívico de Santiago del Estero votó en contra del deseo de Macri”. Y en este último punto, el colaborador de Rossi arriesga una suerte de presagio, advirtiendo sobre posibles represalias macristas: “No quisiera ser santiagueño en los próximos meses”.

También puntualiza lo que define como “rarezas de la sesión”, y enumera: “Elisa Carrió, ausente (en Miami) y el esposo de (la diputada del Parlasur por Cambiemos) Mariana Zuvic, Eduardo Raúl Costa, extrañamente también estuvo ausente”. Y se pregunta: “¿Qué pasa ahí?”.

Ya sobrevolando la provincia de Buenos Aires, subraya que la gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de Seguridad Cristian Ritondo “operaron sobre Alejandro Granados Granados, intendente de Ezeiza. Su mujer se ausentó”. Y no dejó de recordar que la líder del GEN, Margarita Stolbizer también estuvo ausente. Con sorna, acota: “Total, ella ya ganó”.

Fuente: El Eslabón

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