Foto: Andrés Macera.
Foto: Andrés Macera.

La Multisectorial contra el Tarifazo anunció una convocatoria masiva para el 15 del mes entrante. Con facturas que pasan de los 1800 pesos a 5500, algunos comercios recurren a inéditas formas de protesta.

El 2017 empieza a tomar fuerza y forma. El final de febrero y de las vacaciones significa la vuelta de todo: a la escuela y al trabajo; también a chocarse con una realidad que merece estrategias de lucha. El paro de Ctera y la movilización de la CGT empiezan a copar la agenda de un marzo caliente. Los “ruidazos” también empiezan a vislumbrarse en un horizonte muy cercano: el primero será el miércoles 15 y la Multisectorial contra el Tarifazo ya empezó a calentar motores. El miércoles pasado, comerciantes y dirigentes de pymes, organizaciones sociales y políticas salieron a los barrios a hablar con la gente. La actividad se replicó en todo el país con distintas modalidades.

“El tarifazo ya se asimiló para algunos. Muchos se piensan que ya pasó. Lo que nosotros estamos diciendo es que esto no ha terminado”, sintetizó Juan Milito, referente de la Multisectorial en Rosario.

La actividad del miércoles pasado repercutió en todo el país. En Rosario, se multiplicó por cuatro: en Avellaneda y Mendoza, en Corrientes y Córdoba, en Génova y Alberdi y en San Martín y Regimiento 11.

En cada punto, los miembros de la Multisectorial contra el Tarifazo repartieron volantes, hablaron con los peatones y autos. “Para esclarecer y comparar con los sueldos”, destacó Juan Milito, referente local. La Multisectorial salió a la calle con números concretos. Las paritarias en 2016 cerraron en torno a un 30 por ciento y el aumento acumulado en los servicios excedió enormemente ese porcentaje: Litoral Gas tiene un aumento acumulado del dos mil por ciento; la Empresa Provincial de la Energía, de un doscientos por ciento; y Aguas de un ciento por ciento.

“Las personas recibieron los volantes. La mayoría acordaba: que no se puede pagar. Y que se suman los aumentos en todo. Lo que nosotros vimos es mucha preocupación y una necesidad de canalizar esa preocupación, por eso muchos tomaron nota de nuestras reuniones. La gente quiere hacer algo para cambiar esto”, destacó Milito.

La Multisectorial prevé un año en la calle, haciendo ruido, tratando de frenar esta cara de la crisis. Y en esa dirección, además del primer ruidazo el 15 marzo, avisan que también se sumarán a las movilizaciones sindicales que están previstas para el 2 y 7 de marzo. Milito avisó: “Estamos calentando motores”.

Un acampe contra el aumento

El hecho de que los aumentos en los servicios haya salido de agenda no significa que las facturas de luz, gas y agua hayan dejado de llegar a las casas particulares, comercios y empresas. Y que cada cual tenga que lidiar con eso.  “La situación es muy compleja. Algunos decían que iba a mejorar, pero uno ve que en enero la producción cayó más de un seis por ciento respecto a enero de 2016. La crisis se sigue profundizando”, resumió Milito.

El martes pasado, la Multisectorial impulsó en acampe en Callao y Guemes, frente al bar y centro cultural Let’s Dance para evitar el corte de luz.

“Nuestro comercio tiene una tarifa comercial que originalmente era de 1800 pesos. Con el aumento, pasó a 5500, un monto injusto y abusivo. Nosotros no lo podemos afrontar ni trasladar a la mercadería o entradas. No hay posibilidad de sostener un costo tan alto”, señaló Hernán Franicevich, referente del lugar.

Franicevich es también miembro de la Multisectorial contra el Tarifazo y contó que en agosto del año pasado, frente a las presentaciones judiciales y políticas, desde su bar decidieron dejar de pagar la boleta hasta que haya una tarifa clara y lógica. “Fue una decisión política”, aclaró el comerciante.

El acampe también fue una decisión política y colectiva. Y que si bien tuvo resultados positivos porque no se acercó ninguna cuadrilla, tampoco se logró abrir un diálogo con la EPE.

“Nosotros sabemos que esta tarifa afecta a toda la población popular, a los comercios, a las pymes, a las fábricas. Algunos pueden restringir el consumo, pero lo cierto es que es abusivo y no corresponde. El acampe tiene que ver con una medida que ofrezca resistencia y siente un precedente para que otros negocios lo hagan y de esa manera lograr que la EPE actúe en favor de los consumidores”, dijo el dueño del local.

Fuente: El Eslabón

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