La revolución impulsó un frente democrático contra el absolutismo reinante, pero en ese frente los morenistas fueron derrotados (1812/1810 y 5/4/1811), consolidándose una burguesía comercial anglocriolla, basada en el puerto único y el control de la Aduana, que se apoderó del poder y traicionó el objetivo inicial.

Tan intensa ha sido la tergiversación de nuestra historia implantada por el mitrismo y tantas las limitaciones del revisionismo rosista tradicional que, hoy, doscientos años después, los argentinos discutimos todavía la naturaleza de la Revolución de Mayo.

Las reflexiones que siguen tienen por objeto concurrir a las polémicas todavía en curso, según la perspectiva de la corriente historiográfica latinoamericana, federal provinciana o socialista nacional. No pretenden sostener una verdad absoluta y definitiva, sino participar en un debate que es muy importante, pues si no conocemos de dónde venimos resulta imposible alumbrar con certeza la meta hacia dónde vamos.

En principio, ¿fue una revolución? Algunos entienden que existe sólo revolución cuando se modifican las relaciones sociales de producción y desde esa óptica, no lo sería. Pero en países con larga historia de dependencia es también revolución aquella que consiste en la liberación nacional respecto a la opresión externa (de otro modo, no serían revolucionarios ni Sandino, ni Martí, por ejemplo, por no ser socialistas). Y asimismo, también lo es cuando un sector social oprimido desplaza del poder a otro -que lo oprime- promoviendo un progreso histórico, nacional y social.

Partiendo de esta última mirada, el 25 de Mayo se produjo una revolución. Esa revolución no fue socialista, ni nacional independentista, sino democrática. Se trata pues de una revolución democrática que desaloja del poder a una minoría absolutista y reaccionaria (el virrey, su burocracia y los comerciantes monopolistas) privilegiada por la monarquía, reemplazándola por una Junta Popular cuyos integrantes nacen de la voluntad expresada en la Plaza histórica, donde activan French (un cartero), Beruti (un empleado), Donado (un gráfico) y otros como ellos. Empezamos, pues, nuestra historia teniendo al pueblo como protagonista principal.

¿Fue antiespañola? No. No podía serlo pues había españoles en la Primera Junta (Matheu, Larrea), así como los hubo en el Triunvirato (Álvarez Jonte), en el ejército (Arenales, en el Alto Perú), en la música del himno (Blas Parera), en la jura por Fernando VII y además, por esta circunstancia nada desdeñable: la bandera española flameó en el Fuerte de Buenos Aires hasta 1814 y la independencia -de las Provincias Unidas en Sudamérica- se declaró seis años más tarde, el 9 de julio de 1816.

¿Fue probritánica? No. El comercio libre con los ingleses lo estableció el virrey Cisneros en 1809 y no fue el objetivo de la revolución. (Diego Luis Molinari lo probó en su libro La ninguna influencia de la Representación de los Hacendados en la Revolución de Mayo). Es verdad que los comerciantes ingleses residentes en Buenos Aires, desde hacía un año, coincidieron con el movimiento popular, pero no lo financiaron ni lo dirigieron. Sólo más tarde, a través de Manuel J. García y Bernardino Rivadavia alcanzaron espacios en el poder, en el primer Triunvirato y especialmente en el período rivadaviano de los años veinte. Por otra parte, ni la Junta ni la jura por Fernando VII fueron invento de los hombres de Buenos Aires sino que participaron de un general movimiento hispanoamericano.

¿Fue entonces parte de una revolución que al mismo tiempo se producía en el resto de la América Morena? Efectivamente. Entre mediados de 1809 y principios de 1811, se produjeron levantamientos en todas las grandes ciudades, formándose Juntas populares, que en nombre de Fernando VII -al igual que en España- quitaron el poder a los absolutistas: en julio de 1809 en Alto Perú, en abril de 1810 en Caracas, en mayo en Buenos Aires, en julio en Bogotá, en agosto en Quito, en septiembre en Chile y México y en febrero de 1811 en la Banda Oriental. Esto se produjo no porque conspirasen entre sí sino porque lo que hoy llamamos América Latina es una nación (territorio continuo, el mismo idioma, el mismo origen, semejantes costumbres y cultura). Por esta razón, Moreno envía un ejército al Alto Perú, otro al Paraguay y aconseja sumar a Artigas en la Banda Oriental, con claro sentido hispanoamericano. La frustración de esa revolución disgregó a esa nación en veinte países dependientes, frustrando el proyecto inicial por el cual lucharon duramente Bolívar y San Martín, jefes de ejércitos populares hispanoamericanos. En el norte de América lograron constituirse los Estados Unidos de América del Norte, mientras entre nosotros se generaron los Estados desunidos de América Latina.

¿Quiénes impulsaron esa lucha antiabsolutista? ¿Acaso la llamada `gente decente`, `los vecinos propietarios` de la ciudad, como sostienen algunos historiadores? No. Las actas del Cabildo Abierto del 22 de mayo demuestran que la gente acaudalada votó a favor de que continuase el virrey, tanto los Martínez de Hoz, como los Quintana y como apoyaron esa política todos los señorones dueños de esclavos, así como la jerarquía eclesiástica (obispo Lué). Fueron «los chisperos», «los manolos», los activistas de la plaza (a los ya mencionados, cabe agregar a Francisco Planes, los curas Grela y Aparicio, oficiales como Terrada y a empujones, Cornelio Saavedra) junto a un grupo de profesionales (Moreno, Belgrano, Castelli, etc.), quienes protagonizaron el suceso revolucionario.

¿Solamente perseguían desplazar a los absolutistas o tenían un proyecto de liberación y progreso económico social? Tenían efectivamente un proyecto y se expresó en el Plan de Operaciones: expropiar a los mineros del Alto Perú, crear fábricas estatales de fusiles, armas blancas y pólvora, liberar a los esclavos y concluir con el tributo que se le imponía a los indios, abolición de instrumentos de tortura y de títulos de nobleza, libertad de pensamiento y de imprenta, en fin, aquello que los morenistas sancionaron en la Asamblea del año XIII cuando temporariamente lograron recuperar el poder del cual había sido expulsado Moreno el 18 de diciembre de 1810 para después morir, presumiblemente envenado, el 4 de marzo de 1811.

¿Cuáles son los antecedentes de Mayo? Los principios revolucionarios de la Francia de 1789, es decir, «Libertad, Igualdad, Fraternidad», los Derechos del Hombre y del Ciudadano («El evangelio de los derechos del Hombre», según decía San Martín), así como la revolución española iniciada el 2 de mayo de 1808, tributarias de las ideas de Rousseau, Voltaire, en general los enciclopedistas franceses y los liberales revolucionarios españoles.

¿Por qué fracasó la Revolución de Mayo? La revolución la impulsó un frente democrático contra el absolutismo reinante, pero en ese frente los morenistas fueron derrotados (1812/1810 y 5/4/1811), consolidándose una burguesía comercial anglocriolla, basada en el puerto único y el control de la Aduana, que se apoderó del poder y traicionó el objetivo inicial. Proceso semejante se produciría en el resto de América Latina donde prevaleció la política de las burguesías comerciales aliadas al capital inglés, creciendo sólo las zonas vinculadas a los puertos, unos hacia el Atlántico, otros hacia el Pacífico, sumiendo a los países interiores en la miseria, el aislamiento y la expoliación, a pesar de los caudillos federales que intentaron resistir ese sometimiento.

Si esta interpretación es válida, UNASUR no es un invento oportunista sino retomar el camino de la Revolución. Asimismo, el protagonismo popular no es un invento demagógico para halagar a indios, negros, mestizos y criollos sino la continuidad de aquella revolución que ganó las elecciones (156 a 68) en el Cabildo Abierto del 22 de mayo, pero que, además, supo asegurar ese triunfo con la movilización popular en la plaza histórica y la presencia de sus líderes, trabucos y puñales en mano, en aquel mediodía del 25, en el primer piso del Cabildo, iniciando una lucha hacia la liberación que, con idas y venidas, todavía continúa.

Norberto Galasso es uno de los más prolíficos historiadorores nacionales. Este artículo fue publicado por la agencia de noticias Télam y el Centro Cultural E. S. Discépolo en mayo de 2011.

Más notas relacionadas
  • Carne y hueso

    Me despierto todo meado y lleno de resaca. Me duele hasta la uña del pie. Tomo aire y el o
  • Sacar el daño

    Voy de Burzaco a Capital. El tren tiene un aire de desconsuelo por las noches. Todos lleva
  • La censura no existe mi amor

    Tras suspender por un año la pauta oficial, Milei avanza sobre los medios públicos con el
Más por Norberto Galasso
  • Que no nos agarre la noche

    Yo no sé, no. Estábamos reunidos junto al sendero de bicis, pegado al arco de cilindro que
  • Salir de la pesadilla Milei

    Ni soluciones mágicas ni desesperanza. Así se presenta el escenario que indefectiblemente
  • Olvido, mentira, injusticia

    Marzo no es un mes cualquiera en la Argentina. Desde 1976, su día 24 tiene un significado
Más en Columnistas

6 Lectores

  1. Ana Maria de Benito

    26/05/2017 en 6:43

    Me parece imprescindible este articulo de historiador…
    Desde la educación primaria nos presentan , aunque una pueda entenderlo, unavision edulcorada de nuestros origines como Nacion.
    Viene bien poner de manifiesto la diferencia con el el origen de la nación estadounidense.. Donde y con sus obscuridades, luego de la cruenta guerra civil, triunfo el sector diríamos hoy progresista. Claro, dejando de lado el drama de la discriminación racial k . las guerras,etc.e
    Pero la diferencia estriba en que acá y en general en toda América Latina, una oligarquía parasitaria y facciosa, como bien caracteriza Jose P.Feimann , dueña de inmensos territorios arrebatados a los pueblos originarios. se adueño también del poder politico. Y , a diferencia de lo que sucedió con las explotaciones de campo no solo de EE UU, sino en Canadá y Australia, ni trabajaban las tierras ni vivían en ellas.
    Esa oligarquía se adueño del poder político y resiste hoy en dia incluso, tenaza amente tanto que recurre a las armas confrecuencia, politicas de distribucion de la riqueza que todos generamos. Hoy logro llegar al poder via electoral.
    Para meustra,no hay mas que escucharlos hoy por hoy, como voceros del obierno nacional.
    qcada..

    Responder

  2. Ana Maria de Benito

    26/05/2017 en 6:50

    Considero imprescindible la lectura de este articulo, si se tiene poco tiempo para recurrir a otras obras del historiador..
    Deberían los profesores, al menos ya en la educación secundaria y terciaria, abandonar la visión edulcorada de nuestras castas gobernantes . Muy acertado señalar la diferencia con el nacimiento de la nación estadounidense. Donde, tras una cruenta guerra civil, gano digamos la facción progresista. Como en Canadá y en Australia, las grandes extensiones de tierra quedaron en manos de una clase que vivía en las mismas y la trabajaba.Ojo, con sus tremendos dramas de discriminación, desigualdad social también
    En América Latina, los dueños de la tierra conformaron una oligarquía parasitaria y facciosa, como bien caracteriza Jose P. Feimann. Que manejo el poder hasta 1945 pero vuelve al mismo en forma recurrente, mediante golpes de Estado hasta hoy, que lo hizo mediante las urnas.

    Responder

  3. Juan

    27/05/2017 en 0:52

    Usa capitalista Espania feudal. La diferencia es sustantiva. La Iglesia acompania y profindiza esas diderencias

    Responder

    • Ana Maria de Benito

      27/05/2017 en 20:27

      De acuerdo , Juan…
      Cuando el catolicismo, encarnado en sus reyes, se deshizo de judíos y musulmanes, España entro en la negra noche de la Inquisición.
      Desde ese momento histórico, su suerte quedo sellada y las riquezas del llamado Nuevo Mundo que robo a los nativos a quienes diezmo, torturo, masacro,no le sirvieron para consolidarse como imperio, lo cual si realizo Inglaterra.
      De una y otros orígenes surge la distinta suerte de las colonias anglosajonas y las de la Madre Patria..
      Recomiendo la lectura de UN MUNDO DESPARECIDO, del estadounidense Chris Lowney….describe, analiza la hermosa confluencia de la culturas judías, árabes cristianas que tuvo lugar ante de esa nefasta decision.
      Los pueblos originarios, aparte de masacrados, fueron aculturados…la Iglesia Católica hizo posible ese genocidio como mas tarde, en nuestra historia, iba a ser posible otros crímenes..

      Responder

  4. adhemarprincipiano

    27/05/2017 en 17:21

    La revolucion de mayo, se perdio en los laberintos de la burocracia portuaria(mitre). Hoy aun no se ha podido realizarla. Con menos posibilidades LA REBELION que es la revolucion permanenete. Los movimientos populares fueron solamente reformistas, dentro del sistema que ejecutaba la politica capitalista.

    Responder

    • Ana Maria de Benito

      28/05/2017 en 11:40

      Esta muy bien desde el punto de vista teórico, utilizando instrumentos que podrian servir para analizar cuaquier movimiento en cualquier parte del mundo.. Mucha gente, amiga, conocida y relevante,opinan asi.
      En la mia, me parece que precisamente por eso, la conclusión no tiene en cuenta la concreta situación.
      Hablar de revolución , capitalismo, es extender hacia tanto tiempo atrás, situaciones contemporáneas…
      De que clase obrera, que campesina-do se puede catalogar a los sectores sociales de la colonia ?
      Me temo que con las mejores intenciones, también hay un poco de pensamiento colonizado.

      Responder

Dejá un comentario

Sugerencia

Un país, diversas culturas

Del Día de la Raza al del Respeto a la Diversidad Cultural, un salto cualitativo que no se