Según el Indec, la desocupación nacional del primer trimestre, la más alta en una década para esta parte del año, fue de 9,2 por ciento. Desde que gobierna Macri, hay 410.000 personas más sin trabajo. En Rosario tocó los dos dígitos: 10,3.

Las políticas neoliberales que aplica el gobierno de Mauricio Macri agrandan el universo de desocupados. Al mismo tiempo, la alianza PRO-UCR recorta ingresos reales de los trabajadores, como ya sucedió en los 90 y comienzos del nuevo milenio. De esta manera, la gestión macrista, al servicio de grandes poderes, cumple con el propósito de reimplantar dispositivos de disciplinamiento laboral.

Cambiemos niega que el crecimiento del desempleo responda directamente a su plan económico. Es más, habla de “mejora en el empleo”, es decir, esquiva la realidad efectiva y relata una realidad paralela. Tampoco despliega ningún sistema de contención laboral y social para amortiguar el impacto, como ayuda estatal a empresas en crisis o fomento a la demanda interna. El objetivo del plan económico de Cambiemos es bajar el “costo laboral”, con desempleo y contracción salarial, y lo está haciendo con éxito.  

El Indec reveló que se agudiza la crisis laboral en todo el país y contradijo el discurso de campaña permanente que remacha el macrismo sobre un supuesto repunte del mercado de trabajo. En un contexto económico recesivo y de inflación en alza con caída del consumo, el organismo oficial informó que el desempleo urbano nacional en el primer trimestre del año fue de 9,2 por ciento, el nivel más alto en una década para este momento del año. En los primeros tres meses de 2017 la desocupación trepó 1,6 punto porcentual con relación a datos correspondientes a los últimos tres meses del año pasado. La mayor cantidad de personas buscando trabajo explicó gran parte del incremento del desempleo.

En el Gran Rosario, la cifra de la tasa de desempleo volvió a tocar los dos dígitos: 10,3 por ciento. Fue 1,7 por ciento más que a fines del año pasado. De diciembre de 2016 a marzo de 2017 unas 9 mil personas se quedaron sin empleo en la ciudad y alrededores, según el Indec. Por lo general, durante el primer trimestre del año, por una cuestión estacional, más personas salen a buscar un empleo, lo que se denomina tasa de actividad, y por ello suele aumentar el nivel de desempleo. Sin embargo, en el aglomerado Rosario, el Indec informó que la tasa de actividad cayó del 48,7 a 47,8 por ciento. Esto es: se incrementó la desocupación pese a que menos personas salieron a patear la calle en demanda de un trabajo.  

El conurbano bonaerense y la Capital Federal, donde ya empezó a disputarse la principal pulseada electoral de este año, fue la región que arrojó el nivel de desempleo más alto: 11,8 por ciento. Esta zona, más el Gran Rosario, Gran Catamarca (10,8) y Mar del Plata (10,4) son los cuatro distritos que alcanzaron los dos dígitos en la medición que hizo el Indec con respecto a las personas que no tienen trabajo. Y Comodoro Rivadavia, Rawson y Ushuaia, ciudades del sur argentino donde el desempleo venía en baja, tuvieron un cambio de tendencia ya que la tasa de desocupación creció fuerte.  

Debido al mutis estadístico resuelto por Cambiemos al inicio de su gestión, hay que esperar al próximo trimestre para realizar una comparación anual. La última cifra que difundió el Indec corre la cortina y deja ver unos 410.000 desempleados urbanos más a los existentes en diciembre de 2015, sobre una población económicamente activa de 12,4 millones de personas. Mediciones privadas, incluso, muestran estadísticas más alarmantes para el mercado de trabajo argentino, con cientos de miles de despidos, suspensiones y cierres de industrias.

Según el Indec, en la era Macri la tasa de desempleo arrancó con 9,3 por ciento en el segundo trimestre de 2016, bajó a 8,5 en el tercero, volvió a descender a 7,6 en el cuarto y volvió a subir a 9,2 por ciento en el período enero-marzo de 2017 (1.700.000 personas buscaron y no consiguieron trabajo). En tanto, el subempleo –personas que trabajan pocas horas pero quisieran trabajar más– alcanzó a 9,9 por ciento de la población activa, equivalente a 1.830.000 subocupados en todo el país. Si se suman los desocupados con los subocupados, unos 3 millones y medio de habitantes tienen problemas de empleo en la Argentina.

Las cada vez más asiduas postales de protestas, marchas, piquetes y largas colas por anotarse en un puesto de trabajo reflejan los problemas laborales en el país más allá de los números y las estadísticas. El director del Indec, Jorge Todesca, reconoció: “La desocupación es muy alta en los grupos de hasta 30 años. Del total de desocupados, el 60 por ciento son menores de 30 años, mientras que el 45,7 por ciento tienen entre 20 y 29 años”.

Por efecto de las políticas de ajuste, la mayoría de los hogares sintieron la reducción de los ingresos. La jubilación, la asignación universal por hijo y el salario vienen perdiendo gran parte de su poder adquisitivo a manos de la inflación desde el cambio de gobierno en diciembre de 2015. En consecuencia, más personas del grupo familiar tuvieron que salir a buscar trabajo y no lo obtuvieron. Las complicaciones de empleo en el país no son nuevas, la cuestión es cómo se posicionaron los diferentes gobiernos frente a la problemática. El macrismo prometió “pobreza cero”, pero hasta el momento los resultados de sus políticas fueron diametralmente opuestos.

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