El dramaturgo Gustavo Guirado construyó en forma colectiva una versión propia de Fausto, que muestra en funciones los sábados en la sala de El Rayo. La leyenda clásica, en la que interviene Mefisto -un subordinado del demonio-puede leerse como relato universal y metáfora de coyuntura.

El actor y director Gustavo Guirado dialogó con el eslabón sobre el estreno de Fausto o la pasión según Margarita, que se presenta los sábados, a las 21, en El Rayo Misterioso, de Salta 2991. Dio detalles de su más reciente producción teatral y también repasó su vínculo con Carne de Juguete, la emotiva obra que creó en torno al drama de Malvinas y que causó un efecto “poco común” en el público. Además, analiza la situación del Instituto Nacional de Teatro, en medio del ajuste, y su intento de intervención.

En su nueva obra Fausto o la pasión según Margarita, Guirado introduce una historia que se remonta a la oralidad y que fue escrita e interpretada a lo largo de siglos por diversos autores y soportes artísticos. El trabajo está protagonizado por Edgardo Molinelli, Paula García Jurado y Anahí González Gras.

Fausto, viejo y enfermo, se enfrenta a Dios que lo ha olvidado. El diablo le restituye la juventud perdida y le provee una mujer bella y joven llamada Margarita, es apenas un adelanto de la versión de Gustavo Guirado, quien comenzó a dirigir en el año 1990.

“Soy de Ceres, al norte de la provincia. Empecé allí, con un primer maestro que viajaba desde la ciudad de Santa Fe en un colectivo destartalado, como cuatro horas para darnos clase. A través de esto, me di cuenta que el teatro iba a ser el oficio de mi vida. Recién volvíamos a la democracia, era 1984”, rememora el actor, y agrega: “Después me vine a Rosario y tuve maestros como la María de los Ángeles Chiqui González (hoy ministra provincial de Innovación y Cultura) y Norberto Campos”. Y subraya la novedosa concepción del teatro que tenía a fines de los 80 la actual funcionaria de gobierno.

Fausto está en todos lados

“Nosotros no hemos trabajado sobre los textos clásicos, pero por supuesto hemos leído las versiones de Goethe, Marlowe, Fernando Pessoa y el Fausto criollo. Hemos visto diez o doce películas del mito fáustico, pero tomamos la leyenda original de Alemania, que no tiene autor y que es del siglo XVI. También es importante decir que la leyenda del pacto del hombre con el diablo se encuentra en casi en todo el mundo, con diversas versiones y distintos nombres. En el norte de nuestro país, están muy acentuadas esas historias. Fausto es un relato popular y universal: un hombre cede su alma al diablo en función de favores y poderes especiales. Nosotros tomamos eso como base pero después, como suele suceder en los trabajos que hago, surge otro material, otros sentidos, con lo cual hemos escrito una obra original, propia, en la que se encuentran los personajes de Fausto, Mefisto y Margarita”, explica el autor.

Además de los actores, Gustavo Guirado trabajó Fausto en sintonía con un equipo que integran Mauro Guzmán en dirección de arte; Ramiro Sorrequieta en vestuario; Corcho Corts en sonidos grabados, Angie Cámpora en entrenamiento vocal; Esteban Goicoechea en diseño gráfico; y Yanina Mennelli en la producción ejecutiva.

“Yo no sé trabajar de otra manera que con las improvisaciones de los propios actores. Hicimos todo un trabajo de indagación entre la gente, los vecinos y los familiares, consultando qué noción tenían del diablo, más allá de las improntas religiosas”, detalla el dramaturgo, y prosigue: “El lugar de la excelencia es el ensayo. Inclusive los elementos de la puesta en escena siempre tienen que ver con el trabajo de los actores”.

Guirao cuenta que “el final es inesperado” ya que “siempre el personaje de Fausto firmó y, no puedo adelantar mucho, pero en esta versión Fausto no firma”.

“Hay una vuelta de tuerca que a mí me sorprendió, apareció en los ensayos y tiene que ver con la propuesta de Anahí González Gras, que interpreta a Margarita. Hubo una fuerza y una problemática en nuestra obra: los tres son protagonistas. Por eso la obra podría llamarse Mefisto, Margarita o Fausto. En cualquiera de las versiones, Margarita es una excusa para que se cuente la tragedia de Fausto y no es un personaje secundario”, cuenta, y admite que la obra tiene mucho que ver con la actualidad de las mujeres.

“En mis obras siempre se filtra la época, se va colando de distintas maneras; cuando hablamos de época también hablamos del contexto geopolítico, política social e ideológica en la que estamos inmersos. La escena es un lugar de discusión, de resistencia, de fuerza muy singular. Tiene que ver con el trabajo de los actores, el juego escénico, la puesta en sentido de toda esa fuerza que los actores desatan, porque hacer una obra de teatro es desatar fuerzas en escena y agarrarse bien de lo que pasa con eso”, reseña Guirado.

Las operaciones de Mefisto

Aunque tengamos al papa Francisco, la idea de Fausto o la pasión según Margarita es que Dios ya no es argentino y el diablo sí. “Particularmente soy ateo y tengo una gran afinidad poética con Dios y el diablo. Son dos invenciones formidables a lo largo de los siglos y muy redituables, evidentemente por el poder y el dinero que han generado. Siempre he pensado qué hubiese sido de Dios sin el diablo: Dios sería un especie de burócrata en alguna oficina del cielo (risas) ¿Te imaginas? El diablo le da paso está en todas las fábulas del cristianismo, en toda sus versiones. En estos momentos hay operaciones mefistofélicas. Mefisto aparece mucho en los relatos populares argentinos, el diablo que puede tomar las formas que quiera, apareciendo a veces como paloma, a veces como un lobo, un perro negro y a veces como una viejita. Eso lo hace en función de que veas lo que querés ver, por eso en la obra ponemos en perspectiva la idea del engaño y la falsedad”, subraya Guirado, y lo emparenta con la realidad política. “Se habla mucho de la estafa electoral del gobierno. Coincidimos con esto pero también entendemos que es una estafa a medias, ya que muchos compatriotas compraron y quisieron creer la mentira. Nos cuesta a veces entenderlo, pero apostaron al famoso mentime que me gusta, y la posverdad, que es mas vieja que el Hombre”.

Malvinas presente

“Tengo un amor muy especial por ese trabajo”, dice Gustavo Guirado sobre Carne de Juguete, su creación dramática sobre el conflicto bélico que desató la dictadura. Un relato dramático que se sitúa tiempo después de la guerra, en un galpón donde se encuentran objetos y obsequios donados por la comunidad en 1982 y que nunca llegaron a destino. “Yo no pienso dejar de hacer la obra -sostiene su autor- llevamos 140 funciones por todo el país y hubo circunstancias muy singulares como la muerte de nuestro compañero Roberto Stabile, que hacía el personaje del papá, hace exactamente un año, el 17 de octubre, Día de la Lealtad. Eso nos afectó mucho. Es una obra que quiero seguir haciendo. Primero porque es un grupo de actores excelente. Y también porque lo que produjo esa obra en la gente es muy raro, es muy por fuera de lo común. Gente que volvía a verla dos o tres veces, cuatro veces; y traían a sus amigos, «y no, yo quiero que la vea mi mamá, ¡pero pará!, ¿cuándo la hacen otra vez?, quiero que la vea mi tío, no sé quién». Y volvían. Y una cosa que jamás me había pasado: terminaba la función y pasaban dos horas y empezaban a mandar mensajes de whatsapp, mails, de gente que quería decir, gente que no sabemos quiénes son y querían manifestar lo que les había pasado, lo que se habían emocionado, un fenómeno bastante particular”.

Unitarios y federales

El miércoles 10 de octubre, trabajadoras y trabajadores del teatro local se manifestaron en contra de las políticas de ajuste del Instituto Nacional de Teatro en una reunión informativa en Plataforma Lavardén. Con leyendas que exigían la renuncia del director Marcelo Allasino, actores y actrices repudiaron los recortes que, según se estima, llegarán al 50 por ciento de los fondos oficiales, entre la reducción en el presupuesto del próximo año y el efecto de la inflación. Y, a la vez, pidieron se respete el trabajo de los consejeros.
Consultado al respecto, Guirado se lamenta: “Hay un recorte fuerte y hay injerencia. Hay que entender que el Instituto tiene un Consejo Federal en el que están los representantes de las provincias y después tenés un Ejecutivo que es el representante de (Mauricio) Macri, digamos. Hace un tiempo que hay una tensión insostenible. Ahora han cesanteado al representante provincial Miguel Ángel Palma, esto es un avasallamiento del Poder Ejecutivo Nacional. Parece que seguimos peleando las mismas guerras entre unitarios y federales. Buenos Aires como apropiándose de todo, o queriendo privilegios. La situación es calamitosa por donde se la mire. Los recortes van a afectar a la toda la comunidad teatral. Uno dice, le sacan las vacunas a los pibes, te imaginas el resto. Este gobierno es eso. El empoderamiento y el enriquecimiento de unos pocos. Son una arma de destrucción masiva. Son días muy álgidos. Hay asambleas en todo el país por este tema”.

Más notas relacionadas
Más por Juan Pablo de la Vega
  • Qué nos espera

    Entre rumores de votos fraguados, cambios en el texto, revoleos de bolsos y presiones mafi
  • Razones de un paro

    Con alto acatamiento, la CGT y las dos CTA pararon por segunda vez en cinco meses. Motivos
  • Lo que hay que tener

    Una sola vez intenté, Lauri. No sé, se me mezcla un poco ahora, pero ponele que fue a medi
Más en El Eslabón

Dejá un comentario

Sugerencia

Islas en el corazón

Carne de juguete, la emblemática obra sobre Malvinas, escrita y dirigida por Gustavo Guira