Con máscaras y nieve con la que recrearon la historieta El Eternauta, la agrupación Hijos Rosario escrachó a Manuel Cunha Ferré, un ex militar acusado del secuestro y las torturas del célebre guionista Héctor Oesterheld.

Una multitud marchó este sábado desde plaza San Martín hasta la casa del represor, ubicada en San Lorenzo, donde el ex oficial de inteligencia del Ejército disfruta del beneficio de la prisión domiciliaria.

«El único lugar para un genocida es la cárcel» decía una de las pancartas de Hijos. La organización de derechos humanos estuvo acompañada de otras regionales como Santa Fe, La Matanza y Provincia de Buenos Aires.

Además participaron del escrache las organizaciones integrantes del espacio Juicio y Castigo.

En el lugar se pinto una imagen de El Eternauta y, entre otras intervenciones artísticas, tocó una banda y se leyó un documento para «contar a los vecinos y vecinas quien es el genocida que vive en su barrio».

A continuación el documento completo leído en el escrache:

Genocida Manuel Antonio Luis Cunha Ferré: te venimos a escrachar

Somos, como dicen nuestras compañeras del movimiento de mujeres, los hijos e hijas, las nietas y los nietos de Los Eternautas que no pudiste matar y desaparecer.

Venimos con nuestras viejas banderas de lucha, traídas y heredadas desde el fondo de los tiempos, que han sido levantadas luego de cada genocidio, en el lugar exacto donde otros y otras las dejaron.

Estamos aquí para advertirles, vecinos y vecinas de Cunha Ferré, vecinos y vecinas de Rosario, lo que no alcanzó a contarles el querido Héctor Germán Oesterheld. Venimos a seguir escribiendo la historia y la historieta.

Venimos a denunciar que detrás de todo lo que nos está pasando hoy, con el ajuste de salarios y jubilaciones, los recortes en Salud y Educación, los despidos, tarifazos, las importaciones, el endeudamiento, la impunidad de los genocidas, la represión, la mentira y la miseria planificada… otra vez están Ellos. Son los mismos que sumergieron a nuestra tierra en el más frío, despiadado y espantoso saqueo. Los que llevaron una y otra vez a nuestra patria a la dependencia y la pobreza. Como en 1930, 1955 y 1976. Como en los 90 y en 2001. Como en El Eternauta. Sólo que ahora visten nuevos disfraces.

Lo que Ellos llaman aciertos, son errores; lo que reconocen como errores, son crímenes; y lo que omiten, son calamidades.

Venimos a pedirles que no se queden encerrados en sus casas. No esperemos que otros hagan lo que nosotros debemos tomar en nuestras propias manos. Venimos a seguir llamando a organizar la resistencia a esta nueva invasión neoliberal; como otros y otras lo hicieron antes, como nos enseñaron nuestras Madres y Abuelas. Creemos, como nos mostró Oesterheld en El Eternauta, en que el único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual.

Y fundamentalmente estamos acá porque queremos contarles, vecinos y vecinas, quién es el genocida que vive en su barrio.

El oficial de Inteligencia del Ejército Manuel Antonio Luis Cunha Ferré fue responsable, junto a otros represores de la última dictadura cívico militar, de los delitos de privación ilegal de la libertad y aplicación de torturas de personas que estuvieron cautivas en el centro clandestino de detención y tormentos llamado “Sheraton”, que funcionó en la Subcomisaría de Villa Insuperable, partido de La Matanza.

A principios de noviembre de 2017, unos diez días antes de que comience el juicio oral y público en su contra, Cunha Ferré obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria y se vino a esta casa, de San Lorenzo 1847, de nuestra ciudad.

El proceso por los crímenes de lesa humanidad perpetrados en el “Sheraton”, es un desprendimiento de la megacausa “Primer Cuerpo de Ejército”, en la cual se investigan múltiples violaciones a los derechos humanos cometidos durante el terrorismo de Estado.

El magistrado interviniente, Daniel Rafecas, consideró el 16 de junio de 2015 que se daba por clausurada la etapa de instrucción y dispuso la elevación a juicio oral y público del expediente, caratulado “Cunha Ferré, Manuel Antonio Luis y otros s/privación ilegal de la libertad agravada (art. 142, inc. 1°)”. Juicio oral que está en curso en estos días.

En la investigación, el juez Rafecas tuvo “acreditada la existencia de mérito para enjuiciar al general de Brigada Héctor Humberto Gamen; a los coroneles del Ejército Rodolfo Enrique Godoy, Manuel Antonio Luis Cunha Ferre, Roberto Obdulio Godoy y a los Comisarios de Policía de la provincia, Leopoldo Luis Baume y Juan Alfredo Battafarano”.

El juez confirmó que el centro de detención y tortura Sheraton funcionó en la Subcomisaría de Villa Insuperable, entre octubre de 1976 y octubre de 1978, bajo el mando del Grupo de Artillería 1 de Ciudadela liderado por el ya fallecido Coronel Antonino Fichera, y por los Segundos Jefes de la unidad militar y Jefes de la Plana Mayor Juan Manuel Costa y Rodolfo Enrique Godoy, el Oficial de Inteligencia Cunha Ferré y el Oficial de Operaciones Roberto Obdulio Godoy. A la vez que atribuyó los mismos hechos a Héctor Gamen, Segundo Jefe y jefe de Plana Mayor de la Brigada Décima de Infantería.

La dependencia policial en la cual el personal militar alojaba a los detenidos se encontraba entonces a cargo del Subcomisario Baume y posteriormente, a cargo del Subcomisario Battafarano, constató el juez.

Según el magistrado en ese centro se cometieron “crueles torturas y desapariciones”. En su resolución, Rafecas sostuvo que el área de Inteligencia del Ejército tuvo un rol fundamental en el diseño y concreción de los interrogatorios a los detenidos ilegalmente.

Rafecas responsabilizó a Cunña Ferré y otros cinco imputados por la privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos a unas veinte personas que estuvieron detenidas ilegalmente en el centro clandestino “Sheraton”.

Además de Héctor Germán Oesterheld –cuya esposa Elsa, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora falleció en 2015 a los 90 años, debiendo soportar la desaparición, además de su esposo, de sus cuatro hijas, tres yernos y la apropiación ilegal de dos nietos–, también estuvo en “Sheraton” el sociólogo y escritor Roberto Eugenio Carri, también desaparecido. También militante montonero al igual que Oesterheld.

Entre quienes estuvieron secuestrados en el Sheraton, se encontraban Mercedes Joloidovsky, Juan Carlos Guarino, Marcela Patricia Quiroga (tenía 12 años en ese momento), Juan Carlos Scarpati (que pudo escapar), Paula Elena Ogando Schuff, Julia Estela Sarmiento, Delia Bisutti y María Cristina Ferrario. También estuvieron cautivos allí y permanecen desaparecidos Adela Esther Candela de Lanzillotti, Pablo Bernardo Szir, Luis Salvador Mercadal, Juan Marcelo Soler Guinard y su pareja Graciela Moreno, José Rubén Slavkin, Héctor Daniel Klosowski, Roberto Eugenio Carri y su esposa Ana María Caruso de Carri y Héctor Germán Oesterheld.

No solo venimos a contarles a los vecinos y vecinas quien es el genocida Manuel Cunha Ferré. Estamos acá para denunciar que cada vez son más los criminales de lesa humanidad que se van a sus casas gracias al beneficio de la prisión domiciliaria.

Desde que Mauricio Macri llegó al poder, no sólo se intentó la impunidad de los genocidas con el 2×1 que logramos frenar con el pueblo en la calle, sino que se invirtió la tendencia mantenida hasta diciembre de 2015: hoy más de la mitad de los casi 900 condenados por crímenes de lesa humanidad, y los miles de procesados, están en sus domicilios.

No es casualidad: lo dijimos antes de las elecciones, y lo confirmamos en cada medida de gobierno. Ellos venían a implementar el mismo proyecto económico que el impuesto durante la dictadura. Fueron los instigadores y beneficiarios del genocidio. Los represores fueron su mano de obra sanguinaria para imponer el mismo plan que hoy sufrimos nuevamente de la mano de las grandes corporaciones y el Fondo Monetario Internacional.

Y la Justicia, al igual que los grandes medios de comunicación, son parte del plan de saqueo. Mientras avanza la impunidad de los genocidas, Milagro Sala cumplió mil días como presa política acusada de haber participado de un escrache, como este que hacemos hoy, pero al gobernador de Jujuy Gerardo Morales. Exigimos su libertad y la de todos los presos políticos y presas políticas, así como el fin de la persecución a la militancia y dirigencia opositora al gobierno.

Vecinos, vecinas: Porque el único lugar para los genocidas es la cárcel, queremos invitarles a ser parte del escrache popular. A denunciar, como ya lo han hecho vecinas y vecinos de otros barrios, cuando vean al torturador Cunha Ferré o a cualquier represor caminando libre por el barrio. Sólo tienen que contactarnos en las redes sociales.

En definitiva, queremos invitarles a ser parte una construcción social de la justicia, a ser parte del héroe colectivo, el héroe en grupo, el único héroe válido.

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