Entre fiesta y fiesta el gobierno de Macri anunció un nuevo tarifazo y habilitó más aumentos, en un contexto económico recesivo. La medida impacta sobre expectativas de inflación para 2019, año electoral, y recorta poder adquisitivo. El sindicalismo opositor convocó a sacar la queja a la calle.
Para no perder la costumbre, el gobierno de Mauricio Macri anunció en las últimas horas de 2018 más tarifazos y habilitó otros aumentos, con el consecuente recalentamiento inflacionario que esto conlleva, en medio de una economía en recesión y de la pretemporada de la pelea salarial en paritarias. Cambiemos prefiere concentrar las subas y el nuevo paquete de ajuste en la primera parte del año y así tratar de alejar malas noticias del clima electoral que se vivirá con los comicios nacionales en el tramo final de 2019. Los incrementos que regaló el macrismo para el Año Nuevo, siguiendo dictados del Fondo Monetario Internacional para continuar quitando subsidios, abarcan transporte, gas, luz y agua, pasando por medicina prepaga, alquileres, telefonía celular, peajes, alimentos. El rechazo a los aumentos volvió a juntar al arco opositor en el Congreso y al sindicalismo combativo, que convocó a la ciudadanía a sacar la queja a la calle.
Los incrementos en servicios públicos y otros rubros serán en promedio del 40 por ciento, complicando aún más la supervivencia de sectores de menos recursos, sobre todo, pero también de trabajadores asalariados y de pequeños y medianos empresarios. Desde que Macri tiró pasitos de baile en el balcón de la Casa Rosada el aumento promedio de tarifas supera el 500 por ciento.
“Pensando en el transporte y la influencia que tiene en el índice general de precios, todos estos aumentos hacen prever una inflación que rondará el 35 por ciento en 2019. Por un lado el gobierno planea bajar la inflación y por otro anuncia aumentos”, señaló el economista Ernesto Mattos en declaraciones a la cadena Telesur. Cabe recordar que el oficialismo busca imponer, acorde con la polémica ley de Presupuesto, un techo paritario del 23 por ciento para el año en curso, doce puntos por debajo de la inflación proyectada por mediciones privadas. El relevamiento de expectativas del Banco Central pronosticó para este año una suba de precios de 28,7 por ciento.
Los usuarios de todo el país vienen sufriendo una marcada pérdida de poder adquisitivo, con una inflación en 2018 que rondó el 50 por ciento. El único freno que encuentra la inflación parece ser la baja sostenida en el consumo popular, que durante 2018, según datos de la Cámara de la Mediana Empresa (Came), se contrajo en promedio un 7 por ciento. La mayoría de los indicadores económicos terminaron 2018 en rojo y se espera un arrastre negativo para, al menos, la primera mitad de 2019.
Si bien el gobierno de Macri apuró anuncios de nuevas subas entre fiesta y fiesta, el impacto en los bolsillos se sentirá a lo largo del primer cuatrimestre del año y esto le traerá algo de desgaste político al oficialismo en un año electoral, pese a que, después de 36 meses de gestión, siga echando culpas al gobierno anterior.
Dirigentes opositores presentarán un amparo contra la suba de tarifas, un esquema diseñado por el macrismo a pedir de grandes empresas prestadoras. Además, buscarán aprobar en el Congreso un proyecto antitarifazo, congelar tarifas en 2019 y que se retrotraigan a los precios de 2018. El año pasado el arco opositor legislativo consiguió aprobar una ley similar, luego vetada por Macri.
Frente a los anuncios de nuevos aumentos, centrales obreras proclamaron un plan de lucha. La protesta sindical será también contra “los despidos, que no se detienen, el ahogo económico y financiero, seguido de cierres de comercios y pymes que promueve el gobierno de Macri”, según indicaron. También rechazarán la reforma laboral y jubilatoria que agita el gobierno y el establishment empresarial.
Representantes de las dos CTA, del Frente Sindical encabezado por Camioneros y otros dirigentes gremiales opositores a las políticas neoliberales de Cambiemos resolvieron una protesta federal contra los tarifazos, con movilizaciones en cuatro puntos del país. La primera marcha será el jueves 10 de enero en la ciudad de Buenos Aires. El jueves 17 las velas y las antorchas iluminarán las calles de Rosario, al jueves siguiente será el turno de Mar del Plata y el 31 de enero en Mendoza. Organizaciones sociales, por su lado, convocaron a hacer un ruidazo de protesta contra los nuevos aumentos de tarifas en los servicios públicos, previsto para la noche de este último viernes, tras el cierre de la edición de este periódico.
Este grupo de sindicatos y organizaciones ya había realizado en abril del año pasado una “marcha de las velas” para protestar contra los anteriores incrementos de tarifas. En el arranque de 2018, el por entonces ministro de Energía de la Nación Juan José Aranguren anunció subas tarifarias, que derivaron en una crisis interna del oficialismo y más tarde le costó el cargo al ex CEO de Shell.
Tras el anuncio oficial de los nuevos tarifazos, renunció Javier Iguacel, el secretario del área que había reemplazado a Aranguren. La dimisión de Iguacel fue por supuestos desacuerdos internos, y así el gobierno anotó la décima baja entre ministros y secretarios desde la llegada al poder. El lugar que dejó libre Iguacel lo ocupa Gustavo Lopetegui, otro ex CEO de comprobada lealtad amarilla.
“Los resultados a 2018 muestran que el modelo antiproductivo de Cambiemos incentivó el endeudamiento en dólares de grandes empresas con la banca local y con el exterior, mientras pulverizó el mercado interno, dinamitó la competitividad con tarifazos en energía y transporte y el encarecimiento del financiamiento, abrió unilateralmente las importaciones que compiten con la producción nacional y desalentó toda inversión en la economía real, fomentando la especulación: en 3 años la actividad fabril, medida por el Estimador Mensual Industrial, cayó 10,5 por ciento y se destruyeron 116.000 puestos de trabajo industriales”, criticaron desde Proyecto Económico, espacio que dirige la economista y diputada nacional por Unidad Ciudadana Fernanda Vallejos.
“Para 2019 el gobierno pretende fijar el techo salarial en 23 por ciento, que contrasta con una política decididamente inflacionaria. De hecho, ya se anunciaron los primeros y muy fuertes aumentos de 2019 en luz, gas, agua, transporte, prepagas. Además, la tensión cambiaria no está resuelta y los dólares del FMI para que Macri pague la deuda que tomó sin caer en default no alcanzan para hacer frente a otras fuentes de demanda de divisas, por lo que la devaluación puede profundizarse y, con ella, la inflación cambiaria”, advirtieron.
Las tarifas de servicios públicos están dolarizadas. Los subsidios estatales para las empresas del sector que mandó a recortar el FMI actuaban de salario indirecto para los usuarios. Hoy Cambiemos les garantiza abultadas ganancias a las compañías a costa de los usuarios. Cada vez más familias argentinas sufren el ajuste, y con malestar angustiante priorizan la compra de alimentos por sobre el pago de tarifas. Entre los principales escollos productivos para las pymes que fueron cerrando en la era Macri y las que aguantan como pueden, está el tarifazo. El macrismo dijo que primero hay que saber sufrir, pero que al final del túnel (o al final del mandato presidencial) hay luz. No dijo que la creencia espiritual venía con fuertes aumentos.
Expectativas marchitas
El Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala publicó su último informe de coyuntura. “El escenario financiero doméstico está en un entorno enrarecido. Si bien el dólar permanece controlado dentro de las bandas de no intervención del Banco Central, el riesgo argentino se disparó a niveles récord en la administración de Cambiemos, tejiendo nuevas dudas sobre la sostenibilidad de la deuda del gobierno nacional”, analizaron. “En este contexto, el movimiento de pinzas que la política monetaria y fiscal imprimirán sobre la economía el año nuevo logró finalmente impactar sobre las expectativas de inflación para 2019, aunque el correlato de esto último es una continuidad en las expectativas de (de)crecimiento económico, que no paran de empeorar desde mayo de 2018”, continuó el reporte de ITE, que en otro tramo advierte: “En las últimas semanas comenzó a delinearse el escenario para las paritarias del año que viene, en un contexto en el cual hay más sombras que luces respecto de la evolución tanto del nivel de actividad como de la dinámica inflacionaria”.