El referente militante Joel Natali, propone un espacio artístico y lúdico, donde circule la palabra y la discusión política: “como un club, un sindicato, o una vecinal”.
El centro cultural Qué te Pasa se presenta como un “espacio físico” de reconstrucción del tejido social, de intercambio artístico, de esparcimiento y, principalmente, un lugar para pensar y discutir lo social y popular “cara a cara”, como en los viejos tiempos. Y retomando el concepto de Juan Perón: Las organizaciones libres del Pueblo. Por el espacio, que durante más de dos años funcionó en la esquina de Sarmiento y Mendoza, y funciona hoy en el barrio de Pichincha, pasaron referentes como el pintor Daniel Santoro, el ex juez de la Corte Suprema de la Nación, Eugenio Zaffaroni, y el filósofo e historiador Enrique Dussel, en un lugar donde también habitan las escuelas de ajedrez y de teatro, las ferias, y otras charlas y conferencias sobre temas coyunturales.
En diálogo con este medio, Joel Natali, uno de los coordinadores del espacio, explica las necesidades surgidas al calor de la resistencia a las políticas de crisis, individualista y de aislamiento promovidas por el gobierno central, y el desafío que representa construcción una nueva etapa Nacional y Popular.
“Nosotros nos planteamos en ese tan ansiado espíritu de autocrítica salir un poco del formato tradicional que venía teniendo el kirchnerismo, retomando ese concepto de Perón de las organizaciones libres del Pueblo, digamos, los lugares que ocupa un club, un sindicato, una vecinal, un centro cultural; y desde ahí responder también a ese reclamo de ciertos sectores medios, que se autoflagelarse pidiendo por la falta de cultura de la sociedad’, entonces, nos planteamos, de qué hablamos, porque la cultura no tiene que ver solamente con lo artístico y lo técnico, sino con reconceptualizar una identidad mayor: qué decimos, qué comemos, qué pensamos, qué hacemos. En ese sentido el centro cultural tiene un impronta de funcionamiento como sede social, como un club. Te podés encontrar con pibes jugando a la ajedrez, con viejos jugando a las cartas, con una reunión política, un encuentro sindical, o una feria. Entonces la idea es asumir un rol desde ahí, coordinador si se quiere, de un lugar físico, y romper un poco con la hegemonía de las redes, que son super importantes pero que se torna imperioso volver a los viejos debates cara a cara”,
—¿Esto de la autocrítica que vos mencionás en esta época, en esta etapa, tiene que ver entonces con desarrollar cuestiones más de base, como una construcción más de abajo hacia arriba?
—Exactamente, en ese sentido, el análisis que hicimos con la mayoría de los compañeros del Ateneo John William Cooke, con los que hicimos una fusión, es que la primera etapa de Kirchnerismo fue una construcción, y lo decía Néstor Kirchner, muy de arriba hacia abajo, por las condiciones o el contexto en que se empieza a desarrollar el proyecto político, y después nos faltó, me parece, un anclaje más de base, de asociaciones intermedias, que muchas quedaron a mitad de camino; de hecho, hemos estado haciendo algunos trabajos en conjunto con la vecinal de Empalme, también en zona norte, con otros centros culturales, debatiendo y replanteando qué queremos que habite en nuestros espacios, y en todo esto, poder meter un discusión política. Creemos que en esta etapa donde necesitamos un gobierno Nac & Pop, la construcción tiene que ser de abajo hacia arriba, necesariamente. Necesitamos la unidad de todas estas organizaciones más de base, sin olvidarnos que la superestructura está, existe, y bueno, es necesario para la construcción de poder. Entonces, no nos poder quedar anclados en que la orgánica te come, como que eso no funcionó del todo, mucha gente se cansó, se fue a la casa, se atomizó mucho la militancia. Nosotros hicimos el proceso inverso, nos juntamos con otras organizaciones y ponemos estos lugares como centros físicos y reales donde circula la palabra y la discusión política”.
El Piojo Natali remarca estas cuestiones en el plano de las localías: “Nosotros necesitamos construir espacios de poder acá en Rosario, porque no podemos seguir viendo qué pasa con la dirigencia en la provincia de Buenos Aires o Capital Federal, el proceso es un poco más juntarse con el que tenés al lado, y después tener inserción en espacios institucionales, con los compañeros que tenemos en el Colegio de Abogados, en el Colegio de Psicólogos, con inserciones en centros de salud, en los clubes, y de ahí hacer política”.
La cultura -no oficial- en Rosario
Qué te pasa, que actualmente funciona en Ricchieri 340, estuvo más de dos años en una de las ochavas de Mendoza y Sarmiento, frente a la sala provincial de Plataforma Lavardén, unos de los circuitos del arte local oficial. Joel Natali cuenta que se fueron de la zona, entre otras cuestiones, por denuncias que radicaron algunos vecinos y vecinas, algo que evidentemente ha golpeado y cerrado definitivamente varios espacios no estatales.
“No puede pasar que por dos vecinos que no duermen, vos tenés que cerrar un espacio donde hay 200 personas. Tiene que haber un equilibrio porque sino la cultura la terminás haciendo mierda o la monopolizan los lugares grandes como Rock & Feller’s. Por eso en su momento cerró el Olimpo, cerró La Chamuyera, cerraron un montón de lugares que tenían otra impronta. Ahora nosotros estamos bajo la figura de la fundación pero necesitamos, como tanto otros grupos, la figura de centro cultural, que para la municipalidad no existe. Esa es una cuestión legal básica. Esto lo hemos planteado en la intendencia. Queremos funcionar con todo, y tener todo en regla. La problemática es que el proyecto de la ciudad que armaron los socialistas se le está volviendo en contra, porque vos llevaste un montón de bares a ciertas zonas donde también se llevaron a cabo proyectos inmobiliarios y hoy tenes a los vecinos en contra por un formato que vos armaste, no hay un línea clara de cómo ordenamos y cómo sectorizamos los lugares de esparcimiento y los lugares culturales como pasa en Córdoba o en otras ciudades. Todo esto tiene que ver con definiciones de política pública, qué quiere hacer el municipio con estos espacios”.
Fuente: Periódico El Eslabón número 391