“Lo que yo busco es que las clientas no sientan que les hacemos un favor o que tengan que pedir permiso. Yo veo la lencería que hacemos en tetas y culos gigantes y desborda sensualidad, la verdad. Se genera una complicidad hermosa entre nosotras. Todos los días respondo 30, 35 mensajes de gente que me agradece”, dice Lupa, creadora de la marca de lencería feminista Crema. Shirli, diseñadora de Efímero, una marca de características similares, coincide: “Hay un público súper agradecido. Pero que me agradezcan me parece innecesario. Las mujeres no deberían sentir que tienen que agradecer por tener un corpiño de su talle”. “Desde un principio hubo chicas que decían que gracias a mi ropa dejaron de usar algo incómodo o que no les gustaba. ¡Yo me volvía loca de emoción! Eso me hace sentir con superpoderes: hago algo que transforma a las pibas”, enfatiza Ayelén, creadora de la marca Janie Jones.

Lupa, Shirli y Ayelén son tres pibas jóvenes y trabajadoras autogestivas que comparten una característica: hacen ropa interior feminista e inclusiva. Esto es, piensan cada una de sus prendas lejos de la hegemonía y cerca de todos los talles y para todos los gustos y deseos. Crema, Janie Jones y Efímero se venden porque sus modelos son tías, madres, estudiantes; gordas o diminutas, peludas, tatuadas, embarazadas, que amamantan. Y todas apuestan a que cada una se sienta sensual y cómoda dentro de sus realidades y para ellas mismas.

El talle único no es el único talle 

Las tres marcas consultadas para esta nota representan a un minúsculo grupo que crece pasito a pasito: el de pequeños emprendimientos o grandes marcas que se animan a ofrecer un amplio rango de talles sin diferenciar precios ni entrando en la lógica aburrida de lo especial o excepcional.

El movimiento AnyBody Argentina lleva adelante un directorio que reconoce marcas de indumentarias que ofrecen una amplia gama de talles. Para este invierno de 2019, ese directorio cuenta con siete marcas con presencia nacional, 63 marcas y emprendimientos locales y 1155 puntos de venta en el país. El buscador ofrece sólo 11 resultados entre marcas y locales para toda la provincia de Santa Fe. Una de ellas es Efímero.

“Para nosotras es un gran beneficio que nos incluya Anybody, es una forma de que podamos estar todas las marcas juntas. Ofrecer una amplia gama de talles siempre nos trae complicaciones al momento de la venta y de conseguir locales para vender, de que entiendan que comprar un producto implica comprar 10 talles de ese producto. Es toda una remada bárbara”, cuenta Shirli, diseñadora de la marca integrada por cuatro pibas.

Efímero nació hace 3 años y fue la primera experiencia de Shirli haciendo ropa interior. “Lo primero que enfocamos fue salirnos de esta idea de que es una ropa pensada para el hombre. ¿Por qué usamos esos corpiños tan incómodos? ¿Para quién? La idea es que eso sea para nosotras: que nos guste y nos sea cómoda”, relata la diseñadora.

Otra de las decisiones de la marca fue la inclusión de talles. Efímero ofrece prendas que van del 1 al 10 y también a medida. No es, sin embargo, lo único que la hace inclusiva. Las imágenes de Efímero disrumpen también porque sus modelos, por ejemplo, cayeron a las sesiones de fotos sin depilarse, sin siquiera proponérselo. Y eso ofendió a gran parte de sus seguidores. “Así como te empezas a plantear el por qué del push up, te planteas por qué y para quién te depilas. Y después la edad: ¿quiénes pueden usar esta ropa? ¿Por qué sólo chicas jóvenes? Sea el cuerpo que tengas, siempre vas a sufrir el comentario sobre tu cuerpo. Sucede con quienes salen de los estereotipos”.

Los resultados de la decisión saltan a la vista. Las clientas de Efímero agradecen. “No nos piden que cambiemos cosas, recibimos, sobre todo, mucho agradecimiento. A mí me parece innecesario. Las mujeres no deben sentir que tienen que agradecer por tener un corpiño de su talle. Es innecesario y me encantaría que haya muchas más marcas así”.

De pibas para pibas

Ayelén atiende el teléfono desde su casa. “Estoy cortando tanguitas”, dice, mientras se prepara la entrevista con el eslabón. Su marca, Janie Jones, nació en octubre de 2012 y fue, probablemente, una de las primeras que innovó entre las marcas de diseño independientes y autogestivas. De ese momento a ahora, Ayelén festeja uno de los mayores cambios entre sus clientas: “Apenas arranqué, me decían que me iban a comprar cuando tengan un novio. Ahora las pibas lo quieren para ellas, para hacerse un regalo, para mimarse”.

Según Ayelén, la suya es una marca “de pibas para pibas”. Y cuenta: “Creo que fuimos una de las primeras en usar otra estética, lejos de las hegemonías. Siempre mostramos pibas solas, o pibas con otras pibas. Janie Jones nunca fue para los chabones”. Para ella, la idea de una marca inclusiva abarca mucho más que cumplir con los talles y necesidades (alergias, por ejemplo) de cada cuerpo. “Siempre que tengo la posibilidad, digo lo que quiero. Me parece muy importante que la piba que te banca y que le gusta lo que haces sepa qué políticas acompañan a las productoras independientes, por ejemplo. Tampoco me importa vender dos bombachas menos porque a una antiderechos no le gusta que pidamos por aborto legal. Creo que todas esas decisiones transmiten una misma idea: que cualquier persona con cualquier cuerpo puede sentirse cómoda y sexy”.

Local, popular, democrática y feminista

Crema es una marca de lencería feminista que nació a principios de este año. “Es un proyecto que busca que algo que siempre está relacionado a la banalidad, como la moda o la lencería, tenga una connotación política”, explica Lupa, su creadora. La marca no anda con chiquitajes y salió a luz cuando la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó su libro Sinceramente. “Una amiga tiene una librería –Arde Libros– y decidimos hacer un sorteo en las redes: el libro y el top Sinceramente, una transparencia con una estampa holográfica del título del libro”. La diseñadora recibió varias advertencias tras su decisión: iba a quedar muy marcada. “Si ese filtro era necesario, no había problema. Yo no creo que una macrista se sienta identificada con una marca que propone la libertad y la conquista de derechos en todas las materias posibles”.

Crema se maneja por redes y su tienda virtual, y al igual que las marcas mencionadas, apuesta a la inclusión desde todos los frentes posibles: talles infinitos y mujeres empoderadas. “Las pibas hacemos esto por y para nosotras. Somos nosotras las que tenemos que aceptar nuestra ropa interior y eso ayuda que sea más fácil amigarse con nuestra sensualidad”, remarca Lupa. Para ella, lo más llamativo no fue sólo la cantidad de gente que agradece por ir más allá del talle 110 para corpiños, sino la cantidad de mujeres que pasaron los 35, 40 años y le agradecen por la posibilidad de regalarse esa imagen de una misma. “Todas tenemos algo en común. Con o sin rollos, sea la edad que tengamos, siempre nos hablan de nuestros cuerpos. A nadie le alcanza”, resume.

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