El Concejo emitió de forma unánime su beneplácito por la ley de emergencia alimentaria que tuvo media sanción en el Congreso. Ediles analizan la medida y opinan sobre legitimidad de las manifestaciones populares, en contraste con el lobby chic.

La Cámara de Diputados de la Nación, sin fisuras, le dio media sanción a la ley de Emergencia Alimentaria, la más reclamada en medio de la crisis que asola a quienes no compran 10 mil dólares por mes ni transfieren un monto similar al exterior. Ocurrió bajo la atenta vigilia de los movimientos sociales que velaron las horas en la calle, sin quitar la vista de los adustos muros del Congreso. El proyecto ahora pasará al Senado, donde se espera consenso para sancionar la norma que rescate el dolor de la situación más absurda, hambre en el país del pan. En ese marco, desde el Concejo, expresaron su respaldo con una declaración que fue votada por unanimidad.

Como dice el twitter, más injusto no se consigue y más simetría tampoco, en el Congreso los votos fueron 222 y la Cámara se reunió después de 77 días. Mientras esto ocurría en Buenos Aires, el Legislativo local ajustaba aprestos para sesionar. Tres escenarios y los hilos del devenir jugando a la trama un soleado jueves de septiembre.

La sincronía, generó una declaración de beneplácito en el Palacio Vasallo. “En un país que produce alimentos para 400 millones de personas, el hambre no es un problema fiscal, es moral”, dijo el concejal Eduardo Toniolli después de leer el texto que fue votado por unanimidad. Según el edil, la ley de emergencia alimentaria “intenta morigerar el efecto de crecimiento de la pobreza y la indigencia en nuestro país, que en los últimos meses ha sido exponencial y que en diciembre alcanzaría el 38 y el 10 por ciento de la población”.

La norma con media sanción de Diputados, prevé un aumento de –como mínimo– el 50 por ciento de las partidas presupuestarias vigentes para políticas alimentarias en 2019, y faculta a reasignar partidas vinculadas al tema. “Más allá de discusiones y chicanas que intentan relacionar este reclamo con el proceso electoral en marcha, entendemos que tiene que haber un compromiso del conjunto de la dirigencia política de nuestra Patria en resolver este flagelo doloroso del hambre”, sostuvo el edil.

“Quiero valorar positivamente que la media sanción a la ley de emergencia alimentaria se haya aprobado por unanimidad, pero entendiendo también que eso se logró porque afuera del Congreso, hay miles y miles de argentinos que están reclamando”, agregó Toniolli. Y valoró el ejercicio de la protesta social como motor de la democracia: “A veces escuchamos a dirigentes políticos y periodistas, atacando arteramente el reclamo de quienes todos los días, se ponen al hombro el reclamo cotidiano del pueblo, con esas cosas no se jode, no se embroman, hay que prestarle atención”.

El día anterior la Policía había reprimido a un grupo que hacía la vigilia a la espera de la ley, un hecho que los medios hegemónicos tradujeron como “enfrentamiento”. Los acontecimientos simultáneos, en ambas legislaturas, habilitaron un par de interrogantes que El Eslabón trasladó a los ediles ¿La calle sí, o la calle no? ¿Cómo lee este momento tan particular que atraviesan los sectores más desangelados de la sociedad?

El meollo de la cuestión

Para Enrique Estévez (PS), la ley “es una medida saludable acorde al momento que se está viviendo, es una señal, no es mágico, implica un reacondicionamiento de recursos de la Nación y los estados provinciales para abordar una situación muy crítica y urgente”. Y sostuvo que “hay que entender que muchas familias no pueden comer y la única forma de reclamar por un plato de comida es manifestándose, entonces hay que tener los marcos de diálogo para que esas manifestaciones se den de un modo pacífica y por supuesto las fuerzas de seguridad no deben actuar violentamente; desde siempre la calle es el modo de expresarse”.

La edila Norma López (PJ), remarcó en primer lugar lo que llamó la incongruencia de algunos dirigentes políticos. “Hoy está muy bien que se les den herramientas al Gobierno Nacional para que pueda disponer para la urgencia alimentaria, aunque no hay que olvidar que los que hoy apoyan la iniciativa de la oposición, son los que están hambreando al pueblo”, remarcó. 

Al respecto, recordó el apoyo que recibieron medidas que agudizaron la pobreza como la reforma previsional, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el endeudamiento en dólares, la modificación del Impuesto a la Ganancias, entre otras.

Para la legisladora, la unanimidad conseguida en el Congreso, debe leerse como un reconocimiento de la grave situación económica y social que estamos viviendo. “Porque es muy difícil que salgan a la calle sin que la gente, organizadamente, les reclamen que voten a favor del pueblo y no en contra; la calle es un escenario y lo será cada vez más, porque gracias a las movilizaciones el Gobierno actúa”, argumentó.

En tanto, Verónica Irízar (PS), opinó: “Quienes estamos en la función de legislar, tenemos que estar en pleno contacto con la calle porque uno no puede separarse de la realidad y quedar encerrados en los lugares legislativos, desconociendo la situación compleja que se vive afuera”. 

Además consideró que “en un momento de mucho conflicto social, económico y político, uno de los errores que está cometiendo el Gobierno es no dialogar, en momentos complejos es necesario encontrar consensos a pesar de las diferencias”. 

Para el portavoz del PDP, Lisandro Lichu Zeno, “el momento es muy complicado, donde lamentablemente el Gobierno Nacional vino con ánimo de pobreza cero y se está yendo con 20 por ciento más de pobres y la inflación disparada, por eso me parece una buena medida la ley de emergencia alimentaria, para tratar que la gente coma, algo tan básico como eso”. Además, dijo que es una de las medidas de Roberto Lavagna, el candidato que apoya el Frente Progresista. Y recordó un dato biológico insoslayable: una infancia sin nutrientes, impide desarrollar su potencial y por ende, tendrá menos oportunidades para hacer frente a la vida.

Por su parte, desde Cambiemos, Rodrigo Roy López Molina señalo tres dimensiones para el análisis, “una, la humana, la pobreza, que es el gran escándalo argentino de muchas décadas que la política no supo resolver y que no depende sólo del contexto nacional e internacional, sino que tiene raíces más profundas”.

“Lo que ahora se está discutiendo es la dimensión política legislativa, que en un marco de emergencia constante que sufre la Argentina, hay consenso para fortalecer las partidas presupuestarias, pero atentos a esto, la pobreza tiene que ver con los mangos que faltan en el bolsillo, pero sobre todo con lo estructural que no sólo se resuelve aumentando partidas”, analizó. Y fue por el tercer aspecto. “Es el más complejo, tiene que ver con cuánto los dirigentes hacen uso de esa pobreza, esto es un segundo gran escándalo, su utilización política que los vuelve más vulnerables, y esto no quiere decir meter a todos en la misma bolsa, pero la Argentina está acostumbrada a la utilización de quienes necesitan todo por parte del Estado y este también tiene que ser un punto a resolver desde el consenso de todas las fuerzas políticas”.

En tanto, Toniolli, subrayó que “hay una situación social difícil y explosiva y en ese marco hay una serie de planteos que vienen haciendo las organizaciones sociales que requieren una atención necesaria y urgente por parte del Estado”. Reivindicó la calle como un “lugar más dentro de la política para los sectores populares”. “Los sectores con privilegios económicos intervienen en la discusión pública a través de lobby, en los pasillos”, señaló.

La actividad legislativa había concluido en el Palacio Vasallo, y quedaba la sensación de que, como dicen en el barrio, la calle había ganado por goleada.

Colaborá con el sostenimiento de Redacción Rosario y El Eslabón por 300 pesos por mes y recibí nuestra info destacada todos los días y nuestro semanario todos los sábados en tu casa. Suscribite en este enlace: Redacción Rosario + El Eslabón.

Más notas relacionadas
Más por Silvia Carafa
Más en Ciudad

Dejá un comentario

Sugerencia

La “táctica Goebbeliana”

Pocos actos tan autoritarios como utilizar el aparato de comunicación del Estado (que paga