Dicen las personas que anduvieron por el Galpón 13 la semana pasada que lo que se respira en el aire no es sólo el olor a Paraná. También hay una cuota de alegría. “Alivio por la recuperación de derechos”, describió Nicolás Gianelloni, secretario de Desarrollo Humano y Hábitat de la Municipalidad de Rosario. Dicen que hay gente que mira y palpa la tarjeta como intentando convencerse de que es cierto; que se termina el trámite y te quedas por ahí, yirando; que muchas se acercan a los mercados que están alrededor para estrenarla, y que comen, y disfrutan, y recuperan el placer que no hace mucho les fue negado sólo por ser pobres. “De ahora en más, estas familias van a poder sentir de nuevo el olor a comida casera en la mesa de su casa”, celebró Fernando Mazziotta, secretario de Desarrollo Territorial de la provincia. Las voces de funcionarios que día a día recorren la entrega de la Tarjeta y se empaparon ellos también de Estado presente.

“El balance de esta primera semana es totalmente positivo”, señaló Fernando Mazziotta, en diálogo con El Eslabón. “El sistema parecía bastante complejo, pero la gente nos lo ha hecho muy fácil. Coordinar tantas áreas del Estado como en este operativo, y lograr que funcione bien, es un ejemplo de que el Estado, cuando tiene programas importantes para llevar a la sociedad, cumple”.

Según el funcionario provincial, entre el trámite para adquirir la tarjeta y la capacitación para beneficiarios y beneficiarias, no se demora más de 15 minutos. Todos los días, de 7 a 15, entre 3 mil y 3.800 personas personas pasan por el lugar. Muchos son niños y niñas, y la gran mayoría se queda recorriendo el predio una vez resuelta la cuestión administrativa. El recorrido implica pasar por carpas que, por ejemplo, invitan a revisar el cronograma de vacunación, o actividades lúdicas del área de Cultura tanto de la provincia como del municipio.

Mazziotta fue todos los días al Galpón 13. Además de hablar de números, de cantidad de beneficiarios y beneficiarias, de optimización del tiempo para un trámite, destacó los otros aspectos que salen a la luz esas veces que el Estado cumple. “A través del Ministerio de Cultura pudimos conseguir que un mimo vaya dos horas por día, en el horario pico. Pero él mismo empezó a venir de 7 a 15. Es casi el primero que llega y el último que se va. Nos dice que lo hace por los chicos y las chicas. Y ahora es nuestro ídolo: está en todas las fotos, es parte del equipo. Esos son los detalles que van apareciendo en el día a día”, ejemplificó.

La mayoría de las preguntas que hacen los y las rosarinas son respecto a qué se puede comprar y qué no. Las reglas son básicas: lo que quieras de la canasta básica, menos bebidas alcohólicas. El rol del Estado es orientar en valores nutricionales, en programas de precios cuidados y en ferias de la economía social. Pero también hay una premisa: las familias deciden en qué y cómo gastar. Ya no es lo que trae el bolsón, o los alimentos no perecederos, sino el deseo.

“Me preguntaron si podían gastar en unos saladitos para el cumpleaños del hijo. ¡Claro que sí! Claro que podés comprar para un cumpleaños que a lo mejor no habías podido festejar en años. Insistimos en que, de ahora en más, estas familias van a poder sentir de nuevo el olor a comida casera en la mesa de su casa. Y en que ojalá en siete meses o un año digamos que cerraron los merenderos, los comedores, porque las familias pueden volver a sentarse a comer en su casa”, concluyó.

Recuperar lo que corresponde 

Nicolás Gianelloni también estuvo los cinco días que lleva realizándose el operativo. La Municipalidad de Rosario se sumó con el mercado social, espacios de cuidados para niños y niñas, dispositivos de las secretarías de Cultura y Salud, y la entrega de la tarjeta Movi. “Día a día palpamos cómo va creciendo la expectativa y es muy lindo. También es muy bueno ver cómo podemos coordinar a nivel nacional, provincial y municipal y generar algo que es virtuoso”, destacó el secretario de Desarrollo Humano y Hábitat.

Gianelloni destacó la importancia de que detrás de un trámite administrativo haya desde restitución de derechos –como el derecho humano básico, a la alimentación– hasta capacitación en nutrición, violencia de género, entre otros. “Las familias vienen con muchas expectativas y se van muy contentas. Y es que hay un momento en que la gente siente que hay una recuperación de derechos, y yo percibo esa sensación de alivio cuando se van con la tarjeta, cuando creen que va a ser un trámite engorroso y se encuentran con un ambiente muy contenedor”, remarcó.

El funcionario hizo hincapié en el mercado social que depende de la Municipalidad y en que es la posibilidad de las familias de que sus primeras compras sean productos agroecológicos y también de interactuar con los productores. “Se dan situaciones muy lindas. Nuestro circuito de ferias está dirigido a todos los públicos pero en este caso, al ser un mercado social, hay mucha solidaridad de los emprendedores, que están muy contentos cuando ven que una familia que se nota que está en una situación de mucha vulnerabilidad social se va contenta con su bolsón de verdura, que pudieron consumir y que eligieron qué consumir”.

Fuente: El Eslabón

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