Tanto los propios demócratas como los republicanos representantes del establishment harán todo lo posible para que el senador finalmente no llegue a ganar la candidatura. Lo consideran demasiado “de izquierda”, “radical” e indigerible para el electorado. Pero hasta ahora viene ganando las internas.

Todavía falta mucho para julio, cuando en la Convención Nacional del Partido Demócrata se sabrá quién enfrentará a Donald Trump en noviembre. Hay tiempo para desgastar, injuriar y meter miedo acerca de la postulación del senador Bernie Sanders. Lo consideran demasiado “de izquierda”, al menos para los representantes del establishment, y los distintos sectores, más moderados o directamente de derecha, dentro de su propio partido.

Ya lo hicieron en 2016, cuando desde su propio partido le declararon la guerra y lo sacaron de la carrera presidencial, de buenas y malas maneras, incluso haciendo trampa. 

Sanders es apenas un moderadísimo socialdemócrata. Para una mirada latinoamericana, un progresista que seguramente, de convertirse en presidente, seguirá con las políticas imperiales que responden a los intereses permanentes del Imperio. Pero para los poderes fácticos dentro y fuera del Partido Demócrata, es “demasiado de izquierda” y “no es un rival capaz de vencer a Trump”.

Sanders es partidario de un sistema de salud gratuito y universal. Señaló que hay que destinar más presupuesto para ayudar a la ciudadanía con hambre. Asimismo, abogó por una educación estatal más fuerte e inclusiva, y elogió el sistema educativo y de salud de Cuba. Encima, llegó a decir que EEUU ha propiciado gran cantidad de golpes de Estado en América Latina.

Para el sentido común dominante en buena parte de la población, y para los intereses económicos más concentrados, es demasiado. La respuesta de estos sectores es tan burda como previsible: lo banca Rusia.

De todos modos, hasta ahora, es el precandidato demócrata que más apoyos viene recibiendo en las distintas internas. Ya se impuso en dos de las primeras tres internas demócratas. El sábado se realizará el cuarto caucus en Carolina del Sur, que será la antesala del denominado “Súper Martes” donde votarán en simultáneo 14 estados.

Sanders obtuvo el 46,8 por ciento de los votos en Nevada. Antes, en la interna de New Hampshire, se impuso con el 25,7 por ciento de los votos. 

Es el precandidato con más delegados hasta el momento, aunque todavía faltan los caucus más importantes. Sus rivales lo critican por sus propuestas “demasiado radicales para obtener los votos del electorado estadounidense”.

“Vladimir Putin piensa que Donald Trump debería ser presidente de Estados Unidos y por eso es que Rusia lo está ayudando a ser elegido, para que pierda con él”, señaló el precandidato demócrata, Michael Bloomberg, el multimillonario y ex alcalde de Nueva York.

El candidato demócrata preferido de los poderes concentrados es el ex vicepresidente de Barack Obama, Joe Biden, que llegó a sacar una ventaja de 15 puntos en las encuestas, pero luego empezó a caer.

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