No le fue bien al ultraderechista en las elecciones municipales. Pero en muchos casos fue vencido por otras fuerzas de derecha. La izquierda, con el PT y Lula a la cabeza, buscan formar un frente amplio para volver al poder en 2022.

Las elecciones municipales de Brasil marcan una declinación del presidente Jair Bolsonaro. Pero todavía es muy pronto para considerar que lo sucedido constituye una tendencia con vistas a las elecciones presidenciales de 2022. Por otra parte, la ultraderecha que representa el ex militar fue derrotada, en muchos casos, por propuestas también de derecha.

Los partidos de izquierda no obtuvieron buenos resultados, al menos en la mayoría de las grandes ciudades, salvo excepciones. Pero están activos y apuestan a superar la atomización y formar un frente amplio para volver al poder.

El Partido de los Trabajadores (PT) sigue siendo el más importante de Brasil. Y Lula, que puede llegar a ser candidato en 2022, ya está trabajando para la unidad. Llamó a la ciudadanía a votar por el candidato socialista y militante del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) Guilherme Boulos en la segunda vuelta (el próximo 29 de noviembre) en las elecciones por la alcaldía de San Pablo.

Por su parte, la derecha y el establishment, ya hartos de Bolsonaro, tienen un as en la manga para 2022: el ex juez Sergio Moro, que condenó a Lula sin pruebas, y hasta lo reconoció con total desparpajo e impunidad. Y fue premiado con el cargo de Ministro de Justicia de Bolsonaro. Luego renunció, y ahora aparece como la opción de derecha más “seria” y bien vista por la Embajada y los poderes fácticos.

“Al comienzo Bolsonaro dijo que no participaría de la campaña, pero finalmente la hizo para nueve candidatos a alcalde y varios legislativos, en especial para su hijo. Éste fue reelecto, pero ninguno de los otros ganó y quedó en claro que cuando Bolsonaro manifestó apoyo a un candidato, el candidato perdió gran cantidad de votos De los 13 candidatos apoyados por Bolsonaro para las alcaldías del país nueve fracasaron, dos consiguieron pasar a la segunda vuelta prevista para el próximo 29 de noviembre y sólo dos fueron elegidos en municipios de nula proyección nacional: Ipatinga, en el estado de Minas Gerais, y Parnaíba, en Piauí. Su revés más notorio se produjo en San Pablo, la capital económica y financiera del país, donde su protegido Celso Russomano quedó en cuarto lugar”, analiza Emir Sader en la nota publicada en Página 12, el 17 de noviembre, titulada “Las elecciones dibujan el Brasil post Bolsonaro”.

Bolsonaro también respaldó a un puñado de aspirantes a concejales, de los que sólo una minoría logró ganar, por ejemplo su hijo Carlos en Río de Janeiro. Pero perdió 36 mil votos con relación a 2016 y no fue el edil más votado en esa ciudad, como lo había sido entonces.

En el campo de la izquierda, partidos como el PSOL y el Partido Comunista de Brasil, que disputarán segundas vueltas en capitales estatales, surgen como posibles alternativas. El futuro dirá si es posible una alianza de estas agrupaciones con el PT, de lo contrario, con una izquierda atomizada, quedará el terreno despejado para la competencia entre distintas formas de derecha y la ultraderecha, con más o menos dosis de neoliberalismo.

“El PT muestra su capacidad de recuperación y la presencia nacional del partido, aunque con desempeños malos en ciudades importantes como São Paulo y Belo Horizonte. Pero nada afecta la fuerza del partido, con la mayor bancada en el Congreso nacional, con varios gobernadores muy importantes en estados del nordeste como Bahía y Ceará, entre otros. Pero, sobre todo, por su mayor diferencial, la presencia muy activa de Lula, el único gran líder político nacional. Se mantiene la presencia hegemónica nacional del PT en la izquierda, con la misma perspectiva de antes de las elecciones. Con Lula de candidato a presidente de Brasil en 2022 o con Fernando Haddad, si Lula decide no candidatearse”, señala Sader.

Bolsonaro trató de despegarse de los malos resultados de sus candidatos y afirmó que la derrotada fue la izquierda. “La izquierda sufrió una histórica derrota en estas elecciones, en una clara señal de que la ola conservadora en 2018 llegó para mantenerse”, tuiteó Bolsonaro. “Mi ayuda a unos pocos candidatos a alcalde se resumió a cuatro likes en redes sociales”, agregó.

“Para 2022 estoy seguro de que, en las urnas, consolidaremos nuestra democracia con un sistema electoral mejorado. Dios, patria y familia”, finalizó.

El ultraderechista, sin partido desde que rompió el año pasado con el Partido Social Liberal (PSL), al comienzo de la campaña participó poco. Al final, y ante las encuestas desfavorables para sus aliados, comenzó a ofrecer transmisiones en vivo diarias en sus redes sociales que fueron cuestionadas por contravenir las reglas de hacer campaña. El mandatario borró el domingo 15 un post en Facebook en el que pedía apoyo a candidatos que en su mayoría fueron derrotados.

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