Este mineral estuvo presente desde el inicio del Universo tras el Big Bang. Y hoy, con la siliconización del mundo y el avance de la tecnología, se volvió indispensable. El futuro llegó: el agua (que ya cotiza en Wall Street) será el otro objeto de la angurria corporativa.

El litio, material energético indispensable de la actualidad, apareció apenas unos minutos después de la creación del Universo, tras el Big Bang. Así lo explica el científico John Gribbin en su libro Diccionario del cosmos (1997, Editorial CrÍtica). Gribbin describe un proceso denominado nucleosíntesis, que llevó a la aparición del litio junto al helio y al deuterio. La  nucleosíntesis es “el proceso mediante el cual los núcleos de los elementos más pesados se forman a partir de núcleos de hidrógeno, el elemento más simple. Los primeros pasos en este proceso de fisión nuclear tuvieron lugar en el Big Bang, transformando una gran cantidad de hidrógeno en helio; pero, salvo los elementos más ligeros, todos los demás se fabricaron a partir de hidrógeno y helio en el interior de las estrellas, en un proceso conocido como nucleosíntesis estelar. La nucleosíntesis del Big Bang ocurrió después de que el Universo se hubiera expandido y enfriado hasta el punto en que la temperatura era de aproximadamente 100 mil millones de Kelvin (unidad de temperatura). Esto sucedía aproximadamente una centésima de segundo después del estallido a partir de una singularidad, mucho después de la era de la inflación. En ese instante, el Universo se estaba expandiendo y enfriando rápidamente, pero, a medida que lo hacía, los protones y neutrones primordiales se transmutaban unos en otros por desintegración beta y desintegración beta inversa. Este proceso terminó cuando el Universo tenía aproximadamente 3 minutos y 46 segundos y se había enfriado a una temperatura de 900 millones de Kelvin. Con las proporciones de protones y neutrones ahora «congeladas» mientras el universo seguía enfriándose y expandiéndose, un 25 por cien de la masa presente en forma de bariones terminó como núcleos de helio, con un casi 75 por cien de hidrógeno y minúsculas trazas de algunos otros elementos ligeros tales como deuterio y litio”. El científico también explica este proceso, de manera más detallada, en su libro Biografía del Universo.

Gribbin se doctoró en astrofísica por la Universidad de Cambridge y en la actualidad es profesor visitante en Astronomía en la Universidad de Sussex, ambas del Reino Unido. Es además asesor de la publicación New Scientist. Entre sus obras, de gran éxito, se destacan En busca del gato de Schrödinger, El punto Omega, En busca del Bing Bang, y Cegados por la luz.

Los ojos puestos sobre América Latina

En la nota de la BBC titulada “El misterio del metal que nació con el Big Bang, desapareció y ahora inunda nuestra galaxia (y abunda en el Cono Sur)”, se hace referencia a la abundancia de este material especialmente en América Latina, fundamentalmente en Argentina, Chile y Bolivia. “La mayoría de las reservas de litio se encuentran en Sudamérica, en concreto en el llamado “triángulo del litio”, localizada en el límite de dichos países. Se calcula que almacena más del 85 por ciento de las reservas conocidas. Especialmente el salar de Uyuni, en Bolivia, del que se cree que podría contener hasta la mitad de las reservas mundiales, señala la nota del diario británico.

También se especifica lo que los astrónomos descubrieron acerca de la cantidad de litio que existe en la actualidad. “Cuando los astrónomos observan el universo actual, encuentran cuatro veces más litio del que pudo haberse generado en el Big Bang”, señala la nota de la BBC. El litio es un elemento químico de símbolo Li y número atómico 3.

Los expertos consideran que, en la actualidad, en el Universo no hay un déficit de litio, sino un superávit.

Los astrónomos encontraron cantidades relativamente abundantes de litio en la superficie de las estrellas jóvenes, de reciente creación, así como en los meteoritos del Sistema Solar.

Lo que está claro es que, ya sea desde el ardiente nacimiento del cosmos o por las explosiones nucleares de una estrella moribunda al otro lado de la galaxia, los átomos de este metal, considerado hoy el “petróleo blanco”, han recorrido un largo camino hasta la batería de nuestros celulares.

El “oro blanco” y la geopolítica

El litio, considerado hoy en día como el “oro blanco”, se convirtió en un elemento que hace mover las fichas de la geopolítica actual. Es un recurso natural que se utiliza para la producción de baterías para celulares, pilas, y baterías para autos eléctricos. Este mineral es codiciado y explotado por grandes empresas que hacen acuerdos con los estados para su explotación. 

El litio mueve la geopolítica latinoamericana y del mundo, y fue la principal causa del golpe de estado en Bolivia en 2019. “Decidimos, como Estado, industrializar el litio. Contratamos expertos y empezamos la gran industria y ahí viene el golpe de Estado. Congresistas americanos reconocen que el golpe de Estado fue por el litio”, aseguró el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, quien también señaló a Tesla, el principal fabricante de autos eléctricos en el mundo. Para este sector, el litio es una materia prima crucial, ya que se emplea para la fabricación de las baterías de equipos electrónicos, entre otros usos. En la nota del País de Madrid titulada “Ahí viene el golpe de Estado” el ex mandatario insiste sobre la necesidad de que los estados protejan el control del litio.

Entrevistado por El Eslabón el 28 de octubre de 2020, Evo ofreció precisiones sobre la injerencia yanqui y su relación con este mineral: “El golpe también fue al litio, no solo contra el indio y el modelo económico”. El dirigente agregó que en sus viajes internacionales como mandatario pudo comprobar la avidez del mundo por este mineral. “Litio, litio, todos pedían litio, pero en materia prima”, contó. El gobierno de Morales tuvo la osadía, profundamente revolucionaria, de correr a su país del lugar subordinado de mero productor de materia prima, e ir más allá para industrializarlo y darle valor agregado.

“El Occidente solo quiere que los latinoamericanos seamos productores de materia prima y no aceptan que le demos valor agregado a nuestros recursos naturales. Con el litio empezamos solos y teníamos un plan de instalar 41 plantas rumbo al 2030, sin EEUU, con acuerdos con China y con Europa por una cuestión de mercado. EEUU no aceptó nuestra iniciativa de industrializar. No nos perdonó”, explicó el dirigente boliviano.

“El 21 de diciembre de 2019, el senador republicano de EEUU, Richard Black, dijo «nosotros sí participamos del golpe de Estado en Bolivia, todo por el litio», el 24 de julio de este año, el dueño de la industria de autos a batería Tesla, Elon Musk, dijo «Nosotros vamos a realizar el golpe donde queramos, lidien con eso»”, dijo.

En concordancia con las políticas de Evo, el actual mandatario de Bolivia, Luis Arce, está poniendo en práctica políticas para el desarrollo y la explotación del litio a nivel estatal.

Según el portal de noticias del canal venezolano Telesur, Arce anunció la semana pasada que se empezará a construir, a finales de 2022, una Planta Industrial de Extracción Directa de Litio (EDL), en el Salar de Coipasa, departamento de Oruro.

“Con una inversión aproximada de 1.322 millones de bolivianos (191 millones de dólares), se tiene planificado que se inicie la construcción de la Planta Industrial de EDL para finales de este año; y estará orientada a procesar exclusivamente la salmuera enriquecida del Salar de Coipasa”, señaló el mandatario.

“El Instituto Nacional de Estadística (INE) indicó que, hasta 2020, existían 2.1 millones de vehículos registrados en Bolivia, donde casi todos poseen motores térmicos que deben reconvertirse en un 100 por ciento a eléctricos o híbridos, con baterías de iones de litio”, agrega la nota.

Entre los mercados que demandan carbonato de litio boliviano se encuentran China, Rusia y Estados Unidos”, asegura Telesur.

En Chile, Gabriel Boric también se enfrenta a las problemáticas que existen con respecto al litio, su explotación, y la puja entre empresas privadas y el Estado. “Una empresa china y otra local obtuvieron los contratos de extracción del mineral ligero por 61 y 60 millones de dólares, respectivamente, a solo dos meses de que termine el mandato de Sebastián Piñera., anuncia  la bajada de la nota de Pagina 12, titulada “Chile: Gabriel Boric rechaza una millonaria licitación para explotar litio”.

Boric insistió con que va a revisar la licitación en detalle con su equipo de trabajo, y lamentó que el Ejecutivo avanzara aunque su fuerza había pedido que “no innovaran en la materia y que, por lo tanto, permitieran tener un debate de largo aliento respecto a un bien tan estratégico como el litio”. 

El ex líder estudiantil sostuvo que hay que dejar que las instituciones funcionen y planteó: “Vamos a evaluarlo con todas las herramientas que tengamos a disposición desde el 11 de marzo, que es que cuando vamos a empezar a ejercer nuestras facultades”. 

Pero el litio, además de ser un recurso estratégico, hoy en día, venido desde los principios del Universo, también trae aparejado consigo toda una ideología, que ya forma parte de una batalla cultural y geopolítica en la que los gobiernos que pujan por su nacionalización se enfrentan con la avidez de las potencias tecnológicas y sus corporaciones. 

Los recursos minerales, en especial el litio, son causa de grandes disputas entre empresas privadas y estados. Las empresas, como no podía ser de otra manera, tienen una completamente capitalista y neoliberal, convirtiéndose en saqueadores de los recursos naturales y facturando millones de dólares a costa del extractivismo. 

La nota del diario digital La izquierda web “Silicon Valley y la explotación capitalista” hace referencia a esta ideología y expone cómo trabajan las empresas privadas para no solo hacerse millonarios a costa de los recursos naturales, sino también creando opiniones desacertadas sobre la forma de llevar a cabo sus acciones. 

“Los apologistas de la «economía del conocimiento» creen que estamos avanzando hacia una sociedad post-industrial donde la información y el conocimiento son fuentes de enriquecimiento empresarial independientes, diferenciándose así de un sistema de producción en masa de bienes materiales”. Estos empresarios saben bien que con su retórica meritocrática enmascaran la fuente de su fortuna y de toda esta industria tecnológica. Basta con rastrear un poco la cadena de producción de las mercancías que ofrecen para derrumbar todo su relato futurista y revelar que detrás de su culto tecnocrático se esconden los métodos de explotación más arcaicos y brutales.” refiere la nota.

De esta manera, se justifica, mediante la meritocracia, el acceso a la información y a la tecnología, y por ende, la explotación de los recursos, tanto naturales como humanos, para la fabricación de aparatos tecnológicos.

La lucha por el litio no solo es decisiva en términos estratégicos de la geopolítica actual, sino que también crea posiciones encontradas a nivel ideológico, en el terreno del discurso social, siendo parte de una batalla cultural cruenta: Por un lado, están quienes apuestan por políticas de extracción estatal, dándole trabajo a su pueblo y sobre todo, más ganancias a los estados, que luego se ven reflejadas en otras acciones de políticas públicas, por otro lado, está la ideología neoliberal de las empresas privadas, que explotan el litio, recibiendo, además, subsidios y llevándose todas las ganancias millonarias para sí. Y hoy el litio, que estuvo por estos pagos desde momentos fundacionales, es uno de los motivos de una disputa que apenas comienza. El otro elemento precisado es el agua, que cotiza en Wall Street desde diciembre de 2020.

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