Los jugadores de Ferro posaron con una bandera de bienvenida al nieto 133 en la previa al duelo ante Dálmine. “Para nosotros fue un orgullo”, remarcaron desde el club de Caballito, pionero en la militancia en derechos humanos.
Hernán Grana es un jugador de extensa trayectoria en clubes del ascenso argentino y de Primera. También jugó en un par de equipos de Estados Unidos y su pico fue vestir la camiseta de Boca. Hoy es capitán de Ferro Carril Oeste, y por esa condición fue él quien recibió –en la previa al duelo contra Villa Dálmine del pasado domingo 30– un Whatsapp de Mariano Vignozzi, presidente de la Subcomisión de Derechos Humanos y Acción Social del club. “Hernán. ¿Pueden entrar con la bandera recibiendo al Nieto?”, escribió y envió. El viernes 28, mismo día que Ferro cumplió 119 años de existencia, las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la restitución de la identidad del nieto 133, hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho y “Bostero como yo”, según reveló el Tano Miguel Santucho, su hermano, aunque luego aclaró que el hombre es de Vélez y no de Boca.
“Sí. Para mí, un placer”, respondió Grana. En Caballito, Ferro le ganó 3 a 0 a Dálmine por la fecha 24 de la B Nacional. Antes del partido, los jugadores desplegaron la bandera que decía en verde “Bienvenido nieto 133”, y abajo: “Si dudas de tu identidad comunicate con Abuelas”.
Estoy Verde
La suerte que corrieron los ferrocarriles en los 90 (“Ramal que para, ramal que cierra”) fue la suerte que corrió el club de Caballito, que venía de una década ganada: títulos en fútbol en 1982 y 1984, y también en varias otras disciplinas. “Primeros en todo”, tituló la revista El Gráfico su nota de 1985 en la que deportistas con indumentaria verdolaga sacan pecho por los campeonatos obtenidos en fútbol, básquet, vóley, handball, tenis, ajedrez, natación, paleta, gimnasia deportiva y tenis de mesa.
Pero con el tiempo, la cosa descarriló. El equipo arrancó el nuevo milenio con un par de descensos al hilo y en 2002 se declaró la quiebra, que recién fue levantada en 2014. “El club estaba intervenido. Tuvimos un fideicomiso”, recuerda Mariano Vignozzi, hincha, socio y de los primeros integrantes de la agrupación Atilio Renzi. Este espacio que homenajea a un histórico dirigente de la entidad, quien además fue secretario de Eva Perón, se reunió con los candidatos presidenciales de entonces para sentar su postura. “Les dijimos que queríamos que el club volviera a ser grande y les pedimos abrir una subcomisión de Cultura, DDHH. Uno dijo que había que ver, y el otro nos dijo que sí, que necesitaba toda la ayuda posible. Y ahí creamos esa subcomisión”.
Cuando comenzaron a armar esa área entre las y los socios que traían desde afuera del club su militancia de derechos humanos, sólo San Lorenzo contaba con un espacio similar. Su lucha por volver a Boedo tras ser despojados de su estadio original por la dictadura cívico militar, había empapado a los Cuervos de estos temas. Más atrás, Defensores de Belgrano le puso a una de sus tribunas el nombre de Markitos Zuker, hincha desaparecido.
Mariano Vignozzi es hoy el presidente de la Subcomisión de Derechos Humanos y Acción Social”. Entre los logros de este espacio se destaca el de restituir la condición de socios a sus hinchas desaparecidos y recordarlos en un mural en el ingreso principal al estadio. “En un momento vimos que señalizábamos los lugares donde los desaparecidos habían trabajado, vivido o estudiado, y no en los clubes de fútbol. A nosotros, que íbamos a la cancha y militamos en DDHH, no se nos había ocurrido eso. Porque en esos años 70 pasaban mucho más tiempo en un club que en otro lugar. Ahí hacías deportes, ibas a los bailes, hacías amistades, te enamorabas. Ahí empezamos a planear todo esto”, le dice Mariano a El Eslabón.
Abuelas, la la lá la lá
El cantito a una abuela que se popularizó en las calles del país en pleno Mundial de Qatar 2022 también sonó fuerte después de la conferencia de prensa en la que se anunció la restitución de la identidad del nieto 133. Las Abuelas de Plaza de Mayo, con su presidenta Estela de Carlotto a la cabeza, bailaron de alegría al ritmo de “Abuelas, la la lá la lá… Abuelas…”, y no era para menos.
En Ferro, ese anuncio del nieto se celebró como un gol. Como un golazo, bah. “Te estábamos esperando”, festejaron desde la Subcomisión de DDHH y Acción Social, el mismo día del cumpleaños 119 de la institución. “La lucha de las Abuelas siempre nos sigue enseñando”.
Bienvenido Nieto #133 💚@abuelasdifusion informó la restitución de la identidad del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho y nieto de Nélida Navajas.
Te estábamos esperando 💚
Si tenés duda de tu identidad, comunícate con @abuelasdifusion !
📸 Oscar de la Vega pic.twitter.com/7DSvkAvooG
— 🇳🇬 Ferro🇳🇬 Derechos Humanos y Acción Social (@Ferro_DDHH) July 30, 2023
Vignozzi, también referente de la Coordinadora de DDHH del Fútbol Argentino, asegura que en Caballito “tenemos una especie de suerte ganada”. Y cuenta: “A la gestión que ganó las elecciones cuando recuperamos el club le habíamos planteado el tema de derechos humanos y sabían que nuestro eje principal iba a ser Memoria, Verdad y Justicia, Malvinas, violencia institucional, violencia de género”. En este sentido, destaca que para implementar estas iniciativas “no tuvimos resistencia, como ha ocurrido en otros clubes”. Y aclara: “Ferro está en Caballito, barrio de clase media, media alta, tenemos resistencia con algunos temas, pero no ocurre con esto. Los que no están de acuerdo con ese tema, que tienen la teoría de los dos demonios, no nos ponen trabas. Porque hacemos también trabajo social (por eso la Subcomisión amplió su nombre a DDHH y Acción Social, porque juntamos ropa, hacemos ollas populares, vamos a los comedores). Entonces ven que hacemos un laburo importante en lo social”.
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En el laburo de reconstrucción de la identidad verdolaga, Vignozzi recuerda que “tuvimos mucho tiempo sólo tres detenidos desaparecidos” entre la masa societaria, pero “con la constancia de seguir haciendo, escribiendo notas y entrevistando a gente que los conoció, se fueron sumando testimonios”, y nombres de personas que pertenecieron al padrón hasta que dejaron de pagar la cuota porque la última dictadura los desapareció. Sus nombres y apellidos dicen presente, ahora y siempre, en un mural ubicado en el ingreso principal al estadio, por la coqueta platea techada.
Banderas en tu corazón
Si hay fútbol y hay nieto o nieta restituida, Ferro le da la bienvenida con una bandera el mismísimo día de partido. “Lo hacemos siempre. También lo hicimos con una bandera que decía «Buscando a Clara Anahí», la nieta de Chicha Mariani. Lo que pasó fue que los últimos nietos restituidos fueron en diciembre y no teníamos fútbol. Sí, hicimos actividades, pero fue más interno y no tuvo tanta repercusión”, relata Mariano Vignozzi.
El trapo que sostuvieron los futbolistas verdolagas trascendió las fronteras del país. La imagen también llegó a medios brasileños y uruguayos. Pero el reconocimiento a esta Subsecretaría de DDHH no es sólo mediático: “Hemos tenido reconocimientos en Morón, Lanús, Vicente López. Menos en Capital, que es donde estamos”, dice el presidente del espacio con una mueca de ironía. “Nos llena de orgullo, porque esto genera una especie de contagio. Muchos ven y les gustaría que en su club también pasara”.
Para llevar adelante ese tipo de acciones, Vignozzi subraya que “hasta ahora nunca tuvimos resistencia, que nos digan «no che, esta vez no». Incluso cuando no estábamos bien. Una vez veníamos perdiendo varios partidos y nunca nos dijeron que no. Que es lo que suele pasar. A los jugadores les van a decir que por qué no se ocupan de jugar al fútbol”. Y enumera a los últimos capitanes y referentes que también jugaron de memoria: “En aquel momento lo teníamos a Gabriel Díaz como líder del grupo y nunca se resistió. Lo tuvimos al Pupi Salmerón –con quien hemos hecho un montón de cosas además de éstas y es nuestro goleador histórico– y con él lo mismo: «traela, damelá»”.
Con el actual portador de la cinta, Hernán Grana, la cosa no es diferente. Un 24 de Marzo los familiares de víctimas del terrorismo de Estado iban a ingresar a la cancha con carteles con la cara y los nombres de sus familiares. Pero Grana les dijo que “ellos, los jugadores, querían entrar con las fotos, que para ellos era importante”.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 05/08/23
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